Aragonès condiciona el apoyo de ERC a Sánchez a la financiación de Catalunya
▶ El presidente de la Generalitat señala en Madrid, tras el portazo del Gobierno a su propuesta, que hay que «aprovechar» la «actual capacidad de influencia» política de Esquerra en la legislatura
Pere Aragonès no otorga excesivo recorrido al portazo del Gobierno a su propuesta de financiación «singular» en Catalunya. Primero, porque los argumentos del Ejecutivo central para rechazar esta iniciativa, que según el president de la Generalitat incluyen las palabras «imposible» e «inconstitucional», son los mismos que los socialistas emplearon en un primer momento ante medidas que ahora son una realidad: de los indultos a la mesa de diálogo, pasando por la derogación del delito de sedición y la reciente ley de amnistía. Y después, porque es Pedro Sánchez el que necesita a ERC. No al revés. «Tenemos que aprovechar nuestra actual capacidad de influencia», señaló ayer Aragonès, condicionando la legislatura española a los avances en este campo. «Debe ser una cuestión central», subrayó.
Un día después de la presentación en Barcelona de su modelo para que Catalunya gestione todos los impuestos que genere, siguiendo el modelo de Euskadi y Navarra, Aragonès acudió a Madrid a dar cuenta de su propuesta. Se trata, explicó, de una etapa más en el camino hacia la «normalización política», cuyo destino debe ser un referéndum vinculante sobre la independencia. «Pero paso a paso», dijo el president durante una conferencia organizada por la agencia Europa Press. De momento, los esfuerzos de ERC, en pleno escenario electoral tras el adelanto de los comicios autonómicos, que tendrán lugar el 12 de mayo, se sitúan en la propuesta de autonomía financiera. En síntesis, se trata de que Catalunya gestione todos los impuestos que se recaudan en su territorio, en lugar de solo el 9% actual. El cambio, según sus cálculos, supondría 51.981 millones de euros al año, poniendo fin a un «sistema injusto y arbitrario», que implica que Catalunya sea la «tercera» comunidad en aportar recursos y la «decimocuarta» en recibirlos. Al mismo tiempo, se mantendría una cuota de solidaridad con otras autonomías que Aragonès ha evitado concretar.
«Nos dirán que es imposible, que es inconstitucional, como nos decían que eran imposibles los indultos e inconstitucional la amnistía. Será una realidad si aprovechamos nuestra fuerza política,
nuestra capacidad de influencia y el compromiso del Gobierno, suscrito en los acuerdos de investidura, de explorar esta materia», señaló.
El pacto con el PSOE
La alianza entre socialistas y republicanos, sellada a principios de noviembre, aborda esta trascendental cuestión económica, pero ambas partes solo se comprometen a constituir una comisión bilateral que analice cómo «lograr una financiación adecuada que garantice la suficiencia financiera de los servicios públicos en Catalunya».
Por eso, el Gobierno acogió el martes la propuesta de Aragonès sin sorpresa, porque los republicanos llevan meses anunciándola, y con frialdad. Los colaboradores de Sánchez argumentan que tendría un dudoso encaje constitucional: Euskadi tiene reconocido su estatus fiscal en la propia Carta Magna, pero Catalunya forma parte del régimen general de financiación. El enfoque, continúan, tiene que ser «multilateral», no «bilateral» como reclama el president, junto al resto de comunidades.
«Vamos a impulsar una reforma del sistema de financiación de todas las comunidades del régimen común, incluida Catalunya. Pero para ello necesitamos consenso con el PP», dijo este martes la vicepresidenta primera y ministra de Hacienda, María Jesús Montero. El Ejecutivo, aun así, evita cargar contra ERC. Necesita a los republicanos en cada votación del Congreso y la precampaña catalana obliga también a hacer equilibrios para no espantar a una parte del electorado potencial del PSC, cuyo candidato, Salvador Illa, ocupa el primer lugar en las encuestas.
Pero Aragonès considera que ese es un callejón sin salida. El partido de Feijóo, que gobierna en 11 de las 17 autonomías, ya ha dejado claro que no está por la labor de abordar un pacto de este tipo con el Gobierno, como ha recordado el president. «Si vamos a una negociación multilateral no habrá acuerdo. ¿Alguien se imagina que en el actual contexto de polarización, con la mayoría de las comunidades de régimen común en manos del PP, será posible un acuerdo?», se preguntó el dirigente de ERC, anticipando el rechazo del resto de administraciones a su fórmula. «Yo no voy a negociar por otros territorios, pero no voy a aceptar que esos territorios condicionen los recursos que deben llegar a Catalunya. Nuestra fórmula de negociación es bilateral», insistió.
ERC anunció la presentación de su propuesta antes de la convocatoria de elecciones, sobre la que sobrevuelan todo tipo de incógnitas. Las principales: la candidatura de Carles Puigdemont en Junts, el triunfo del PSC, que ya ganó los comicios de 2021 en votos y empató con los republicanos en escaños, y la suma de los partidos independentistas.
«Mi objetivo es continuar con un Gobierno como el que tengo ahora y hacerlo con mucha más fuerza. Es el mejor Gobierno que hemos tenido en las últimas décadas en Catalunya», dijo. «Si alguien cree que las encuestas son la verdad de lo que va a pasar, que miren las de las últimas elecciones generales. Apelo a los indecisos, de una forma muy clara: teníamos unos Presupuestos que nos permitían acometer las políticas para superar nuestros retos y esta es mi carta de presentación. No me voy a presentar diciendo fantasías sobre lo que voy a hacer», concluyó, en un mensaje que encierra críticas tanto a los posconvergentes como a los Comuns.
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«También decían que eran imposibles los indultos y la amnistía», advierte el president