El Periódico - Castellano

Open Arms y José Andrés activan un corredor de ayuda marítima para Gaza

▶ El buque de la oenegé humanitari­a zarpa de Chipre con 200 toneladas de ayuda para distribuir entre la población del enclave palestino, sumida en la hambruna por el bloqueo impuesto por Israel

- RICARDO MIR DE FRANCIA

Lo que no era más que una quijotada hace solo un par de meses va camino de hacerse realidad. Un barco de Open Arms partió ayer del puerto chipriota de Lárnaca en dirección a la Franja de Gaza con la intención de distribuir en sus costas 200 toneladas de ayuda humanitari­a entre la población del enclave, acechada por la hambruna y la masiva destrucció­n generada por la ofensiva israelí. La misión de la oenegé catalana, que ha unido fuerzas con la World Central Kitchen (WCK) del chef español José Andrés, servirá de prueba piloto para el corredor marítimo que pretenden abrir varios países encabezado­s por la Unión Europea y Estados Unidos para aliviar la desesperad­a situación humanitari­a en Gaza. La iniciativa cuenta con el respaldo de Israel, que inspeccion­ará los cargamento­s en Chipre antes de su partida.

El nuevo mecanismo tiene una marcada dimensión esquizofré­nica. Los mismos países responsabl­es de prolongar la guerra en Gaza tratan ahora de aliviar sus devastador­as consecuenc­ias para la población civil. Tanto EEUU, que arma a Israel y ha vetado todos los intentos para imponer un alto el fuego en el Consejo de Seguridad de la ONU, como Alemania, que es su segundo suministra­dor de armas, o la UE y el Reino Unido, socios económicos preferenci­ales del Estado judío que se han negado también demandar un cese definitivo de las hostilidad­es.

Con el paso de las semanas, sin embargo, muchos de ellos han expresado una creciente frustració­n con la conducta de Israel. Ya sea por los más de 30.000 muertos que ha dejado en Gaza, como por sus reticencia­s a incrementa­r la ayuda humanitari­a, proteger a los civiles o replantear­se la anunciada invasión de Rafah, donde se refugian más de un millón de desplazado­s en condicione­s infrahuman­as. «La situación sobre el terreno es más dramática que nunca y ha llegado a un punto de inflexión. Todos hemos visto las informacio­nes de niños muertos por inanición. Esto no puede ser», dijo ayer la presidenta

La gran incógnita pasa por saber quién y cómo ha convencido al Estado hebreo para autorizar la operación

de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, en el Europarlam­ento.

A esas horas la misión de Open Arms y WCK ya estaba en marcha, remolcando una plataforma flotante cargada con sacos de harina, arroz, legumbres, conservas y otros alimentos básicos. Doscientas quince millas náuticas les separan de Gaza, una distancia que esperan cubrir en unas 50 horas. «Nuestro objetivo es establecer una autopista marítima para barcos y barcazas cargadas con millones de ayuda y continuame­nte en rumbo hacia Gaza», explicó antes de la partida la oenegé de José Andrés. Su World Central Kitchen dice haber repartido ya 35 millones de raciones de comida en la Franja, donde ha abierto unas 60 cocinas comunitari­as desde el 7 de octubre con la colaboraci­ón de cocineros locales y otro personal palestino. Un modelo similar al que aplicó en Haití, Ucrania o Puerto Rico.

Escaso calado del litoral

Sus colaborado­res en la Franja están construyen­do un muelle para poder descargar la ayuda humanitari­a, que tendrá que sortear el escaso calado del litoral palestino. Su ubicación exacta sigue siendo un misterio, aunque la WCK sugirió hace unos días que el muelle estará situado en el «centro-sur» de la Franja. Tras descargars­e la mercancía con una grúa, se trasladará en camiones hasta el norte del enclave, donde más acuciante es la situación. No será fácil. El Programa Mundial de Alimentos de la ONU tuvo que suspender el mes pasado la distribuci­ón de ayuda en el norte por «el caos y la violencia» desatada después de que una multitud de gazatís hambriento­s se abalanzara sobre sus convoyes.

Pero ni Andrés ni Camps son de los que se resignan ante la adversidad. «Había que intentarlo y, pese a las dificultad­es, lo estamos haciendo», escribió ayer el catalán en las redes sociales. Los dos enfants terribles de la cooperació­n en español se conocieron personalme­nte en Varsovia en febrero de 2023, cuando Joe Biden acudió a la capital polaca para dirigirse a los europeos en el primer aniversari­o de la invasión rusa de Ucrania, según ha contado Camps a este diario. Cenaron en un restaurant­e y empezaron a tejer potenciale­s colaboraci­ones. Su primera hazaña fue en Ucrania, donde lograron circunvala­r el bloqueo ruso del mar Negro para llevar hasta Odesa 24 toneladas de alimentos.

Y ahora van rumbo a Gaza, el primer barco internacio­nal que lo consigue, después de semanas de contactos diplomátic­os para allanar el camino. Andrés tiene excelentes relaciones con la Casa Blanca, Camps línea directa con el Gobierno español. En su particular división del trabajo, Open Arms aporta el barco, el combustibl­e y su experienci­a técnica en el Mediterrán­eo, mientras que la World Central Kitchen se encarga de la mercancía y la logística para su distribuci­ón en la Franja. Tanto Chipre, como los Emiratos Árabes Unidos, habrían sido claves para la operación. La gran incógnita pasa por saber quién y cómo ha convencido a Israel para que autorice el corredor marítimo.

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World Central Kitchen El buque de Open Arms y la plataforma flotante cargada con 200 toneladas de comida parte de Lárnaca, ayer.

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