La guerra del ecopostureo
La reciente demanda de Iberdrola en la que acusa a Repsol de alardear de sostenible sin serlo es un caso inédito en España, un conflicto al que se ha sumado un tercer actor: la vicepresidenta tercera Teresa Ribera. El ‘greenwashing’ es la nueva batalla en el sector energético y en el consumo.
Una demanda inédita en España de la primera eléctrica del país, Iberdrola, a la principal petrolera, Repsol, por greenwashing o ecosposturero –presumir de ser verde y sostenible cuando en realidad no es así– ha abierto una suerte de guerra a tres en la que se ha metido de lleno la vicepresidenta tercera y ministra para la Transición Ecológica, Teresa Ribera. «Y llega a los tribunales el hartazgo por el greenwashing» , escribió la ministra en su cuenta en la red social X (antes, Twitter) al día siguiente de conocerse públicamente la acusación.
La réplica de Repsol llegó el pasado jueves, de la mano de su consejero delegado, Josu Jon Imaz: «¿Quiere que cerremos las refinerías y sus 28.000 empleos?». «Por ahora es muy difícil pensar en cerrar las refinerías españolas porque tenemos un modelo muy dependiente de los combustibles fósiles. (...) En nuestra estrategia de movilidad a largo plazo, en 2040 o 2050, debemos estar preparados para un abandono de los combustibles fósiles donde afortunadamente es muy probable que no necesitemos la gasolina ni el gasoil», contestó la vicepresidenta.
Ribera se posiciona, así, del lado de Iberdrola, con la que ha tenido sus más y sus menos durante la crisis energética, primero a cuenta del vaciado de embalses en verano de 2021 y después, en septiembre de ese mismo año, cuando anunció que recortaría los ingresos de las centrales inframarginales (nucleares e hidráulicas, principalmente). El discurso de la vicepresidenta no es nuevo, tampoco el de Repsol, ni su enfrentamiento dialéctico-ideológico.
Repsol afirmó que nadie puede decidir «qué tecnologías» se deben utilizar en el futuro Ribera ha dejado clara su apuesta por la electrificación, frente a la que se sitúa la petrolera
Cambio tecnológico
Nada más llegar al Gobierno, minutos antes de comparecer en su primera Comisión para la Transición Ecológica en el Congreso de los Diputados para dar cuenta de sus planes como ministra, en 2018, Ribera dijo aquello de que «el diésel tiene los días contados» y llegó a ponerle fecha, 2040, en un borrador de ley de cambio climático y transición energética, que posteriormente enmendó. Entonces, Josu Jon Imaz y también el presidente de Repsol, Antonio Brufau, defendieron que nadie puede decidir «qué tecnologías» se deben utilizar en el futuro.
Desde ese día, Ribera ha dejado clara su apuesta por impulsar la electrificación, frente a la que se sitúa la petrolera. Repsol no reniega de la electricidad –consciente del cambio tecnológico decidió tener su propia marca eléctrica y es la cuarta comercializadora del mercado–, pero tampoco quiere ir en contra de su principal fuente de ingresos, el petróleo. Y eso es lo que parece molestar a Ribera, que defiende la «industria y su futuro» pero con «precios de la electricidad asequibles y estables de la mano de las energías renovables», según fuentes de su ministerio.
«Sin negar la realidad, apostando por la descarbonización, los gases renovables, el hidrógeno verde y, por supuesto, que se necesita a toda la industria básica, el sector químico y las refinerías», añaden estas fuentes. Al mismo tiempo, defienden «que Repsol garantice el empleo de sus 28.000 trabajadores haciendo evolucionar la compañía». El consumo eléctrico tampoco ayuda, con el bajo cambio tecnológico en el transporte, la industria y los hogares, la demanda eléctrica en 2023 fue la más baja desde hace dos décadas.
Otro ejemplo de conflicto entre el trío Iberdrola-Repsol-Ribera se produjo a finales de 2020. El Consejo de Ministros aprobó entonces una norma para trasladar una parte del coste de la factura de la luz (las primas a las renovables) a la factura del gas y a los carburantes. El objetivo de Ribera era incentivar a los consumidores al cambio tecnológico, aunque esa norma nunca se aprobó.
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