El riesgo de ruido paraliza otra pista en la Zona Franca
BCN deja en suspenso la aprobación de un complejo de 11 terrenos de juego y pide medidas para asegurar que no molestará al vecindario.
El ruido constante y hasta bien entrada la noche es una de las problemáticas que advierten los vecinos pegados a algunas instalaciones de pádel, en pleno auge en Barcelona. El ayuntamiento ha dejado en suspenso la aprobación de un proyecto que una empresa ha presentado para derribar cuatro naves desocupadas de una antigua calderería y unos talleres del paseo de la Zona Franca, y edificar un complejo con nueve pistas, incluidas cinco descubiertas, y dos más sin techo de pickletball, otro deporte con raqueta. Falta un informe preceptivo de la Generalitat y, además, el consistorio ha pedido a la promotora, FOI Investments, que enmiende el estudio acústico para prevenir posibles molestias.
El distrito de Sants-Montjuïc precisa que, entre otras peticiones relacionadas con el impacto sonoro del espacio, se ha reclamado un plan que incorpore ajustes sobre las simulaciones acústicas practicadas sobre el centro de pádel pendiente de construcción. El gobierno local lo juzga «conveniente», teniendo en cuenta que el recinto lindará con un centro sociosanitario y un bloque de viviendas dotacionales municipales.
La clínica Sant Antoni se halla desde 2008 en la manzana del barrio de la Marina del Port donde el club piensa asentarse. El centro asistencial no ha interpuesto alegaciones contra el futuro equipamiento deportivo. En todo caso, la dirección admite cierta inquietud. «Sí estamos un poco preocupados por esta actividad, debido a que tenemos 300 pacientes, muchos de ellos frágiles, y en estado de final de vida, cosa que les hace especialmente vulnerables», manifiestan. La residencia dice confiar en el «criterio del ayuntamiento».
Barrera acústica
El proyecto contempla que se mantenga un muro de tres metros de altura preexistente «como barrera acústica» en frente del centro asistencial. Pretende así «minimizar el posible impacto acústico». La promotora propone también plantar «arbolado y vegetación» ante el recinto para aislar el ruido aún más.
Los estudios presentados al consistorio estiman que se llegaría a una horquilla de 52 a 56 decibelios durante la mañana y la tarde, cuando «se podrían utilizar todas las pistas», indica el documento. En cambio, se alcanzarían de 45 a 47 decibelios por la noche. Un estudio incorporado al plan tramitado en el consistorio aconseja cubrir cuatro pistas con «lonas flexibles tensadas», entre otras medidas.
El promotor prevé invertir 3,2 millones de euros para crear el club. Destina 1,1 millones para comprar el terreno y 2,1 millones a la construcción. En los primeros 12 meses de apertura, confía en obtener unos 20.500 euros de beneficios netos y elevarlos a unos 205.000 euros a partir del cuarto año.
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La instalación se ubicaría junto a un centro sociosanitario con 300 pacientes