El Periódico - Castellano

«La tetraplejí­a no es el final»

- GISELA BOADA

Uun accidente de coche le obligó a abandonar su carrera como jugador profesiona­l de balonmano por una lesión medular. El deporte y el balón forman parte del ADN de Pau Navarro, que practica ahora rugby en silla de ruedas, deporte del que es internacio­nal, con el Spartans Granollers.

«Y ahora, ¿qué deportes puedo practicar?», le preguntaba Pau Navarro (Granollers, 1999) a su terapeuta ocupaciona­l del Instituto Guttmann el primer día de rehabilita­ción en el centro, después de 48 días ingresado en Vall d’Hebron. Dos meses antes de formular la pregunta, el joven sufrió una lesión medular a nivel cervical a causa de un accidente de tráfico y desde entonces -finales de 2018- va en silla de ruedas.

No puede mover las piernas - donde la afectación es total-, pero sí parcialmen­te las extremidad­es superiores. Lo suficiente para poder saciar sus ganas de seguir haciendo deporte y competir. «No es algo físico, también es un proceso mental. Pero cuando supe que tenía una lesión medular, lo primero que pensé es en cuándo podría volver a hacer deporte», explica Pau a este diario.

Antes de la lesión, Navarro vivía una de sus mejores etapas deportivas: era una de las promesas del balonmano español. Con 18 años ya había jugado con el primer equipo del Granollers, el club de su vida, y formaba parte del equipo júnior de la selección española.

Dos Europeos

El deporte y el balón forman parte de su ADN desde que tiene uso de razón: primero empezó con el futbol, después se dio cuenta de que lo que le apasionaba era el balonmano y más adelante, la vida le obligó a tomar un rumbo diferente. Actualment­e, es jugador de rugby en silla de ruedas en el equipo Spartans Granollers. Y en 2022 volvió a vestir la camiseta de la selección española con este deporte, habiendo jugado hasta el momento dos Europeos.

«No había acabado mi rehabilita­ción en la Guttmann y ya estaba probando deportes para poder practicarl­os después», reconoce. Antes de decantarse por el rugby en silla de ruedas, Navarro probó el ciclismo y el tenis, pero no le convencían. «No estaba preparado para dejar el deporte en equipo después de 12 años», relata. Por eso se centró en jugar al rugby en silla de ruedas. Y eligió bien, porque además de competir, este deporte le permitió

Perdió 24 kilos por la lesión, pero ocho meses después del accidente volvió a practicar deporte «En el vestuario somos los primeros en hacer humor negro entre nosotros», explica

encontrar un lugar seguro donde solo era uno más. «En el vestuario todos nos entendemos muchísimo, tenemos la oportunida­d de hablar de cosas que igual en la calle son tabús, pero aquí lo dejan de ser», explica. «Somos los primeros en hacer humor negro entre nosotros», comenta entre risas. «Es una libertad brutal».

Innegablem­ente, el deporte ha sido una pieza clave para su rehabilita­ción en todos sus procesos. «Cuando empecé las sesiones decidí tomármelo como entrenos. Aprendí desde muy pequeño que en los entrenamie­ntos hay que tener compromiso, esfuerzo y sacrificio. Y eso lo interioric­é inconscien­temente en mi rehabilita­ción», comenta Pau, aunque subraya que el proceso fue muy largo y costoso: «Perdí 24 kilos a partir de la lesión, la mayoría de masa muscular. Los médicos me pedían paciencia, tenía que volver a aprender a hacer todo desde cero». Ocho meses después del accidente, volvió a practicar deporte.

El deporte paralímpic­o tiene todavía muchos retos por delante, como el coste económico -una silla de rugby puede llegar a costar hasta 13.000 euros-, pero juega un papel muy importante en la inclusión de las personas con discapacid­ad en la sociedad. «Conozco gente que a partir de una lesión les ha costado más reinsertar­se, pero al probar el deporte y crear este vínculo en equipo, han empezado a animarse y ser más autónomos», explica.

«Pero yo no estoy aquí para inspirar a nadie», deja claro el deportista. «Lo que quiero mostrar es la naturalida­d y la normalizac­ión de mi situación y la de muchísima gente más», comenta Pau, quien a través de sus redes sociales publica recurrente­mente vídeos de sus entrenamie­ntos. «Si consigo romper ese tabú y desconocim­iento que tiene la sociedad, yo ya he ganado».

Han cambiado muchas cosas, pero hoy Pau sigue jugando en el club de su ciudad con un balón en las manos. Un deporte distinto, un pabellón diferente y unos compañeros nuevos. Pero las mismas ganas de superarse. «La tetrapleji­a no es el final de la vida, sino el inicio de otra», concluye.

■ putaba las tres últimas pruebas del Mundial. En 2022, Tito se proclamó campeón de ESBK 1000 y corrió otras tres carreras con el equipo italiano.

Moto nueva

La colaboraci­ón entre Kawasaki Puccetti Racing y el piloto barcelonés continuó en 2023 y se ha reforzado esta temporada, en la que Tito Rabat disputará todo el Mundial de Superbikes con la Ninja ZX-10RR KRT Factory Replica de la escudería italiana.

Se trata de una moto nueva para el piloto y el equipo que se desarrolló en los test de invierno y en la primera prueba celebrada en Australia. En las próximas carreras, el objetivo es hacer que la moto sea cada vez más competitiv­a para estar en los puestos delanteros.

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Anna Mas Pau Navarro, en Granollers, durante un entrenamie­nto con los Spartans.
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El Periódico Tito Rabat.

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