La Moncloa teme que el adelanto electoral ponga en riesgo la legislatura
▶ Fuentes socialistas subrayan su malestar con Díaz por no «controlar» a los Comuns
Cuando se encontraba en su momento político más bajo, hace apenas unas semanas, tras el batacazo en los comicios gallegos y el estallido del caso Koldo, Pedro Sánchez señalaba en privado que la legislatura no corría peligro porque los socios del Gobierno de coalición mantenían su apoyo. Pero ahora, tras el adelanto electoral para el 12 de mayo anunciado por el president Pere Aragonès al no aprobar las cuentas públicas catalanas, todo ha dado un nuevo vuelco.
El Ejecutivo, de entrada, renuncia a los Presupuestos Generales del Estado de este año, al concluir que ERC y Junts no iban a votar a favor con una cita con las urnas en Catalunya a la vuelta de la esquina. Los socialistas temen que el nuevo escenario tambalee la legislatura, en un contexto en el que Salvador Illa, líder y candidato del PSC, aparece primero en las encuestas y amenaza con desalojar a Aragonès del Palau de la Generalitat. Pero hay otro cambio tanto o más importante: por primera vez desde las elecciones generales del pasado 23 de julio, el PSOE se lanza a atacar a su compañera de coalición, Yolanda Díaz, porque fueron los Comuns, socios de Sumar, quienes tumbaron las cuentas catalanas por la inclusión del Hard Rock, el macroproyecto urbanístico con casino incluido entre Salou y Vila-seca.
En los últimos días, los colaboradores de Sánchez habían hablado con la vicepresidenta segunda y ministra de Trabajo para calibrar el pulso de sus socios. Las conversaciones no hicieron más que incrementar su nerviosismo, al constatar la autonomía de los Comuns frente a Sumar y su negativa a suavizar su posición. Un «problema», explican fuentes conocedoras de dichas conversaciones, que también compartiría Díaz.
En el entorno de la vicepresidenta descargan responsabilidades sobre los socialistas
‘Fracaso’ del socio minoritario
Tras constatarse sus peores presagios, fuentes socialistas subrayan el contraste. «Nosotros logramos acuerdos a siete», señalan en la cúpula del partido, en referencia a los pactos de investidura. En cambio, continúan, Díaz «no controla ni a los suyos». La explicación de los sucedido, argumentan otros dirigentes del PSOE, también tendría que ver con el «despecho» de Ada Colau, exalcaldesa de Barcelona y líder del espacio, por no haber logrado formar parte del gobierno municipal liderado por el socialista Jaume Collboni, junto a «la incapacidad de Díaz» para intervenir.
«Es incapaz de lograr acuerdos, ni dentro de Sumar ni fuera», señalan fuentes socialistas sobre la vicepresidenta. En este sentido, recuerdan el conflicto con Podemos que provocó la marcha al grupo mixto de cinco diputados que sostenían al Gobierno de coalición. También su revés en enero con el decreto de subsidios por desempleo, que decayó al no llegar a un pacto con los morados para que apoyasen la norma. Las tensiones entre los socios de coalición son evidentes. «Sumar es garantía de fracaso», concluyen las mismas fuentes.
En el entorno de Díaz, mientras tanto, descargan responsabilidades sobre los socialistas. Antes de la caída de los presupuestos de la Generalitat y el adelanto de Aragonès, los colaboradores de la vicepresidenta transmitieron al equipo de Sánchez que el Hard Rock iba en contra de cualquier modelo de país progresista y suscitaba el rechazo no solo de los Comuns, sino también de Sumar. La propia Díaz hizo campaña en contra. De ahí que planteasen a sus socios que el PSC debía recapacitar sobre el acuerdo con ERC.
Los colaboradores de Díaz argumentan que trataron de negociar hasta el final, con la voluntad de llegar a un entendimiento para evitar que decayesen las cuentas. Y ya por último, las mismas fuentes subrayan que su espacio en Catalunya tiene «autonomía estratégica».
Pero los vínculos dentro de la coalición, que este jueves logró sacar adelante la ley de amnistía, nunca han pasado por un momento tan bajo. Aun así, ni el PSOE ni Sumar quieren romper bajo ningún concepto.
■