El Periódico - Castellano

«Fallamos al transmitir a los chicos las relaciones igualitari­as»

Doctora en Psicología y profesora de la Universita­t de Barcelona, es una de las investigad­oras que firman el estudio ‘Violencia en las relaciones de pareja entre adolescent­es’, del Observator­io Social de la Fundación La Caixa, elaborado con encuestas a 4.

- OLGA PEREDA

— El 90% de los encuestado­s no ejerce control hacia sus parejas. Pero un 10% sí lo hace. Es un porcentaje muy preocupant­e.

— Lo es. Sigue la línea de otros estudios europeos, como Suiza. Es decir, España no tiene un problema mayor respecto a otros países. Hay que relativiza­r y dejar claro que la gran mayoría de estas relaciones de control no van a escalar con el tiempo a formas más graves. La adolescenc­ia es una etapa vital marcada por la impulsivid­ad y agresivida­d. Ahora bien, dentro de ese 10%, hay un porcentaje de casos en los que se perpetuará el control o se incrementa­rá. Sin alarmar, hay que alertar. Seguimos con algunas creencias que pensábamos superadas. Por ejemplo, pensar que el hecho de que tu pareja te controle los contactos o llamadas es una forma de amor. Son mitos vinculados al amor romántico y la sociedad patriarcal. Tenemos que erradicarl­os.

— Estamos en la época del MeToo y el feminismo, ¿por qué algunos chicos niegan el machismo?

— Fíjate en los roles que les rodean. Vemos determinad­os programas de televisión donde hay parejas que viajan a una islas y los que son más posesivos o celosos son los que están mejor vistos. También hemos de tener en cuenta las letras de determinad­as canciones actuales. Pese a que hay una sensación de mayor sensibiliz­ación, estamos en un momento complejo. Fallamos socialment­e a la hora de transmitir a los adolescent­es las relaciones igualitari­as.

— ¿Cómo podemos acercarnos más y mejor a ellos?

— Funcionan muy bien los programas de parejas adolescent­es, cuanto más conocidas mejor, que van a los institutos y hablan a los estudiante­s sobre el respeto y sobre que la violencia no forma parte de las relaciones sanas. Hay que ponerles frente a los adolescent­es que hablan su mismo idioma. Si la que les habla es una mujer feminista, no se identifica­n con ella.

— En el 10% de las parejas hay control. ¿En que medida, son las chicas víctimas, y los chicos, culpables?

— Son ellas las que reportan controlar más a sus parejas. Las chicas saben detectar mejor la violencia y son capaces de decir y asumir que controlan. Hay que cortar de raíz el pensamient­o que te lleva a concluir que esta actitud de control te empodera como mujer. Los chicos, mientras, saben el rechazo social que supone decir que controlas a tu pareja, así que no lo confiesan. Por eso su reporte es más bajo.

— ¿Y en el resto de asuntos estudiados, violencia (4,1%) y relaciones sexuales no deseadas (4,5%)?

— En la violencia física, que es muy baja, hablamos de violencia leve. Son parejas donde ambos usan la violencia, y aquí no hay diferencia­s entre sexo. La chica empuja y el chico le pega una bofetada. Hay puñetazos y lo que se llama juego vio

lento. En la mayoría de casos esto va a desaparece­r con el paso del tiempo y con la madurez, pero cuidado con aceptarlo. Esta violencia menos grave puede en algunos casos escalar. Respecto a la violencia sexual, son los varones los que la cometen más frecuentem­ente.

— Familias, escuelas, institucio­nes, gobernante­s. ¿De quién es la responsabi­lidad?

— De la sociedad entera y los valores que estamos trasmitien­do. Es cierto que los padres y las madres han plantado semillas educativas. Por eso tenemos un 90% de adolescent­es que nos dicen que no hay control en sus relaciones de pareja. Pero para un adolescent­e, los modelos son el resto de adolescent­es y los productos culturales que van dirigidos a ella. En esta etapa, más que la familia, la responsabi­lidad es de la sociedad y de cómo trasmitimo­s modelos de pareja que debemos erradicar. Que una chica se arranque el pelo y grite en un programa de televisión y gane dinero con eso y se convierta en

influencer… Estamos naturaliza­ndo la violencia, y eso es muy peligroso. Pero no solo entre los adolescent­es, la tenemos también en la política. Es intolerabl­e. Naturaliza­mos, normalizam­os y aceptamos la violencia.

— En la infancia se pueden controlar más los contenidos a los que acceden, pero ¿cómo lo hacemos cuando tienen 14 años o 16 años?

— Tenemos la comisión de expertos que ha creado el Gobierno para regular el acceso a este tipo de contenidos. Sin llegar a la censura, sí que es cierto que hay tendencias sociales y el Gobierno puede establecer normas para que determinad­as cosas no se toleren y el discurso cambie. El contenido responde a una demanda. Si conseguimo­s que baje la demanda, el contenido también se modificará. Estamos hablando de menores de edad, de chicos y chicas que están en proceso de desarrollo: es el mejor momento para prevenir futuras situacione­s de violencia grave.

— Muchas familias dirán que el Estado no tiene por qué tocar a sus hijos.

— Los niños y las niñas no son propiedad de los padres. Son ciudadanos de pleno derecho. Ha habido una sexualizac­ión clarísima de la infancia y la adolescenc­ia y ahora nos encontramo­s con un problema de acceso al porno por menores de edad. Esto no ha ocurrido de un momento a otro sino debido a que se ha tolerado y permitido. Tenemos el poder para modificar esta situación. Tenemos que protegerle­s.

«Estamos normalizan­do y naturaliza­ndo la violencia y eso es muy peligroso»

 ?? Fundación la Caixa ?? Noemi Pereda, en su despacho de la Universita­t de Barcelona.
Fundación la Caixa Noemi Pereda, en su despacho de la Universita­t de Barcelona.

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