Una gran fábrica textil en la Abaceria
Las obras del mercado han dejado al descubierto el suelo ennegrecido del Vapor Puigmartí, incendiado en 1876. Fue la segunda industria textil de Gràcia con maquinaria moderna y llegó a tener 800 trabajadores.
Los vecinos del antiguo mercado de la Abaceria asisten estos días a las obras de construcción de la nueva instalación, que, de cumplirse el calendario anunciado por el Ayuntamiento de Barcelona, acabarán el cuarto trimestre de 2025. Los trabajos, como es habitual cuando se rasca el suelo en la ciudad, han dado con capítulos del pasado de Barcelona. El consistorio ha mostrado parte de esa huella arqueológica.
Debajo del mercado se encuentran los restos de una gran fábrica algodonera, fundada por Francesc Puigmartí en 1839, que la convirtió en la segunda de Gràcia –entonces una zona atractiva para un recinto fabril en contraposición con la Barcelona amurallada– con motor de vapor, después del Vapor Vilaregut o Vapor Vell, que estaba situado a la altura del actual cruce de Torrent de l’Olla con Perill. La fábrica Puigmartí, denominada Vapor Nou, se quemó en 1876 y fue desmantelada.
El suelo que ha quedado a la vista está ennegrecido por esas llamas que pusieron fin al negocio. Impresiona imaginar la escena, porque dado el tamaño del recinto, el incendio debió de ser impactante. No consta que fuera provocado, pero no sorprendería. Fueron varios los vapores que ardieron bajo el rechazo de las protestas sociales, con propietarios defendiéndolos literalmente a tiros.
Hasta 120 telares
El Vapor Nou ocupaba el solar del mercado pero iba más allá. Por abajo, hasta la plaza del Pueblo Romaní, donde sigue la chimenea, restaurada. Mirando desde Travessera de Gràcia, por la derecha llegaba hasta un poco antes de Torrent de l’Olla, y por la izquierda, hasta Milà i Fontanals.
Llegó a contar con 120 telares y 800 trabajadores, muchos de los cuales residían en viviendas unifamiliares –nada lujosas, pese que en el lenguaje inmobiliario actual el término lo sugiera– de las cercanas calles de Igualada, Fraternitat, Llibertat. Despertó recelos, como otras industrias de su género, por el rechazo a que la mecánica recortara empleos. Hubo un primer intento de quemarla, que no tuvo éxito. Y en las hemerotecas
El consistorio ha mostrado parte de las tripas de lo que ha detectado en el solar
consta un fallido intento de asesinato de Puigmartí.
Había precedentes de violencia. En 1835 fue incendiada la fábrica Bonaplata, en la calle de Tallers. Sucedió el 5 de agosto, como colofón de una bullanga, un motín anticlerical en el contexto de la primera guerra carlista. El mismo día fue quemada en Gràcia la fábrica Vilaregut, de blanqueo de vapor, que luego el propietario, tras una venta al parecer ficticia a su hermano, recuperó para su funcionamiento.
El Vapor Puigmartí recibió en 1861 la visita de Isabel II, algo que le dio pedigrí y que se enmarca en el apoyo económico que los emprendedores fabriles de la época recibieron del Estado. Quince años después, las llamas lo devoraron, y en 1892 se inauguró el Mercado de la Abacería Central de la Vila de Gràcia, mercado al aire libre que antes estaba en la cercana plaza de la Revolució. Promovido por la familia Puigmartí, un nuevo mercado cubierto, denominado Santa Isabel, pasó a depender en 1913 del Ayuntamiento de Barcelona, que en 1911 se convirtió en propietario del terreno.
Los hallazgos
El consistorio ha mostrado ahora parte de las tripas de lo que ha detectado. Por un lado, restos de un conjunto de acequias de viñas que podrían pertenecer a los siglos XVII-XVIII. Por el otro, los del Vapor Nou: una parte del que fuera el edificio principal, construcciones orientadas a la Travessera de Gràcia y espacios de circulación para trabajadores, vehículos y mercancías. También el patio de la fábrica, donde había dos grandes depósitos subterráneos.
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