La ciudad afronta el estío sin las nuevas infraestructuras listas
▶ La inversión más avanzada es la ampliación de una potabilizadora en el Besòs, pero otras tardarán años en estar en funcionamiento
¿Qué se puede hacer para garantizar el agua potable pese a la sequía, además de confiar en que lleguen más episodios lluviosos durante esta primavera? A día de hoy, están planificadas una serie de inversiones para disponer de más agua, aunque algunas de ellas todavía no tienen una fecha de ejecución exacta. Además de infraestructuras que permitan tener más agua, también será necesario implantar nuevas tecnologías que permitan potabilizar el agua aunque su calidad sea peor.
Para que Barcelona tenga más cantidad de agua, más allá de medidas puntuales como el posible abastecimiento mediante barcos, se prevé construir una nueva desalinizadora en Blanes (en la desembocadura del río Tordera, junto a la que ya está en funcionamiento).
Tanto esta planta como la de Cubelles, planificada para más adelante, podrán aportar agua al sistema Ter-Llobregat. «Estas dos plantas se harán pese a la no aprobación de los presupuestos», aseguró ayer el conseller de Acció Climàtica, David Mascort, en rueda de prensa conjunta con la ministra para la Transición Ecológica, Teresa Ribera, desde el delta del Ebro.
También está previsto desarrollar nuevas potabilizadoras en el entorno del Besòs y potenciar la regeneración (uso de las aguas residuales tratadas) en este río. Sin embargo, estas inversiones, algunas de las cuales aún no están presupuestadas, no estarán listas pronto. La ampliación de la actual potabilizadora de este río sí está en marcha y debe servir para que se pueda captar y potabilizar más agua, aunque las obras, anunciadas por Aragonès hace un año, acumulan ciertos retrasos.
Otra opción planteada por los colegios profesionales de ingenieros y economistas es la posibilidad de conectar la red de aguas de Tarragona (abastecida con agua del Ebro) con la de Barcelona. Por ahora, ha sido descartada por el Govern. Está por ver cuál será la posición del Ejecutivo que gobierne tras las elecciones del 12 de mayo.
Frenar los trihalometanos
Durante el pasado verano, en la potabilizadora de Cardedeu, que trata el agua del Ter procedente de Sau y Susqueda, se instalaron nuevos filtros de carbón activo para aumentar el rendimiento de la planta a la hora de eliminar contaminantes. Las escasas reservas provocaron el aumento de la concentración de trihalometanos (THM), sin llegar a rebasar los umbrales máximos permitidos. En aquel momento, la preocupación llegó al Govern, que aceleró las obras para que esta infraestructura pueda ser menos vulnerable ante el empeoramiento del estado del agua.
Los trabajos se han licitado. Sin embargo, la modernización de la potabilizadora no será una realidad en verano. Por tanto, mientras las precipitaciones no aparezcan, a lo largo de los próximos meses tanto la Agència Catalana de l’Aigua (ACA) como ATL (Ens d’Abastament d’Aigua Ter Llobregat) deberán continuar intensificando los controles para detectar a tiempo cualquier aumento de sustancias que comprometan el agua.