«Hacer de la necesidad virtud»
Pedro Sánchez ha demostrado en repetidas ocasiones su capacidad para sobrevivir políticamente incluso cuando cualquier coyuntura le es claramente adversa. Al menos de entrada. Pero el dirigente socialista no da puntada sin hilo. La última, esta semana, re
El pasado 28 de octubre, un mes después de que Alberto Núñez Feijóo fracasara en su intento de investidura, Pedro Sánchez reunió a los más de 200 miembros del Comité Federal del PSOE y les dijo una frase que resume buena parte de su trayectoria al frente de la Moncloa. «Hay que hacer de la necesidad virtud». El presidente del Gobierno hablaba de la amnistía del ‘procés’, iniciativa que pasaba a abrazar tras sostener hasta entonces que era inconstitucional. De cómo la medida de gracia era necesaria para lograr el apoyo de ERC y Junts e impedir un Ejecutivo de PP Vox, pero también suponía una oportunidad para el «reencuentro total» en Catalunya. Casi cinco meses después, intenta volver a «hacer de la necesidad virtud».
El veto de los Comuns a las cuentas catalanas pactadas por ERC y el PSC llevó el miércoles a que el president Pere Aragonès anunciara el fin de su legislatura, con elecciones anticipadas el próximo 12 de mayo. Sánchez reaccionó al imprevisto movimiento renunciando a los Presupuestos Generales del Estado para este año, al concluir que ni republicanos ni posconvergentes estarían por la labor de pactar y ponerse de acuerdo cuando hay comicios a la vuelta de la esquina.
1 La reivindicación de la amnistía.
Frente a los reproches de la derecha, que retrata al jefe del Ejecutivo como un «rehén» de Oriol Junqueras y Carles Puigdemont, Sánchez asegura que su política en Catalunya (indultos, reformas del Código Penal, mesa de diálogo con el Govern y ley de amnistía) está provocando que el independentismo tenga cada vez menos respaldo. La hipotética llegada a la Generalitat del socialista Salvador Illa, que va primero en las encuestas y ya fue el más votado en 2021, supondría la prueba definitiva de que su tesis no va desencaminada. Paradójicamente, si el líder del PSC se convierte en el próximo president, Sánchez tendría nuevos motivos de preocupación: un resultado de este tipo podría provocar que ERC y Junts se replantearan su colaboración con el Gobierno central. Pero en la Moncloa dicen estar tranquilos, porque la única alternativa al PSOE y Sumar la representan el PP y Vox. «Seguro que podemos seguir entendiéndonos con Sánchez si es para mejorar la vida de la gente», dijo el jueves Junqueras a las puertas del Congreso de los Diputados.
2 Un calendario más despejado.
La cita con las urnas en Catalunya, que sin adelanto habría tenido lugar a principios del año que viene y no dentro de dos meses, siempre ha sido vista por el PSOE como una «espada de Damocles»: el acontecimiento que podría tambalear la legislatura española. Esa sensación no ha cambiado. Pero el anticipo de Aragonès, señalan en la dirección socialista, permite «aclarar las cosas» con mayor rapidez. Tras los comicios vascos del 21 de abril, los catalanes del 12 de mayo y los europeos del 9 de junio, se abrirá en España un periodo de en torno a dos años de sequía electoral, hasta las convocatorias en Castilla y León y Andalucía. La Moncloa confía en que entonces pueda gobernar con la tranquilidad que ahora no tiene.
3 El contraste con el PP.
Las elecciones gallegas del pasado fueron un mazazo para el PSOE. El partido de Sánchez cosechó su peor resultado histórico en la autonomía, mientras que el PP revalidó su mayoría absoluta, alentando la idea de un cambio de ciclo. Pero las nuevas citas con las urnas pintan peor para Núñez Feijóo. Los populares ocupan un papel residual tanto en Euskadi como en Catalunya, donde en los anteriores comicios fueron quinta y sexta fuerza, respectivamente. Los socialistas, en cambio, dan por hecho que revalidarán su coalición con el PNV en el primer territorio (como socios minoritarios, porque nadie espera que vayan más allá de su actual tercer lugar) y aspiran a gobernar el segundo gracias al empuje de Salvador Illa. En este escenario, reconocen fuentes socialistas, solo desentonan las elecciones europeas. Pero aquí también creen que el adelanto de Aragonès ayudará.
4 Un colchón ante las europeas.
La convocatoria para elegir a los 61 diputados españoles en la Eurocámara no se prefigura como una gran oportunidad para los socialistas. Se trata de unos comicios extraños, donde la participación suele ser baja y el voto de castigo alto. A diferencia de lo que ocurre en Euskadi y Catalunya, donde la inmensa mayoría de la población respalda la amnistía del ‘procés’, el PSOE da claras muestras de desgaste en el resto de España. Los colaboradores de Sánchez temen que el PP obtenga una clara victoria, pero consideran que el golpe será menor tras el buen resultado que, aseguran, lograrán el 12 de mayo en Catalunya.
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Los socialistas están seguros de que Illa ganará en Catalunya y será el mejor balón de oxígeno