Huelga masiva de los empleados bancarios
Dos protestas solapadas
La banca vivió ayer una jornada masiva de huelga, con los empleados de las entidades bancarias y una de sus principales consultoras DXC, que lleva el mantenimiento de los aplicativos de CaixaBank y Banc Sabadell, en pie de guerra. Los sindicatos cifran en más del 70% el seguimiento de las protestas y alertan de que estas podrían tener incidencia en los servicios de banca telemática o retirada de efectivo en cajeros. Después de un 2023 en el que las entidades financieras han registrado, mayoritariamente, beneficios récord, los trabajadores del sector reclaman que el actual momento de bonanza se plasme también en sus nóminas. Según CCOO, UGT y FINE, las centrales convocantes, unas 80.000 personas –el equivalente al 75,8% de las plantillas– están secundado la huelga.
Las protestas de los empleados de banca se añaden a los de una de sus principales consultoras, DXC. Los informáticos de esta corporación enfilaron ayer su segundo día de huelga tras lograr un seguimiento del 70% durante su primer día de paros, según cuantificaron desde los sindicatos.
La huelga en DXC, con una plantilla de 7.500 empleados, es una cuestión de salarios y los acercamientos entre la dirección y los sindicatos por el momento han sido infructuosas. Las centrales con representación en la compañía cifran que el personal ha perdido un 17% de poder de compra desde que estalló el covid. Para forzar a la empresa a negociar incrementos que palien esa pérdida de poder de compra, las centrales tienen convocadas más jornadas de huelga. Salvo acuerdo que las desactive, hay paros convocados en DXC los días 29 y 30 de abril y 3, 4 y 5 de junio.
■ y septiembre ya ascendió a 24.560 millones, un 25,9% más que en el mismo periodo de 2022. Con toda probabilidad, así, la cifra final superará los 25.418 millones de 2022, que ya supusieron la cantidad más elevada desde los 30.640 millones de 2007. De hecho, los diez principales bancos del país, que ya han presentado resultados, ganaron 28.005 millones el año pasado, 6.211 millones y un 28,4% más que en 2022. La cifra del conjunto del sector será solo algo más alta, ya que el resto de entidades tienen una cuota de mercado muy inferior.
El fuerte incremento de los beneficios bancarios ha provocado críticas sociales y políticas en los últimos dos años y ha sido esgrimido por el Gobierno para impulsar el impuesto al sector, que PSOE y Sumar han pactado convertir en permanente. El gobernador del Banco de España, Pablo Hernández de Cos, propuso el pasado fin de semana en una entrevista en este diario que las entidades puedan deducirse de dicho gravamen las cantidades que destinen a reservas y capital. Pero la vicepresidenta primera y ministra de Hacienda, María Jesús Montero, lo descartó el jueves: «Vamos a diseñar el impuesto para que la banca también contribuya a la financiación de los servicios públicos».
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