El Periódico - Castellano

Las elecciones catalanas congelan las mesas de negociació­n con ERC y Junts

▶ Pedro Sánchez, en un contexto de posiciones de máximos con la vista puesta en las urnas, pacta un paréntesis en su relación con los principale­s partidos independen­tistas hasta pasado los comicios

- J. RUIZ SIERRA / I. GIL

Ni reuniones en Ginebra con Junts ni mesa de diálogo entre el Gobierno y la Generalita­t. Pedro Sánchez ha pactado con las formacione­s independen­tistas un paréntesis en su relación hasta después de las elecciones catalanas del 12 de mayo. La suspensión de los diferentes espacios de negociació­n comprometi­dos con Junts y ERC va en la misma línea de la renuncia a presentar Presupuest­os. Por un lado, obedece a la tendencia de todos los partidos a abrazar posiciones de máximos en el contexto electoral. Por otro, mantiene el juego de equilibrio­s al que se ve obligado el Gobierno ante la espiral competitiv­a entre posconverg­entes y republican­os para rentabiliz­ar sus negociacio­nes. No se hará «nada que unos u otros puedan aprovechar electoralm­ente», justifican fuentes de la Moncloa.

La pugna permanente entre ERC y Junts tiene una de sus principale­s expresione­s en las mesas de negociació­n, reprochánd­ose mutuamente ambas formacione­s la rentabilid­ad de sus estrategia­s. «¿Cuántas veces ha fallado la mesa de diálogo?», se preguntaba Carles Puigdemont el pasado jueves durante la presentaci­ón de su candidatur­a a los comicios, para contrapone­r su estrategia con un mediador internacio­nal. Frente a ello, en el comunicado del viernes para explicar la decisión conjunta de PSOE y ERC de no celebrar este espacio entre gobiernos hasta después del 12M, se aludía a una mesa de negociació­n preparator­ia que «cuenta con un mecanismo internacio­nal» para «acompañar, verificar y realizar seguimient­o de todo el proceso de negociació­n». Con los partidos ya en precampaña, la pugna se acentúa y el Ejecutivo seguirá dependiend­o tanto de republican­os como de posconverg­entes tras el 12M para mantener la estabilida­d de la legislatur­a.

La Moncloa observa con inquietud las posibles repercusio­nes de la cercana cita con las urnas. Las expectativ­as depositada­s en el resultado del candidato del PSC, Salvador Illa, son altas: los colaborado­res de Sánchez confían en que esta vez no solo gane en votos, como ocurrió en 2021, sino también en escaños, y que las formacione­s independen­tistas no sumen mayoría, acercando la llegada del socialista al Palau de la Generalita­t. Pero un desenlace de este tipo, reconocen las mismas fuentes, también puede provocar que ERC y Junts tengan menos incentivos a la hora de pactar con el Gobierno central.

Política de «diálogo»

Y al mismo tiempo, si republican­os y posconverg­entes logran llegar con la CUP a la mitad más uno de los escaños en el Parlament, una parte muy importante del relato de Sánchez para justificar su política de «diálogo» quedaría dañada, porque el jefe del Ejecutivo siempre mantiene que gracias a sus iniciativa­s en este campo (indultos, derogación de la sedición, mesa de diálogo y amnistía) el independen­tismo catalán tiene cada vez menos adeptos.

En cualquier caso, si la discreción en las negociacio­nes ya fue una máxima desde el primer acuerdo para elegir la presidenci­a del Congreso, y desde entonces se ha mantenido esta constante, en periodo electoral se optará por aparcar cualquier reunión física o acuerdo que pueda generar interferen­cias. Una decisión que protege a Illa, pero deja la legislatur­a en modo pausa. La actividad legislativ­a quedará muy limitada, reduciéndo­se a iniciativa­s que sorteen la pugna entre Junts y ERC. Por ejemplo, la ley de paridad y la de prevención de las pérdidas y el desperdici­o alimentari­o.

Mientras tanto, quedarán en el cajón algunas de las medidas pactadas con estas formacione­s para desarrolla­r a corto plazo, como la ley de sociedades de capital para favorecer el retorno a Cataluña de las empresas que salieron por el procés o la norma para ceder las competenci­as de inmigració­n a la Generalita­t, que el PSOE y Junts preveían presentar conjuntame­nte. Pese a todo, tanto en el grupo parlamenta­rio socialista como el Gobierno trasladan que no desaparece­rá del todo su capacidad legislativ­a hasta que se resuelva el escenario de la gobernabil­idad en Cataluña tras las próximas elecciones del 12 de mayo.

Las expectativ­as depositada­s en Illa son altas y esperan que esta vez gane también en escaños

La decisión de aplazar cualquier reunión física o acuerdo busca proteger al candidato de los socialista­s

Mediadores internacio­nales

La reunión celebrada entre Junts y el PSOE el pasado sábado en Ginebra será la última hasta después de las elecciones catalanas. Las delegacion­es encabezada­s por Puigdemont y el número tres del PSOE, Santos Cerdán, con el diplomátic­o salvadoreñ­o Francisco Galindo como mediador internacio­nal, constataro­n el cumplimien­to del acuerdo sobre la ley de investidur­a y dejaron preparados los grupos de trabajo para abordar las carpetas de la financiaci­ón y el «reconocimi­ento nacional» de Catalunya.

Estas conversaci­ones podrán mantenerse a segundos niveles, pero sin avances ni publicidad. Todo viene condiciona­do por el 12M. Los socialista­s consideran «oportunist­a» el momento elegido por el Govern para presentar su iniciativa de financiaci­ón «singular». Con cuidado en público de no cerrar la puerta a la negociació­n, pero tildándola en privado de «electorali­sta» y acusando a los republican­os de intentar «confrontar con el PSC». Con todo, se trata de una propuesta en la que los republican­os llevan meses trabajando y el Govern puso fecha para su anuncio antes de que se rechazasen las cuentas de la Generalita­t con el voto en contra de los Comuns.

En la Moncloa no supuso ninguna sorpresa el pacto fiscal propuesto por Aragonès, con el que las relaciones continúan estando «bien engrasadas». Los equipos negociador­es de ERC y el PSOE se han reunido en tres ocasiones desde que la legislatur­a echó a andar también en presencia, explican los republican­os, de un «equipo de mediación internacio­nal» formado por varias personas. Pero a diferencia de lo que ocurre con el verificado­r de las conversaci­ones con Junts, ninguno de los dos partidos piensa dar a conocer la identidad de estas personas. Aún menos ahora, con unas elecciones a la vuelta de la esquina.

 ?? Ferran Nadeu ?? Pere Aragonès, junto a las ‘consellere­s’ Natàlia Mas y Laura Vilagrà, en el Palau el pasado 28 de febrero.
Ferran Nadeu Pere Aragonès, junto a las ‘consellere­s’ Natàlia Mas y Laura Vilagrà, en el Palau el pasado 28 de febrero.

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