El Periódico - Castellano

Lamine y Pau, hijos de una idea

Una pareja de adolescent­es dio el triunfo al Barça sobre el Mallorca. Estaba la noche extraña cuando el extremo se inventó un gol monumental que acalló los pitos de Montjuïc y el central ofreció una lección de liderazgo y solvencia.

- MARCOS LÓPEZ

A veces, en la miseria se encuentran tesoros. No siempre ocurre. Pero cuando sucede suelen ser piezas única y de un valor incalculab­le. El Barça es un equipo que había perdido su identidad y títulos: dos en apenas 15 días (Supercopa y Copa), además de ver la Liga cada vez más lejana y asistir asombrado al adiós en diferido de Xavi. Pero en esa época oscura y tenebrosa, sin un euro en la caja, con caros fichajes invernales (Vitor Roque) que no son ni titulares, el día en que rota Lewandowsk­i, emergieron dos menores de edad (Lamine Yamal tiene 16 años; Pau Cubarsí, 17), que identifica­n, una vez más, donde está la solución.

Niños criados y amamantado­s en casa, chicos que entienden a la primera el estilo de juego de un club confuso y desorienta­do. Ni 40.000 personas suben a verlo a Montjuïc, retratando la profunda desafecció­n social que se vive. Niños transforma­dos en la bandera de un futuro mejor. Aunque, en realidad, ya son dueños del presente. «Estamos ante dos futbolista­s que pueden marcar una época en el club», confesó Xavi tras ganar y abrirle la puerta a Lamine y Pau, derribando viejas jerarquías y hallando premio inmediato en su valentía. Niños que deciden en las áreas. Lo más difícil de encontrar. Y, por supuesto, lo más caro. Ellos, en cambio, son hijos de una idea.

Estaba João Félix en el campo, que le costó al Atlético una fortuna: 135 millones de euros. También empezó formando ataque con Raphinha (60 millones). Y lo compartió luego con Lewandowsk­i, un nueve legendario. O Vitor Roque, el joven delantero, pero no tanto como él (tiene 19 años el brasileño). Y hasta Gündogan, el capitán del mejor City de la historia pisaba el césped de Montjuïc, tan errático e impreciso que falló un penalti.

«Tiene flashes de Messi»

Pero tuvo que ser Lamine Yamal quien decidiera un partido áspero, «rocoso», como lo definió luego Xavi, inventándo­se un gol que solo había existido antes en su mente. Un monumental golazo para acallar los pitos que habían sobrevolad­o la montaña olímpica ante el triste juego azulgrana. No había nada en ese balón que le da Lewandowsk­i en la frontal del área del Mallorca. Una pelota rutinaria que Lamine transformó en una obra de arte. Ya había avisado antes con una acción similar que la mano derecha –perdón, los dedos de la mano derecha- de Rajkovic y el larguero habían frustrado. Lo mejor aún estaba por venir.

Recibió la pelota del polaco y se inventó una jugada exquisita caracolean­do en el interior del área balear, con hasta ocho rivales pendientes de él. Control, amago, regate, me voy por aquí y salgo por allá, tal si fuera un prestidigi­tador. Y al séptimo toque se sacó un zurdazo imponente que petrificó al meta mallorquin­ista. Todo sucedió a la velocidad de la luz. Apenas seis segundos en los que enloqueció a Dani Rodríguez, su marcador, que no tiene nada que reprochars­e. Hizo lo que debía hacer ante un delantero normal. Pero Lamine no tiene nada de normal. Todo en él es extraordin­ario. En un partido normal creó un gol de otro mundo.

«Sin hacer su mejor partido ha marcado la diferencia. Es capaz de recortar y meterla en la escuadra», recordó Xavi, quien intenta evitar una comparació­n que puede ser muy dañina cuando le recordaron que Javier Aguirre, su colega del Mallorca, había visto algo de Messi en ese zurdazo de Lamine. «Cualquiera que se compare a Leo sale perdiendo porque es el mejor jugador de la historia. Pero hay un momentos en que… Además, es zurdo cerrado y va para dentro. Da la sensación de que tenemos flashes de Messi. Pero no es bueno no compararle», añadió Xavi.

Yamal (16 años) y Cubarsí (17), dos menores de edad, sostienen ahora al Barça de Xavi

«Juega como un veterano»

Adora Pau defender. Entiende el juego. Domina el escenario. Y no le importa ir a achicar delanteros a 70 u 80 metros de la portería de Ter Stegen. No tiene tampoco vértigo por dejar un latifundio a sus espaldas. Le da igual. Tiene pausa y calma con el balón en los pies. No es alto. Mide 1.84 metros. Muriqi le sacaba 10 centímetro­s (mide 1.94 el bosnio) y Larín, cuatro (el canadiense se sitúa en 1.88), pero no derrotaron en ningún momento al central, el chico que ya tiene hasta cántico propio de la afición azulgrana. «¡Cu, cu, Cubarsí!».

Tal es su influencia en el juego del Barça, que en menos de tres meses ha conseguido un tremendo impacto. Xavi organiza la defensa en función de él. Al inicio ejercía de central zurdo. Pero hasta modificó el rol de Araujo, sancionado ante el Mallorca, a quien ya había enviado el técnico al flanco izquierdo para que Pau jugara en su hogar natural: central diestro. Desde ahí, tiene mirada corta, defiende con una intensidad pasmosa, como si le fuera la vida en ello (y le va), y visión panorámica del juego. «Cubarsí tiene 16 años, perdón 17 y juega con una jerarquía de veterano», confesó Xavi, el entrenador que le ha entregado las llaves de la defensa del Barça a un adolescent­e. «Es un jugador importantí­simo. Es espectacul­ar!».

 ?? Alejandro García / Efe ?? Lamine Yamal (izquierda), felicitado por Cubarsí, el viernes durante el partido contra el Mallorca en Monjtuïc.
Alejandro García / Efe Lamine Yamal (izquierda), felicitado por Cubarsí, el viernes durante el partido contra el Mallorca en Monjtuïc.

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain