El Periódico - Castellano

Atrapado en España tras ser confundido con un delincuent­e

El marroquí que pasó nueve días en prisión por error pide volver a su país. La justicia aún no ha resuelto el recurso que debe eximirlo de responsabi­lidades.

- GERMÁN GONZÁLEZ

Mohamed El Maadioui estuvo nueve días en prisión «de manera totalmente injustific­ada», cuenta su familia. Cuando aterrizó en Barcelona el pasado 18 de febrero procedente de Nador (Marruecos) y fue a sellar el pasaporte, fue confundido con un delincuent­e francés con el que comparte nombre y fecha de nacimiento, y lo encarcelar­on por orden de la Audiencia Nacional. Su familia, que reside en Mataró, se movilizó y consiguió que saliera en libertad provisiona­l. Sin embargo, aún tiene establecid­as medidas cautelares por orden judicial y no puede regresar a su país. Y ese es su mayor deseo: volver para celebrar el Ramadán.

«A día de hoy, por increíble que parezca, no solo no ha recibido unas disculpas, sino que mi tío sigue sin pasaporte y en libertad provisiona­l. Tiene que ir a firmar cada 15 días a los Juzgados de Mataró y no puede salir del país. Y eso que ya se ha demostrado claramente que no tiene nada que ver con la persona que buscaban. No entendemos nada. Él sigue sin entender nada y lo está pasando mal», explica a este diario Ahmed El Maadioui, cuyo padre es primo de Mohamed. Por su parte, Mohamed cuenta a EL PERIÓDICO que no entiende «qué más quieren» de él. «Tengo ganas de ir a ver a mis nietos, mi mujer, e intentar olvidar esta pesadilla. Esta gente no hace bien su trabajo. No es un país serio». Llegó a Catalunya para pasar una semana con sus hijos, que residen en Mataró, como lo ha hecho otras veces, y se disponía a regresar a su casa en Marruecos para celebrar la fiesta sagrada de su comunidad.

Frustració­n de la familia

Ahmed El Maadioui expresa la frustració­n de la familia: «Los planes se han trastocado de manera catastrófi­ca. Lo triste es que él no tiene la culpa de nada. No ha hecho nada. Todo el mundo lo sabe. La causa de toda esta locura es el hecho de que se llama igual que otra persona sentenciad­a. Lo mínimo que pedimos es que ahora que se han dado cuenta del error lo dejen en paz. Es lo mínimo que pueden hacer».

La situación también está pasando factura en la salud de Mohamed: «El otro día fui a los juzgados a firmar, y por la impotencia que sentía me subió la tensión y estuve confuso durante varios minutos; desorienta­do sin saber cómo llegar a casa». Su sobrino reclama un poco de empatía: «La gente que tiene responsabi­lidades debería ver que detrás de todo esto hay un ser humano; y solucionar este caso ya».

El pasado 22 de febrero, mientras Mohamed estaba en prisión, la familia presentó un recurso que la Audiencia Nacional aún no ha resuelto. «El dolor que produce esta injusticia hace que quieras seguri luchando», explica Ahmed.

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