Junts sugiere que Puigdemont será candidato pese al freno a la amnistía
▶ El expresident alienta su regreso a Catalunya tras la convocatoria electoral y asegura que estará presente «en el debate de la investidura»
Junts per Catalunya ha activado de inmediato su campaña electoral basándose en su estrategia clásica: Carles Puigdemont, eurodiputado y expresident, será de nuevo el candidato del partido independentista. La estrategia de JxCat es clara: exprimir al máximo el potencial de Puigdemont y especular, como hizo en 2017, con que sí podría ejercer la presidencia en caso de ser el más votado, pese a que todavía no está en vigor la amnistía que pueda permitir el regreso del dirigente soberanista a Catalunya.
Que el expresident pueda llegar a tiempo es secundario si, como explicó el secretario general de Junts, Jordi Turull, en una encendida comparecencia en tono de mitin, JxCat puede explicar ante la opinión pública que la competición entre independentistas será entre Aragonès y Puigdemont.
Crítica a ERC
Turull fue claro en su intervención: ERC pretendía convocar elecciones para que las urnas lleguen sin que la amnistía haya beneficiado a los líderes del procés y pillar así con el pie cambiado a Junts. Ante ello, el desafío de JxCat es recurrir de nuevo a Puigdemont (fue número uno de la lista en la que Laura Borràs era candidata efectiva a presidenta y quedó en tercera posición) como principal activo.
Frente a Puigdemont, Junts no entra en matices a la hora de descalificar al que será de nuevo candidato de ERC, Pere Aragonès. Turull lo describió como una persona sectaria que decidió desprestigiar la institución de la Generalitat por un supuesto sucursalismo a la hora de pactar con el PSOE, y como una figura con más «vocación de gobernador civil o de delegado del Gobierno» de España que de president.
El dirigente de Junts cargó contra el Govern (del que JxCat formó parte el primer año de mandato) por frentes abiertos como la sequía o los malos resultados de los alumnos en la enseñanza pública catalana, entre otras vicisitudes.
Sin mostrar las cartas sobre la hoja de ruta independentista, Turull practicó la misma dicotomía binaria que Aragonès en su comparecencia anterior. Para él, las urnas dirimirán entre «sectarismo y resignación, cálculo electoral incompetencia», por un lado, y «ambición de país».
Puigdemont, por su parte, dijo ayer en la sede de la Eurocámara en Estrasburgo que confía participar en el debate de investidura del nuevo Govern. «Es evidente que podré estar presente en el debate de investidura y que me haría mucha ilusión más de 6 años y 4 meses después de mantener la presidencia en el exilio pese al 155», dijo.
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