Elecciones innecesarias e inciertas
A nadie le interesaba que se convocaran elecciones anticipadas en Catalunya. Y a quienes menos les interesaba era a los ciudadanos, que bastante tienen con el espectáculo que ofrece la política estatal como para sumarle una convocatoria excepcional que puede no estar centrada en aquello que más les interesa. La responsabilidad de lo sucedido no ofrece dudas: está en el farol que se han marcado los Comuns, convencidos de que el presidente de la Generalitat, Pere Aragonès, no iba a atreverse a convocar elecciones. Aunque, desde su punto de vista, Jessica Albiach podía tener argumentos para tensar la cuerda de la aprobación de los presupuestos, al considerar que el proyecto del Hard Rock contraviene su apuesta por un desarrollo sostenible, la líder de los Comuns calculó mal, se lo jugó todo a una carta, y perdió. Tiempo habrá para saber quién le ha empujado a esta decisión y desde qué instancia territorial lo ha hecho.
En la campaña electoral para el 12 de mayo que empezará de hecho hoy mismo, tendrán difícil los Comuns explicar por qué han impedido la aprobación de unos presupuestos que contenían partidas muy importantes para sectores de la sociedad barcelonesa que dicen defender. Condicionarlo todo a un proyecto que ni siquiera formaba parte del presupuesto presentado les puede granjear algún apoyo entre algunos sectores, pero también les puede costar caro entre el grueso de una población que esperaba más inversiones en partidas de especial impacto social. Máxime cuando unos presupuestos como los pactados por Aragonès con el líder del PSC, Salvador Illa, ya no podrán presentarse en 2025, cuando la Comisión Europea vuelva a imponer reglas fiscales más estrictas. Y de rebote, ha dejado también sin Presupuestos a sus correligionarios en Madrid con la vicepresidenta Yolanda Díaz a la cabeza.
La decisión de Aragonès, poco dado a la improvisación, sin duda tiene también una connotación partidista. Tanto en la negociación de la ley de amnistía con el PSOE como en la gestión de un calendario electoral que podía serle adverso si Carles Puigdemont encabezaba la lista a las elecciones europeas del próximo 9 de junio. Con esta convocatoria anticipada, ERC consigue modificar el calendario y anteponer a las europeas unas elecciones que cogen a contrapié a su principal contrincante, Junts per Catalunya, que no podrá capitalizar del mismo modo la figura de Puigdemont. Además les libera de la compleja gestión de la sequía. Esas razones pueden haber pesado más que quedarse sin unos presupuestos que se podían prorrogar.
ERC también coge a contrapié a las otras opciones independentistas, como las que puedan capitanear la alcaldesa de Ripoll, Sílvia Orriols, o la europarlamentaria Clara Ponsatí. Es posible, incluso, que Oriol Junqueras haya calculado que Illa pueda quedar debilitado por el coste de la aprobación de la amnistía. En consecuencia, desde el punto de vista táctico, la convocatoria puede beneficiar a Esquerra Republicana pese a que la volatilidad de la política actual siempre puede deparar sorpresas. En todo caso, a los ciudadanos lo que les interesaba eran unas inversiones en temas que les afectan directamente y que han quedado en el aire.
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DIRECTOR:
Los Comuns tendrán difícil explicar por qué han vetado unas cuentas con partidas importantes para la sociedad
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