Puigdemont plantea el 12M como un plebiscito con Rull como plan b
▶ El expresident ve opciones reales de superar a ERC y se ve capaz de competir e incluso recoger el acta de diputado y optar a la investidura
Carles Puigdemont será candidato y quiere ser president de la Generalitat. Cree que las del 12 de mayo son sus elecciones, por encima incluso de los convulsos comicios de 2017 en los que venció a ERC contra pronóstico y que ganó en votos Ciutadans. El exjefe del Govern y líder de Junts quiere no solo ser candidato formal, número uno en la lista, sino que está convencido de que puede vencer en una campaña plebiscitaria y que puede llegar a tiempo de someterse a la investidura. Por si estos condicionales no surgen efecto, Junts también piensa en su plan b, que pasaría por el dirigente exconvergente y exconseller Josep Rull, quien se deja querer. En la ecuación se habla también de la figura de Míriam Nogueras, jefa de filas en Madrid. Y de Jaume Giró, exconseller de Economía, quiere ejercer su influencia en la candidatura y estaría dispuesto a acompañar a Rull.
¿Por qué quiere Puigdemont competir? Porque ve opciones reales de vencer a su principal adversario y contrincante, Esquerra, y porque quiere abanderar un discurso dicotómico soberanista entre su ambición y la opción del socialista Salvador Illa de «pasar página» al ‘procés’. El dirigente de Junts carecía de incentivos, meses atrás, para plantearse ser candidato. Pero con la amnistía a pocas semanas de ser una realidad en el Boletín Oficial del Estado, se ve capaz de competir e incluso de recoger el acta de diputado y optar a la investidura si es el más votado.
Erra, de número dos
Sin embargo, Junts debe plantear un plan b efectivo por si la amnistía no implica que los jueces levanten la orden de detención a Puigdemont. Una opción alternativa para disponer de otra persona que se someta eventualmente a la investidura si Junts gana los comicios del 12M. El plan b pasaría por situar de número dos en la lista a la presidenta del Parlament, Anna Erra, básicamente para respetar la proporción de mujeres y hombres en las llamadas «listas cremallera». Y, tras Erra, la clave será ver si es Rull, Nogueras o Giró.
Rull no ha dado todavía un paso adelante. En Junts todos coinciden, sin matices, en público, en apoyar a Puigdemont como candidato. Pero Rull reúne algunas condiciones internas: genera adhesión, simpatías y admiración, tiene una trayectoria independentista inequívoca y también pasó por la cárcel tras el juicio del ‘procés’, tras lo cual fue indultado. Rull representa un independentismo combinado con un discurso de cohesión social neoconvergente. A la hora de afrontar los mítines de campaña, carece –se apunta internamente– del carisma de una figura como Puigdemont.
Junts elegirá las listas al Parlament el 6 de abril en un consejo nacional. Y, en paralelo, diseñará una campaña en torno a la figura de Puigdemont –al que sin duda harán responsable de haber logrado la amnistía y de una estrategia en el exilio exitosa frente a la de ERC– con un doble discurso: el de la época independentista por un lado y el del proyecto de país, de gestión, por otro.
En cuanto a la épica, está por ver si Junts irá más alla de reclamar un referéndum pactado con el Estado. Hay que recordar que JxCat, como ERC, ha apoyado la investidura de Pedro Sánchez, y mantiene una vía negociadora con el PSOE sobre la agenda soberanista que acaba de dar sus primeros pasos. Puigdemont no descarta la vía unilateral y probablemente siga sin hacerlo en campaña, pero la actuación diaria de Junts es la de negociar con el PSOE medida a medida, en el Congreso.
Respecto a la agenda de la gestión, el partido va a desarrollar conceptos como el sentimiento de pertenencia, el llamado ascensor social y la idea de la modernidad. Todo ello en un espacio de centro para atraer a votantes de distintas sensibilidades y sin desatender amenazas como la del independentismo trumpista de Sílvia Orriols. Pero si hay algo que ahora monopoliza y monopolizará la campaña de Junts será un nombre: Puigdemont. Ese ha sido siempre el plan a de Junts, que ahora se ve obligado a acelerar ante el avance de las urnas.
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