El Periódico - Castellano

«Trabajamos ya en terapias a la carta contra el cáncer de mama»

Esta oncóloga del Clínic forma parte del proyecto que une a médicos y científico­s para avanzar en la comprensió­n de enfermedad­es y en la búsqueda de tratamient­os.

- V. R.

— ¿Cuál es el perfil más habitual de paciente que llega a su consulta?

— El cáncer de mama es una enfermedad muy prevalente y puede afectar a mujeres de cualquier edad. Nos llegan pacientes muy jóvenes, de 30 años o menos, y de edad más avanzada, de más de 70 años. La mayoría de casos se diagnostic­an en un estadio muy precoz y podemos plantear varias opciones de tratamient­o. Pero hay una minoría de casos que o bien llegan en estadios más avanzados o bien se trata de tumores muy agresivos. Entonces el escenario es más complicado.

— Siempre se ha dicho que no hay un solo cáncer de mama sino muchos. ¿Cuál es el diagnóstic­o más común con el que se encuentra?

— El 75% de los cánceres de mama que detectamos son de tipo hormonal. Es decir, que responden a hormonas como el estrógeno o la progestero­na. El 15% restante de los casos se clasifican como triple negativo. Se trata de tumores mucho más agresivos y que requieren un abordaje terapéutic­o diferente. Por ejemplo, con quimiotera­pias más potentes o, según se ha planteado recienteme­nte, con inmunotera­pias.

— Antes decía que dos pacientes con el mismo diagnóstic­o de cáncer de mama pueden tener evolucione­s diferentes. ¿A qué podría deberse?

— Es una de las preguntas que nos hacemos cada día las personas que trabajamos en oncología. Creemos que la respuesta puede estar en cuestiones de biología básica. Por ejemplo, en determinad­as mutaciones que presenta el tumor. O en las células, tejidos y vasos sanguíneos que lo rodean (algo que se conoce como microambie­nte tumoral). Cada vez hay más estudios que indagan cómo estas caracterís­ticas influyen en la evolución del tumor.

— ¿Por qué hay tratamient­os que resultan muy efectivos para algunas pacientes y no para otras?

— Esa es otra de las dudas que más me planteo en la consulta. Hay pacientes que responden muy bien y otras que no. En ambos casos necesitamo­s entender por qué se produce este fenómeno. En los casos donde va bien, queremos entender qué caracterís­ticas favorecen esta respuesta y hasta qué punto podemos reducir el número de tratamient­os aplicados. Y en los casos donde no funcionan, también necesitamo­s entender qué está pasando y qué otras vías podemos explorar.

— ¿Y qué pasa cuando una paciente desarrolla una resistenci­a al tratamient­o?

— Esa es una de las cuestiones que nos disponemos a investigar en este proyecto. Queremos entender por qué hay algunas pacientes que no responden a tratamient­os que en otras sí funcionan. Por ejemplo, los casos de cáncer de mama de tipo hormonal, que presentan metástasis y que no responden a tratamient­os convencion­ales. Nuestro objetivo es entender por qué pasa, encontrar nuevas dianas terapéutic­as y plantear tratamient­os alternativ­os como, por ejemplo, terapias personaliz­adas como las inmunotera­pias CAR-T.

— ¿En qué consisten estos abordajes alternativ­os que plantean?

— Estamos trabajando ya en terapias a la carta contra el cáncer de mama. Se está estudiando el uso de unas inmunotera­pias personaliz­adas donde se utilizan los linfocitos de la propia paciente (es decir, parte de las células de su sistema inmunitari­o) para que

ataquen a las células cancerosas. Estas herramient­as, conocidas como CAR-T, ya se están utilizando en otras enfermedad­es como la leucemia y ahora empiezan a plantearse para hacer frente a tumores sólidos como el cáncer de mama. Los primeros ensayos de laboratori­o están dando resultados muy esperanzad­ores y en breves esperamos poner en marcha algún ensayo clínico con voluntaria­s.

— ¿Cuándo creen que tendremos una inmunotera­pia efectiva y disponible para las pacientes que lo necesitan?

— Es complicado dar una fecha. La ciencia está avanzando mucho en el tratamient­o del cáncer de mama pero todavía falta mucho para que estas terapias innovadora­s lleguen a las consultas. Siendo optimista diría que tenemos años, quizás décadas, por delante hasta lograr que estos tratamient­os sean accesibles. Para ello necesitamo­s mucha investigac­ión, mucha inversión y, sobre todo, mucha colaboraci­ón. Por suerte, las pacientes son las primeras que se prestan a participar en estas investigac­iones. Todas quieren aportar su granito de arena para mejorar el estudio de estas enfermedad­es y acelerar la búsqueda de tratamient­os.

 ?? Maite Cruz ?? Laura Angelats, en un laboratori­o del IRB Barcelona.
Maite Cruz Laura Angelats, en un laboratori­o del IRB Barcelona.

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