Albert Jané, histórico de ‘Cavall Fort’, Premi d’Honor
ElE gramático, escritor y poeta de 93 años, que inventó el verbo ‘barrufar’ para los Pitufos, tradujo al catalán 200 libros y 150 cómics.
A sus 93 años, Albert Jané i Riera (Barcelona, 1930), poeta, gramático y traductor, como le gusta autodefinirse, histórico de la revista infantil Cavall Fort, inventor del verbo barrufar en catalán para los Pitufos de Peyo, y quien en pleno franquismo, cuando eran inencontrables obras que enseñaran el catalán, fue coautor del mítico volumen de gramática Signe, fue ayer reconocido con el Premi d’Honor de les Lletres Catalanes. El jurado del galardón instituido por Òmnium Cultural, dotado con 20.000 euros, valoró el «trabajo incansable» de Jané en «el campo de la literatura infantil y juvenil, así como en las traducciones y adaptaciones de cuentos, leyendas, rondalles, fábulas, narraciones populares y cómics», que han formado a los niños en la lectura en catalán.
Jané ha estado vinculado a Cavall Fort desde 1963, dos años después su creación, siendo su director de 1979 a 1997, además de redactor y corrector. Autor de más de 60 libros y traductor de 200 del francés, inglés, italiano o castellano, además de 150 cómics, entre ellos, Aquil·les Taló, Lucky Luke, Sergi Grapes o Corto maltés. Pero, sobre todo, de Els barrufets, como bautizó en catalán a los Pitufos, popularizando el verbo barrufar, porque le parecía «muy eufónico con pitufar». También vertió cuentos de los Grimm, Andersen, Gianni Rodari o Roald Dahl, como El soldadito de plomo, Caperucita Roja y El gato con botas.
Un milagro
Antes, Jané estudió peritaje mercantil. «Trabajé en un banco hasta los 32 años -recordó-. Y me vinieron a buscar de Cavall Fort. Me la jugué y dejé el banco, que parecía un trabajo seguro. Cavall Fort es un milagro. ¡Tiene 63 años, y sigue ahí! Hoy, una revista infantil debe luchar contra los móviles y las pantallas. Entonces, nuestro primer enemigo era la televisión».
Suya es la adaptación de la Odisea de Homero, Premi Crítica Serra d’Or de narrativa juvenil 2009, y el guion cinematográfico de La Cenicienta en catalán.
«Antes, los padres hablaban castellano a sus hijos, creían que hacía más fino. Ahora es al revés, son los hijos que hablan en castellano a los padres», lamentó Jané, autodidacta en el estudio del catalán. En 1961 fue coautor en la gramática Signe, del que se editaron más de 100.000 ejemplares, y escribió manuales como la Gramàtica essencial de la llengua catalana (1967), Pas a pas (1988) o el Diccionari català de sinònims (1977). «Es un trabajador incansable y el creador de un modelo de lengua a partir del cual se formaron desde los años 6o generaciones de niños catalanes»,destacó Xavier Antich, presidente de Òmnium Cultural. «No hay soluciones mágicas», pero la televisión y la radio públicas, apuntó Jané, «deberían ser más severas y exigentes con el idioma».
«La lectura es esencial», recalcó este hijo de «un barbero ilustrado que tenía muchos libros». De niño «leía todo lo que caía en mis manos». En la residencia donde vive, sigue escribiendo poesía –«la autopublicó y envío desde hace dos años 50 ejemplares a amigos»– y dietarios, como Tal dia farà l’any y Els dies i els llocs. Guarda, reveló, muchísimos dietarios inéditos que «seguramente seguirán así siglos», y tiene otros muchos en el Institut d’Estudis Catalans.
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Entre sus 60 libros publicados está la popular gramática escolar de los 60 ‘Signe’