El Periódico - Castellano

La lucha de un colegio por diversific­arse

- J. R.

El Collaso i Gil, centro público de máxima complejida­d ubicado en el Raval, ansía captar grupos singulares y fortalecer su afa para «dar un giro» a los nuevos cursos. «No tenemos niños rubios, pero no dejan de ser niños y niñas», reivindica el equipo docente.

Hay un punto de decepción entre los docentes del Raval ante una situación que no tiene visos de solucionar­se a corto plazo. La segregació­n del alumnado no remite y ninguno de los cuatro grupos singulares aprobados para el curso que viene estará en Ciutat Vella. Prueba del desencanto es que en una reunión de las escuelas del barrio se llegó a plantear no realizar jornada de puertas abiertas porque «no sirven para nada».

Más de la mitad sí las hicieron, por ejemplo el Collaso i Gil, centro público de máxima complejida­d ubicado en la calle de Sant Pau. Este colegio del Raval trata de diversific­arse desde hace años pero las fórmulas actuales no encajan con el Raval. «Hemos intentado atraer a familias autóctonas y que se matricular­an juntas como grupo singular, pero no ha podido ser nunca, es complicado que surja esta demanda en las guarderías del barrio», exponen fuentes del claustro. Los grupos singulares son una herramient­a piloto que llega a su tercer año en Barcelona ciudad y que lentamente crece.

Familias de clase media y autóctonas se coordinan para entrar juntas en un colegio cercano que registra una proporción de alumnado vulnerable muy superior a la de los centros del entorno. El colegio Collaso i Gil tiene un 70% de alumnado procedente de Pakistán o de Bangladés. «No tenemos niños rubios, pero no dejan de ser niños y niñas», reivindica el equipo docente. Un grupo singular puede llegar a llenar «media clase o más» y «darle un giro» a ese curso, para iniciar una progresiva diversific­ación.

Estigma racial

Sin un primer revulsivo, «cuesta mucho acabar con el estigma racial». A las puertas abiertas de este febrero «acudieron una quincena de unidades familiares, tanto padres y madres autóctonos como inmigrante­s». Media decena más han hecho visitas personaliz­adas. Pero ya saben que los locales no acabarán matriculad­os este junio, pese a que se cumplen ya cinco años del Pacto contra la segregació­n escolar en Catalunya (2019). «No hemos observado ningún cambio en la visión de las familias catalanas. No se arriesgan, no acaban de confiar en nosotros... Vienen a ver la escuela, les gusta el centro y el proyecto, pero no se deciden a traerlos porque sus hijos serían minoría», reconocen las mismas fuentes. Al menos no han vivido el mal trago de organizar actos de bienvenida y que no vaya nadie. De hecho, cada año llenan las plazas de I3 y les queda lista de espera, porque tienen demanda. Hay más buenas noticias, de las que se ven poco pero son vitales. Gracias a los esfuerzos colectivos, en la última década varios centros del Raval han conseguido que los niños no formen grupos por países de procedenci­a. Otro dato que invita al optimismo es que las familias del Raval suelen escolariza­r a todos los hijos en el mismo centro, con independen­cia del progreso económico. Una confianza revalidada que anima a los docentes y que querrían que llegara al conjunto del Raval. El mejor altavoz en estos casos es la afa del centro, pero el Collaso i| Gil no dispone de este recurso, porque la asociación «está bajo mínimos» en cantidad e implicació­n.

 ?? Ferran Nadeu ?? Un grupo de niños caminan por uno de los pasillos de la escuela Collaso i Gil.
Ferran Nadeu Un grupo de niños caminan por uno de los pasillos de la escuela Collaso i Gil.

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain