El agua residual se suma al caucho en el final del río Foix
Un vecino denuncia ante la fiscalía la aparición reiterada de este producto en un espacio protegido, además de los vertidos de aguas procedentes de la cloaca.
Los vertidos de aguas fecales cuando llueve, una situación que se ha producido este fin de semana, no solo ocurren en zonas supuestamente custodiadas del delta del Llobregat. Según ha podido acreditar EL PERIÓDICO, en el espacio natural de la desembocadura del río Foix, en el municipio de Cubelles (Garraf), que dispone también de un plan de delimitación marcado, también se repite la presencia continuada de agua residual. Estos terrenos, que se formaron a raíz de unas riadas en el año 1994, forman parte de la Red Natura 2000 y están considerados Zona de Especial Protección para las Aves (ZEPA). Por lo tanto, los vertidos ponen en riesgo a la flora y también a la fauna que usa el espacio como refugio o como lugar de paso durante la migración.
La situación se ha denunciado en varias ocasiones y ya la han investigado tanto los agentes rurales como la fiscalía. En la última ocasión, en el año 2019, el fiscal lo archivó porque no encontró delitos penales, a pesar de que sí quedaron confirmados los episodios de mortandad de peces que habían registrado los agentes rurales sobre el terreno.
Hasta la fecha, pese a algunas medidas intentadas por el Ayuntamiento de Cubelles, el agua fecal ha seguido llegando hasta la desembocadura. Años atrás, se construyó un sistema de filtrado que no resultó ser suficiente para impedir el paso del agua procedente de la cloaca. En las últimas semanas, un vecino remitió un nuevo documento de denuncia a la fiscalía, que deberá analizar de nuevo el problema, en este caso, centrado en la presencia de microgranulado de caucho.
En el escrito, al que ha accedido este diario, se citan hasta seis incidentes en un solo año. Lo que reclama este ciudadano personado es que se investigue por qué la presencia de estos contaminantes se mantiene.
Campo de fútbol
En el caso del caucho, todo parece indicar que procede de un campo de fútbol cercano. Cuando las precipitaciones son intensas, el agua desembalsada arrastra este material y lo traslada hasta la desembocadura y la playa de la Mota de Sant Pere. El ayuntamiento aseguró en un comunicado que pondría remedio a este problema. Sin embargo, la fiscalía deberá determinar si hay indicios de delitos en estos vertidos que también se han repetido en el tiempo.
En abril de 2023, por ejemplo, se llegaron a llenar hasta cinco sacos de este producto. El vecino denunciante reclama que se tenga en cuenta la reiteración de la presencia del caucho para determinar si existe un delito ambiental, después de que se informara también al Seprona (Servicio de Protección de la Naturaleza) de la Guardia Civil para que inspeccionara la zona.
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