Illa defiende en Londres la «unión federal» frente a la «división»
▶ El líder del PSC vincula el reto de vencer al independentismo en Catalunya con el de imponerse a la ultraderecha en Europa
El 18 de septiembre hará 10 años del referéndum de independencia que celebró Escocia tras acordarlo con el primer ministro de Reino Unido. El no se impuso, pero eso no evitó que esa votación haya sido ampliamente reivindicada, sin éxito, por el independentismo en Catalunya. Precisamente desde Londres y con las elecciones catalanas a la vuelta de la esquina, el líder del PSC, Salvador Illa, defendió ayer una alternativa a la receta de la «división» que, a su juicio, ha cultivado el soberanismo en la última década: el de la «unión federal». Un concepto, el de federalismo, al que el partido da alas en la hoja de ruta que se aprobó en el congreso de hace una semana.
En una conferencia pronunciada en la London School of Economics, el ahora jefe de la oposición y aspirante a la Generalitat se reivindicó como el garante de la «tolerancia», la «integración» y la «cooperación» frente a los que entonan discursos de «división y discriminación». Un mensaje con doble destinatario, ya que hizo mención tanto al «populismo» de los que abanderan una Catalunya independiente como a los «autoritarios y aspirantes a autoritarios» que amenazan con que la derecha «radical» tenga una fuerza inaudita en las próximas elecciones europeas.
Para Illa, lo que pase en Catalunya el 12M, donde pide la confianza de la mayoría para lograr ser presidente, tiene que ser el «preámbulo» de lo que pase en Bruselas el 9 de junio si hay una gran movilización contra los que, como Donald Trump, buscan «subvertir la democracia y romper con Europa». «Queremos más Catalunya en España y Europa, y más Europa y España en Catalunya», proclamó con la intención de trazar un hilo conductor entre las dos citas.
Reguero de críticas
Casi en un ensayo de lo que será la base de su discurso en campaña, Illa lamentó que la confrontación que considera que ha cultivado el independentismo ha llevado «a la parálisis gubernamental». El reguero de críticas a cómo se ha gobernado en en la última década fue extenso: desde unos partidos –ERC y Junts– «más centrados en hacer campaña» que en gobernar y que tratan a sus rivales «como enemigos», a una negación del «pluralismo» y una promoción del «aislacionismo» desde unas instituciones convertidas en «instrumentos partidistas». «Es típico de los populistas el afirmar que hablan en nombre de un país unido para poderlo dividir mejor. Es típico de fuerzas xenófobas decir que son únicos solo para terminar copiando a sus vecinos racistas», espetó situando en el foco el reto de vencer tanto al independentismo como a la extrema derecha.
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