Cómo se construyó el sueño americano
La exposición ‘Subúrbia’, comisariada por Philipp Engel, reflexiona sobre cómo el modelo sociourbanístico genuinamente estadounidense se ha extendido a otras culturas. La muestra se podrá ver desde hoy hasta el 8 de septiembre.
Subúrbia, o la construcción del sueño americano. Pero la creación de las zonas suburbiales no es una cuestión solo estadounidense. Esa nueva forma de vivir, instaurada después de la segunda guerra mundial, representa un espejo en el que muchas otras sociedades pueden contemplarse. Esta es una de las muchas ideas que plantea la exposición comisariada por Philipp Engel que se inauguró ayer en el CCCB de Barcelona y que podrá verse hasta el 8 de septiembre.
«Los suburbios son un espejo que nos permite pensar en la ciudad que tenemos y la ciudad que queremos», reflexionó en la presentación la directora del CCCB, Judit Carrera. «¿Por qué en Estados Unidos desean tanto instalarse en viviendas unifamiliares?», se preguntó el comisario de la exposición. Para explicarlo, se han remontado un poco más allá de ese sueño americano implantado por el presidente Roosevelt e ilustrado por Norman Rockwell en sus edénicas estampas de un mundo perfecto. «Hemos querido ir hasta los inicios del siglo XIX, cuando las clases adineradas y la revolución que implica el ferrocarril permiten ir hacia las afueras de las grandes ciudades y fundar los nuevos lugares en los que vivir», razonó Engel, y recordó una frase de Roosevelt: «Las viviendas unifamiliares formaban una república de pequeños propietarios que no puede conquistarse».
La ciudad y el jardín
Engel comentó que según unos estudios recientes, «70.000 barceloneses se irán a vivir a las afueras residenciales en los próximos cinco años». No es por lo tanto un fenómeno estrictamente estadounidense. Por eso la exposición se cierra con El suburb arriba a casa en la que, con el asesoramiento de Francesc Muñoz, se documenta esta realidad en la sociedad catalana. «La ciudad y el jardín, la idea popular de la casa i l’hortet», explicó gráficamente Muñoz.
La muestra radiografía esa nueva cultura que anunciaba confort pero podía llegar a ser también muy inquietante, algo demostrado por John Cheever o David Lynch. Como mejor ejemplo, la serie de fotografías de Gregory Crewdsonen las que vemos a Julianne Moore, Tilda Swinton y otras estrellas cinematográficas en inquietantes instantáneas dentro de una casa suburbial. Sumado a los ejemplos de pesadillas residenciales o gótico suburbano, ofrecen la cara oscura del modelo.
Continuamos con las distintas ediciones del impresionante fotolibro de Bill Owens publicado en 1972 con el mismo título que la exposición; los objetos que en la América idílica definían a las reinas del hogar, la esfera de la mujer; las maquetas de coches y taxis aerodinámicos realizadas entre 1932 y 1939 por el diseñador Norman Bel Geddes; los apasionantes trabajos de Ed Templeton; escenas del filme El nadador y las fotografías observacionales de Kate Wagner.
En castellano, suburbio significa zona deprimida. Suburbia, en inglés, define un paraíso. Pero no hay paraíso perfecto, como certifica esta exposición.
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«¿Por qué en EEUU desean tanto instalarse en casas unifamiliares?», se pregunta Engel