El Periódico - Castellano

Vinicius se divierte y sigue su cruzada con los árbitros

Dos goles del brasileño, que volvió a ver la amarilla por protestar al árbitro y desafió a la grada de El Sadar, deciden un gran partido del Real Madrid.

- FERMÍN DE LA CALLE

Los partidos en Pamplona los gana el talento y los pierde la falta de actitud. Sino eres capaz de igual ar el fragor de Osasuna no tienes opciones de sacar nada del fortín roijllo. Eso lo sabe bien el Real Madrid, que sumaba nueve temporadas sin perder en El Sadar porque en el vestuario blanco es una de las visitas marcadas en rojo al ser considerad­a un viaje trampa por el ímpetu local. Y serán diez, porque dos chispazos de calidad de Vinicius, sumados a otros dos goles de Carvajal y Brahim, sellaron otra victoria, la séptima en las diez últimas visitas, que terminó en plácida goleada (2-4).

En esta ocasión Ancelotti apostó por un once de circunstan­cias, con T cho u amé ni formando ene le je de la zaga conRü di geryBrahim­disf razado de Bellingham ala espalda de Rodrygoy Vi nicius.Esteúl timo fue protagonis­ta de la primera jugada destacada a los tres minutos, cuando Catena cometió un grosero error que permitió al brasileño plantarse ante Sergio Herrera y batir le con tranquilid­ad rentabiliz­ando el regalo del central. Se adivinaba una tarde plácida para Carletto hasta que tres minutos más tarde un córner rojillo fue tocado dos veces en el área madridista antes de que Budimir apareciese para remachar a la red el empate.

Se recomponía la afición rojilla con el gol del croata, quien parece dispuesto a pelear aBellingha­m el pichichi, cuando diez minutos más tarde una jugada larga de ataque visitante terminó con Carvajal apareciend­o por sorpresa en el frente de ataque. El lateral se adentró enelc orazón del área osa su nist aparare matar con la sutilidad de un delantero consagrado la pelota a la red con el exterior con sangre fría.

El partido pagaba la entrada. Antes del descanso Vinicius vio la amarilla que le impedirá medirse al Athletic la próxima jornada. Fue amonestado por protestar de forma airada al árbitro, lo que enfadó mucho a Ancelotti. Un comportami­ento que generó otro roce en el descanso cuando se dirigió a una cámara advirtiend­o: «En todos los partidos el árbitro tiene una tarjeta para mí». El Real Madrid tiene un problema grave con la actitud del brasileño, que si no corrige el asunto acabará teniendo consecuenc­ias.

En la segunda mitad Osasuna fue perdiendo efervescen­cia, hasta que a la hora de partido un pelotazo de Lunin fue prolongado de cabeza en el centro del campo por Val verde llegando alespacioB­rahim, que con dos toques anotaba el tercero. La defensa rojilla se deshacía con un simple toque y el Madrid, más enchufado aniqui l aba el partido con su talento. Golpe que dejó malherido a Os as una, que tres minutos después quedaba sentenciad­o con un pase al espacio de Rü di gerqueV al verde tocaba para Vinicius, quien batía con enorme suficienci­a a Sergio Herrera. El brasileño se llevaba la mano a la oreja y señalaba a toda la grada de El Sadar, festejo que no gustó a Ancelotti, que le llamó a capítulo junto al banquillo. El gol de Iker Muñoz en el añadido apenas servía para maquillar algo la goleada ante la pasividad de la zaga blanca.

Vinicius, en su versión de doctor Jekyll y mister Hyde, descosía a Osasuna con su talento mientras seguía con su particular cruzada contra árbitros (lleva tres amarillas seguidas por protestar) y aficiones contrarias. No deslucía la exhibición del Real Madrid en El Sadar, pero dejaba un sabor agridulce. ■

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Álvaro Barrientos / AP Vinicius celebra ante la grada de El Sadar uno de sus dos goles de ayer.
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