Sorli elaborará menús personalizados a través de la inteligencia artificial
▶ La cadena de supermercados ha invertido medio millón de euros en una herramienta que propone platos según los datos que aporten los clientes
Tras décadas de carrera en la venta de alimentación y tras varios años abriéndose paso en el negocio del deporte, el grupo Sorli lo tiene todo listo para empezar a explorar el ámbito de la nutrición, una pata que pone el broche a su voluntad de despuntar en el terreno de la salud y la alimentación. La cadena de supermercados incorporará a su aplicación una herramienta de inteligencia artificial que elaborará menús personalizados para sus clientes.
La empresa, que lleva algo más de tres años trabajando en el proyecto en colaboración con el centro tecnológico Eurecat, y que ha invertido medio millón de euros en él, propone que una persona con tarjeta de fidelización Sorli pueda entrar en un apartado de la aplicación llamado Sorli Per Tu en el que, al proporcionar información respecto a su edad, peso, altura, género, alergias alimentarias, preferencias de dieta o rutina que más le convenga, encuentre una propuesta de platos a preparar aquella semana. Para el usuario per se o para toda su familia, si así lo necesita. La idea es que esto lo complete un botón con el que poder comprar directamente online todos los ingredientes necesarios para elaborar ese menú en casa.
Necesidades de los clientes
«Vemos que hay unas necesidades por parte de nuestro cliente que es comer cada día más saludablemente, ahorrar, ser más sostenible y todo esto hacerlo fácil», contextualiza el director general de la compañía, Josep Figueras. «La inteligencia artificial nos permite avanzar mucho en estos vectores que son tan difíciles de unir, porque necesitan diferentes conocimientos (nutrición, informática…)», completa la administradora y presidenta del grupo, Anna Sorli. «Si te quieres alimentar bien necesitas un cambio de hábitos, para ello necesitas hacer algo repetitivo y crear disciplina, lo que queremos es que esta disciplina sea lo más fácil posible», añaden.
De este modo, la cadena redunda en su estrategia de diferenciarse de su competencia generando una propuesta de valor para el cliente, se abre a nuevos usuarios e incide en el problema del desperdicio alimentario. «No es lo mismo que piensas que necesitas comprar fruta, que saber que necesitas cinco manzanas y dos naranjas», ejemplifica el director general de Sorli, que asegura que dejar de desperdiciar un 10% de los alimentos comprados supone un ahorro de 600 euros al año para una familia.
En el caso concreto de su negocio, todavía no saben si podrán sacar rendimiento económico o no de la iniciativa, pero priorizan enriquecer lo máximo la propuesta de cara al cliente y dejan para más adelante encontrar formas de capitalizarla.
En cualquier caso, cuentan con una posición financiera sólida y saneada, asegura Anna Sorli. El grupo ingresó 270 millones de euros en 2023, una cifra que supone incrementar un 4,3% el volumen de negocio del año pasado, algo lastrado por la caída de la facturación en las gasolineras al descender el precio del combustible. Este grupo centenario, comandado por la tercera generación de la familia que lo fundó, tiene supermercados, gimnasios, gasolineras, cafeterías y hasta un centro comercial con hotel incluido.
«A veces la oportunidad te hace diversificar», justifica la presidenta del grupo, que sitúa la apuesta por el hotel como un caso aislado, pero destaca los centros deportivos como un área en claro crecimiento. De hecho, acaban de invertir siete millones de euros en poner en marcha el primero de estos gimnasios en Barcelona, tras resultados excelentes en otras cuatro localidades.
«Se trata de ir creciendo, pero nuestro modelo no va tanto de velocidad como de solidez», reflexiona el director general de Sorli, que prevé poner en marcha en dos meses un nuevo almacén en Granollers con una inversión de 18 millones, que les permitirá crecer tranquilamente también en su negocio central, el de los supermercados. «Por eso hemos llegado a los 100 años, porque financieramente no se alarga nunca el brazo más que la manga», concluye.
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