Pepe, el viejo guerrero sin fin

A sus 41 años, el capitán del Oporto es el futbolista de más edad en una eliminatoria de la Liga de Campeones y el líder de la defensa portuguesa, que le negó el gol al Arsenal en la ida, donde cayó por 1-0.

Mikel Arteta se marchó frustrado del estadio Do Dragão. Un gran gol de Galeno en el tiempo añadido dio la victoria al Oporto en un partido en el que el Arsenal fue incapaz de chutar entre los tres palos en todo el partido. De nada les sirvió dominar con un estéril 65% de posesión. Fueron incapaces de traspasar la sólida defensa portuguesa, comandada por el viejo guerrero Pepe, central sin fin a sus 41 años recién cumplidos. Hoy, la eliminatoria se decide en el Emirates Stadium (21.00 h, M+ Liga de Campeones 2).

«Cuando entra al campo, se pone en modo guerrero», contaba el ariete portugués Éder de Pepe, con quien compartió selección. «Él lucha para ganar y hará todo lo que sea necesario para ello. Eso hace que a veces pueda ser duro, pero ese es su trabajo. Cuando te enfrentas a él, quiere que sepas que está ahí y que te hará la vida difícil», añadió en una entrevista con The Athletic en 2021.

Rendimiento intacto

Poco o nada ha cambiado para el futbolista de más edad en disputar unos octavos de final de la Champions –también es el goleador más longevo de la competición–. Jugó en la ida con 40 años y 360 días y actualizará el récord hoy ya con los 41 años cumplidos. Y su rendimiento se mantiene intacto.

Képler Laverán Lima Ferreira –bautizado futbolísticamente como Pepe– conserva su aspecto rudo, con la cabeza rapada y el rostro serio. Apariencia engrandecida en el césped, donde a menudo ha mostrado una agresividad desmesurada que vivió el punto culminante en su carrera en 2009 con la salvaje agresión a Casquero (Getafe) que le costó 10 partidos de suspensión más que merecidos. El central estuvo una década en el Madrid (2007-2017) y dejó muchas entradas para la videoteca, como la sufrida por Alves en la semifinal de la Champions contra el Barça de 2011. El luso vio la roja en medio de una ambiente de crispación insufrible. Con la experiencia y el paso de los años, se ha ido corrigiendo. En la ida frente al Arsenal, ganó cinco de siete duelos, hizo dos despejes y repartió cuatro pases en el último tercio.

El capitán del Oporto dirigía constantemente a la defensa cuando había que bascular o adelantar la línea. Miraba a sus compañeros, especialmente al joven Otávio (21 años), su socio en el eje de la defensa, y les daba instrucciones. Ni un disparo entre los tres palos logró el Arsenal, completamente atascado.

En los seis partidos que ha disputado en la Champions –solo se perdió la segunda jornada frente al Barça-, Pepe ha ganado el 64% de los duelos que ha disputado, tanto a ras de césped como aéreos. Se anticipa –siempre ha sido un buen corrector–, es fiable en el pase y la

«Sé que no me queda mucho...», admitía en noviembre el central, que lo sigue jugando todo

edad no le impide ganar enfrentamientos a campo abierto.

«El Arsenal quería jugar... Nosotros queríamos ganar», sintetizó el entrenador del Oprto, Sérgio Conceição, en respuesta a Arteta, que acusó al equipo luso de «romper el ritmo todo el tiempo», pues el encuentro estuvo marcado por las interrupciones, con 36 faltas entre ambos equipos, 14 del Oporto y 22 del Arsenal.

En el Emirates, Arteta confía en que su equipo, actual líder de la Premier League, le dé la vuelta a la eliminatoria de Champions, la primera para la plantilla, talentosa a la par que inexperta (en la ida, la media de edad no llegó a los 25 años). Los últimos octavos de Champions para los gunners fueron en 2017, con un global desfavorable de 2-10 ante el Bayern.

En Londres, de nuevo, la defensa del Oporto volverá a plantear oposición. Y volverá a estar comandada por el exmadridista Pepe. Un central disciplinado y obsesionado con la alimentación y el descanso, imprescindibles para estar en la élite a los 41 años. «Sé que no me queda mucho...», admitía en noviembre. Por el momento, lo sigue jugando todo.

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