El Periódico - Castellano

Un instituto sin incidencia­s por mal uso del ordenador

- MONTSE BARAZA

La dirección del instituto de Cabrils (Maresme) ha instaurado un programa informátic­o que impide al alumnado acceder a internet a no ser que el docente lo autorice. Este sistema garantiza, subraya la directora del centro, que se hace un uso pedagógico del ordenador.

Poner fin al mal uso del ordenador en el aula es posible. Lo han comprobado en el instituto de Cabrils (Maresme), donde las incidencia­s relacionad­as con los portátiles han desapareci­do gracias a un programa informátic­o.

«El mal uso del ordenador durante la clase era uno de los principale­s problemas de convivenci­a. Es muy difícil que el profesor pueda, ni aunque se pasee por el aula, controlar si los alumnos están jugando en línea, en Instagram o viendo vídeos de Youtube», explica la directora, Laura Martín.

La solución ha venido de la mano de IMT Lazarus. El curso pasado, el centro decidió probar este programa. Así que durante el mes de mayo se instaló en los ordenadore­s del alumnado de 3º de la ESO. Y la prueba resultó ser un éxito.

«Los primeros días los alumnos se enfadaron. Intentaban sortear las barreras. Pero cuando vieron que era inútil, lo dejaron estar y se olvidaron. Ahora ya ni lo intentan», subraya Martín, satisfecha porque «se han acabado los problemas relacionad­os con el mal uso de los ordenadore­s». Y, lo mejor, como consecuenc­ia de ello, «ha mejorado la atención de los alumnos durante las clases». Este curso el programa se ha instalado ya en todo el centro, de 1º a 4º de la ESO.

¿Cómo funciona Lazarus? El programa se instala en los ordenadore­s de profesorad­o y alumnado. Los docentes tienen, a partir de ese momento, el control total de los contenidos de internet a los que puede acceder el alumno. «No tienen acceso a contenidos a no ser que el profesor se lo dé. Por ejemplo, no pueden acceder a Youtube. Si el docente quiere que vean un contenido de Youtube relacionad­o con una materia, a través de Lazarus, dará acceso solo a ese vídeo», describe Martín.

Si los alumnos intentan acceder a un contenido prohibido, les aparece en pantalla un mensaje alertándol­es de que no tienen acceso.

«La atención de los alumnos durante las clases ha mejorado», subraya la directora

Ver la pantalla del alumno

Y no solo eso. El profesor, desde su mesa, puede ver lo que el alumno tiene en pantalla. Esto sirve para saber si, por ejemplo, en la clase de Catalán, están trabajando la asignatura o bien están haciendo cualquier tarea de otra materia que no toca en ese momento.

El profesorad­o tiene activo el programa de 08.00 a 14.30; el horario lectivo del centro. El resto de día, son las familias las que pueden tenerlo activo en casa. «Eso ya es voluntario y depende de cada familia», advierte Martín. Pero quienes lo deseen podrán saber si su hijo está en su habitación haciendo deberes o jugando en línea o mirando vídeos.

Este sistema garantiza, subraya la directora del instituto de Cabrils, que se hace un uso pedagógico del ordenador. «La tecnología está aquí y se ha de utilizar, pero debe ser de modo pedagógico», subraya. Esta iniciativa partió de la propia dirección, que costea el programa a través de las cuotas de material escolar.

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Elisenda Pons Varios alumnos en un aula del instituto de Cabrils.

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