La policía ‘anticazatesoros’
La unidad central de Patrimonio Histórico de los Mossos vela por recuperar el legado cultural y artístico. Solo en el último años se han disparado un 25,8% las denuncias por delitos contra el patrimonio histórico.
La unidad central de Patrimonio Histórico de los Mossos d’Esquadra se encarga de todos los delitos relacionados con el legado cultural, artístico e histórico, como, entre otros, expolios en yacimientos arqueológicos, falsificaciones de arte, daños contra bienes protegidos y estafas con simulaciones de obras o de piezas antiguas.
Tiene su sede en el complejo central de los Mossos de Egara, desde donde los agentes que forman la unidad realizan una búsqueda constante de posibles irregularidades que afecten al patrimonio catalán. Y es que, igual que los arqueólogos tienen paciencia para desenterrar cualquier vestigio, los policías deben rastrear indicios de irregularidades, aunque ahora la mayoría están en internet y las redes sociales.
En declaraciones a este medio, el sargento José Luis Ulloa, responsable de la unidad central de Patrimonio Histórico de los Mossos, explica que antes debían ir a anticuarios o locales de subastas para comprobar la autenticidad de algunas obras ante una denuncia. Ahora hacen mucho ciberpatrullaje, ya que las subastas se hacen por internet, pero también hay muchos portales web, tanto especializados de coleccionistas como de compraventa, en los que se ofrecen piezas históricas o artísticas.
12.000 zonas protegidas
«Hay épocas en las que la gente sale más al campo y tenemos problemas de expoliadores, personas que con un detector de metales van a buscar objetos, muchas veces en yacimientos arqueológicos o paleontológicos, que son zonas protegidas, lo que es un delito. Hay el que lo hace sin conocimiento y el que se salta la normativa a propósito», destaca Ulloa, quien añade que tanto efectivos de Mossos como de Agentes Rurales suelen patrullar por estas zonas para evitar estos saqueos.
Catalunya cuenta con 12.000 zonas patrimoniales protegidas, tanto terrestres como marítimas, lo que dificulta la protección. Sin embargo, los agentes suelen actuar en casos de reincidencia en un mismo punto, como un yacimiento que es expoliado en diversas ocasiones. Entonces montan un dispositivo de control, que incluye investigar los vehículos que pasan por la zona, y empiezan con un rastreo para ver si identifican posibles piezas robadas.
Ulloa recuerda que si te encuentras con un objeto que puede tener interés histórico o artístico, por ejemplo una moneda antigua mientras caminas por el bosque, tienes 24 horas para comunicarlo a la Administración, como un ayuntamiento o la policía local, ya que en caso contrario te podrían imponer una sanción. Pero si entras en una zona protegida, como un yacimiento, y te llevas objetos, se trataría de un delito contra el patrimonio histórico, que en algunos casos está castigado con penas de hasta 3 años de cárcel.
Según datos del Portal de Transparencia de los Mossos, el año pasado se registraron en Catalunya 39 denuncias por delitos contra el patrimonio histórico, lo que supone un 25,8% más que los 31 casos de 2022. Ulloa recuerda que «aquí hay mucho material arqueológico, ya que han pasado muchas civilizaciones» y añade que cada comunidad tiene su propia normativa de preservación del patrimonio, aunque todas son «en el mismo sentido», pero que la legislación de otros países pueden ser diferentes.
Estafas artísticas
Las investigaciones en cuestiones de delitos de estafas relacionadas con el patrimonio histórico, como una falsificación artística, suelen durar varios meses. «Necesitamos acreditar si las obras de arte son originales o falsas, y para ello necesitamos tener la certificación de autenticidad de la pieza por parte de fundaciones, empresas o museos, lo que tarda algún tiempo», explica el sargento.
En este sentido, estas actuaciones pueden empezar con denuncias de entidades que tienen los derechos de algún artista o con el rastreo por la red, ya que las subastas se hacen por internet. Ahí pueden ver los objetos a subastar, pese a que les suelen enviar el catálogo de obras previamente.
Los Mossos tienen una comunicación constante con el sector del arte y de las antigüedades para prevenir cualquier práctica delictiva y garantizar las buenas prácticas de los profesionales. De esta forma, pueden rastrear mejor cualquier objeto fraudulento, robado o expoliado. Además, reciben muchas denuncias de particulares que les alertan de posibles ventas irregulares o sospechosas.
No sólo internet y las redes sociales provocan un cambio en el rastreo de piezas patrimoniales. Otro de sus efectos es el aumento de los imitadores de cazatesoros, personas que tienen canales en varias plataformas en los que explican cómo se desplazan a zonas concretas para conseguir objetos arqueológicos. «Hay mucha ciencia ficción en esos vídeos», explica el sargento Ulloa, quien asegura que se ve cómo encuentran varias monedas o joyas antiguas en poco tiempo, aunque suelen montar el escenario y editar las imágenes con el objetivo de conseguir seguidores.
El problema es cuando aparecen seguidores que van con detector de metales a buscar objetos y cometen
La mayoría de irregularidades se encuentran ahora en internet y las redes sociales Los agentes tienen una comunicación constante con el sector del arte para prevenir fraudes
un delito al entrar en zonas protegidas, como las que aparecen en el Geoportal de Patrimoni Cultural de la Generalitat. Otros casos con los que se encuentran, como el sucedido en las Terres de l’Ebre hace unas semanas, son expolios en excavaciones arqueológicas, ya que aprovechan cuando no hay nadie para entrar y llevarse objetos, aunque no estén desenterrados.
Además de perder la información sobre el pasado que nos podría dar lo expoliado, la práctica causa un daño irreparable en el yacimiento al no poderse estudiar de una forma científica. Por eso, esta unidad policial trabaja para que podamos seguir buscando respuestas en el legado histórico de nuestros antepasados. ■