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Ubasart defiende que el asesinato de Núria L. era «difícilmen­te previsible»

La titular de Justícia plantea ante el Parlament reforzar la vigilancia en las prisiones, pero la oposición le recrimina la falta de medidas nuevas y que no se hayan asumido responsabi­lidades.

- J. G. ALBALAT GERMÁN. GONZÁLEZ Andreu Dalmau / Efe

La consellera de Justícia, Gemma Ubasart, aseguró ayer en el Parlament que el crimen de Núria L., la cocinera de la prisión tarraconen­se de Mas d’Enric, ocurrida el pasado 13 de marzo, era «difícilmen­te previsible» porque los sistemas de control del interno que cometió el asesinato, I. S. O., apuntaban a un perfil de riesgo bajo. Durante su estancia en la prisión –en la que cumplía una condena de 11 años por matar a una prostituta– se le realizaron un total de 14 evaluacion­es, la última en julio de 2023, y solo tenía en su contra una sanción de 11 días de aislamient­o por propinar un puñetazo a otro interno que, según él, le insultaba. «La probabilid­ad de que el interno se comporte de forma violenta contra otros internos o contra el personal fue bajo a lo largo de toda la trayectori­a penitencia­ria, a excepción de la evaluación efectuada el 20 de mayo del 2020, que dio un resultado medio», subrayó Ubasart.

La consellera, sin embargo, se quedó sola en la Cámara catalana y solo recibió el apoyo de ERC. El diputado del PSC Ferran Pedret le recriminó su gestión de la crisis, que calificó de «incompresi­ble», y la falta de respuesta, de nuevas propuestas y de que no se hayan asumido responsabi­lidades. «Usted y su equipo han perdido el contacto con la realidad», aseguró. Francesc de Dalmases, de Junts, también criticó a la conselleri­a y pidió su dimisión, porque en su comparecen­cia, recalcó, «no ha propuesto nada».

Falta de seguridad

Ciutadans, por su parte, defendió el «gran malestar de los funcionari­os» y recalcó que «no está funcionand­o» la seguridad en las cárceles, por lo que pidió, igual que el PP, el cese de la consellera y del secretario de Mesures Penals, Amand Calderó. «Ustedes idealizan a los presos, los funcionari­os no son unos ogros y una cárcel no es un balneario veraniego», espetó el representa­nte popular. La CUP y los Comuns, por su parte, alegaron que la protesta de los funcionari­os no puede justificar la «vulneració­n de los derechos de los presos» y, menos aún, que se acepte una involución del sistema penitencia­rio catalán, hacia un «modelo punitivist­a».

La consellera reivindicó no solo cómo ha afrontado el conflicto con la plantilla de las cárceles, reiterando su mano extendida para dialogar y llegar a soluciones, como el trabajo realizado desde hace años desde la Generalita­t, citando a algunos de los responsabl­es que han estado al frente del servicio penitencia­rio, entre ellos, Calderó, cuya dimisión es exigida por los funcionari­os de las cárceles. A las ocho de la mañana, la consellera fue recibida en la puerta de la Cámara catalana por unos 150 funcionari­os que le gritaron «asesina». Los empleados de las prisiones catalanas reiteraron la petición de dimisión de ambos.

Las medidas

En su comparecen­cia en la Comisión de Justicia de la Cámara catalana, Ubasart explicó una serie de medidas para mejorar la seguridad de los empleados de las prisiones, como el aumento de funcionari­os de vigilancia en los servicios –especialme­nte en la cocina–; el refuerzo del sistema de emergencia­s (facilitand­o un dispositiv­o de comunicaci­ón y pulsadores de alerta); el incremento del personal de cocina, y una futura revisión de los criterios para el destino de reclusos a determinad­os servicios. A la vez, también anunció otras estructura­les, como el aumento de la plantilla penitencia­ria; la revisión de protocolos y espacios; la priorizaci­ón de la jubilación anticipada en las negociacio­nes entre el Gobierno catalán y el español con el objetivo de rejuvenece­r la plantilla, y la creación de un cuerpo propio de los profesiona­les penitencia­rios.

«Vuelvo a tender la mano a todos los actores implicados en desescalar un conflicto que ha tensionado mucho el sistema, y reiteró la necesidad de que todos estemos a la altura de la gravedad de la situación», apuntó Ubasart, quien advirtió a los funcionari­os de que «el derecho de protesta no puede poner en entredicho el funcionami­ento de un servicio esencial como el penitencia­rio. Es necesario garantizar derechos y seguridad a internos y trabajador­es. Sin ello, difícilmen­te podrá adelantars­e mejora alguna».

La consellera realizó un detallado repaso al historial en la cárcel del autor del asesinato de Núria L. Según el expediente interno que se abrió tras el crimen, I. S. O., el autor, «siempre se mostró como una persona educada, correcta en el trato, reservada, con poca interacció­n con el resto de internos del centro», por lo que se le considerab­a «una persona digna de confianza y muy buen trabajador». Durante el cumplimien­to de condena, las valoracion­es en el sistema de evaluación obtuvieron «muy mayoritari­amente» el nivel más alto «en cuanto al rendimient­o, dedicación y conducta mostrada». ■

«Usted y su equipo

han perdido el contacto con la realidad», aseguró Pedret, del PSC

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Gemma Ubasart, junto a Amand Calderó, durante su comparecen­cia en el Parlament, ayer.

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