El fiscal pide 22 años para el jubilado que envió cartas con explosivos
▶ El autor de las misivas al presidente, a Robles y a las embajadas de Ucrania y EEUU es acusado de terrorismo con resultado de lesiones
La Fiscalía de la Audiencia Nacional solicita un total de 22 años de cárcel y seis más de libertad vigilada para el jubilado de Miranda de Ebro (Burgos) Pompeyo González Pascual, detenido el 25 de enero del año pasado, como autor del envío de seis cartas con explosivos al presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, a la ministra de Defensa, Margarita Robles, a la embajada de Ucrania en Madrid, a las instalaciones de la empresa zaragozana Instalaza, a la embajada de Estados Unidos en la capital y al centro de satélites de la Base Aérea de Torrejón.
El ministerio público considera que Pompeyo González cometió dos delitos: uno de terrorismo con resultado de lesiones y otro de fabricación, tenencia, colocación y empleo de aparatos explosivos, inflamables o incendiarios, por los que entiende
que les corresponde, respectivamente, 10 y 12 años de cárcel, a cuyo cumplimiento deberá cumplir otros seis más de libertad vigilada.
Heridas en una mano
Las lesiones obedecen a las heridas que sufrió en una mano un empleado de la embajada ucraniana. Ante el temor de que fuera un paquete bomba, lo lanzó hacia el suelo, momento en el que explotó, «causándole una herida abierta en mano derecha con leve tumefacción en un dedo, abrasiones y hematomas tanto en región palmar como dorsal». El fiscal pide que el acusado le indemnice con 1.500 euros. El escrito señala que su internamiento en un centro penitenciario no podrá exceder los 20 años. Según el escrito, Pompeyo González, «contrario al apoyo prestado a la nación ucrania
na» por parte del Gobierno de España, por el de los Estados Unidos, así como por otras instituciones radicadas en territorio nacional, con la finalidad de lograr variar esos posicionamientos, y causar profunda conmoción en la normal convivencia pacífica de la sociedad española, en su domicilio de Miranda de Ebro, construyó artefactos explosivos».
Los demás paquetes no llegaron a explotar, porque levantaron sospechas y pudieron ser neutralizados. Como el llegó el 24 de noviembre de 2022 a La Moncloa, «donde se chequeó al pasarlo por Rayos X, y se comprobó que podía contener algún tipo de artefacto. Se activó el protocolo de seguridad y se procedió a la detonación controlada del paquete. Contenía carga explosiva de perclorato/clorato de origen pirotécnico y una pólvora de base nitrada».
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