«El ‘sharing’ de coches será el siguiente paso de la movilidad metropolitana»
El ya exdirector de movilidad sostenible del Área Metropolitana de Barcelona (AMB) se jubiló el viernes tras 40 años de servicio público y analiza con perspectiva histórica los retos pendientes en transporte y zonas de bajas emisiones.
— El AMB ha tenido una historia accidentada, de la que usted ha sido testigo en primera línea. ¿Cómo vivió que el pujolismo hiciera desaparecer la Corporación Metropolitana en 1987?
— Era un claro temor político. Teníamos un Govern conservador que necesitaba extenderse por el territorio, pero tenía delante a una entidad metropolitana en pleno crecimiento. Y luego estaba la pugna con Pasqual Maragall... Cuando Pujol vio la potencia de Maragall y cómo la corporación cogía músculo, lo desmembró todo y solo salvó los servicios imprescindibles. Lo vivimos con desconcierto. Se mantuvieron dos entidades, una que gestionaba agua y residuos y otra dedicada a transportes. Desde el primer día, con personas como Ángel Simón (actual consejero delegado de Criteria Caixa), se empezó a recomponer una estrategia metropolitana, una reconstrucción que se hizo en base a una mancomunidad voluntaria de municipios a los que se prestaba servicios. Simón era el gerente de estos entes y encarriló bien la transición.
— ¿Qué otros personajes fueron importantes en aquella época?
— Estaban Dídac Pestaña (alcalde de Gavà), Joan Blanch (alcalde de Badalona), y también Pepe Cuervo (concejal del Ayuntamiento de Barcelona), que fue un político fundamental porque sabía sacar adelante temas difíciles. A finales de los 90 me nombraron gerente de medio ambiente y años más tarde completamos el sistema de saneamiento metropolitano. Hicimos las depuradoras del Prat y renovamos la del Besòs. También construimos la planta de regeneración de agua, que nos da el 25% de la que bebemos en el AMB. Pero lo más llamativo fue conseguir el cierre del vertedero del Garraf. Se tiraron adelante las políticas de reciclaje y se abrieron los cuatro ecoparques metropolitanos.
— Y en 2010 se aprueba la ley que permite el renacimiento del AMB.
— Sí, y todos los partidos votaron a favor. Y desde entonces, Antoni Balmón, como vicepresidente ejecutivo, es la persona que sigue tirando del área. Luego vendrían otras personas relevantes, como Antonio Poveda (alcalde de Sant Joan Despí), que ocuparía la vicepresidencia de Movilidad. Hacía trabajar mucho y tiene su carácter. Pero fue un crack. Impulsó la Zona de Bajas Emisiones (ZBE) y fuimos pioneros. La presentó de manera sutil, con una campaña de cambio ciudadano de hábitos de movilidad.
— Curioso, los Comuns dicen que fue idea suya.
— Yo se lo atribuyo a Poveda, seguramente soy parcial, porque es cierto que Janet Sanz (teniente de alcalde de Urbanismo con Ada Colau) también trabajó el tema, pero quien coordina y pone de acuerdo a los municipios es Poveda. El impulso inicial sale del área, a pesar de que Janet Sanz lo discutirá y dirá que salió de Barcelona.
— Y el Govern…
— La Generalitat no estaba. Y ahora que se han subido al carro, y son bienvenidos, tienen que entender que antes de aprobar cualquier ley catalana sobre Zonas de Bajas Emisiones hay que ponerse de acuerdo con los ayuntamientos.
— ¿Es la Zona de Bajas Emisiones (ZBE) el gran proyecto del AMB?
— Creo que sí. Y ponernos al día en temas medioambientales ha sido otro gran proyecto. La depuración de aguas y el tratamiento de residuos son planes emblemáticos. La bicicleta pública metropolitana, el AMBici, también lo es. Lástima que no funcionara la coordinación con Barcelona y tiraran adelante el nuevo contrato del Bicing solo para la ciudad. No hay excusa, no nos entendimos en ese momento. La idea es hacerlo cuando termine la concesión en Barcelona. Pero el nuevo contrato de las motos compartidas a nivel metropolitano, de alguna manera lo corrige. Cualitativamente, el sharing de motos es más importante que el Bicing metropolitano, porque los ayuntamientos han cedido competencias municipales.
— ¿Valdría la pena una ZBE metropolitana, común para los 36 municipios?
— Estamos en esto, tiene que ser el futuro: la ZBE metropolitana, con los mismos criterios para todos.
— Por cierto, el AMB no respondió al plante de Albiol al paraguas ambiental. ¿Por qué?
— La idea es estar abiertos a ayudar y no forzar las situaciones; intentamos convencer. Balmón es muy fino con estas cosas. Ha mantenido el sentido común y ha permitido ir tirando adelante políticas metropolitanas técnicas. Su papel ha sido clave.
— Ya se ha referido a Balmón en varias ocasiones...
— De estos últimos años, del AMB nueva, Balmón y Poveda han sido figuras clave. Como lo fue el tándem Pestaña-Simón en la remontada después de la disolución de 1987. Lo han sido por encima del alcalde de turno de Barcelona, que es presidente del AMB. Con Trias y Collboni ha habido sintonía, pero no con Colau, por razones obvias.
— ¿Qué problemas hubo con Colau?
— De entrada, imaginaba el AMB como un reducto selecto y corrupto. Y deje que le diga una cosa: en 40 años no he vivido un solo episodio de corrupción. Luego lo entendió un poco más, pero, de entrada, fue muy dura.
— ¿Prejuicios?
— Muchos.
— ¿No cree que Collboni se ha pasado de vueltas al hablar ya de la región metropolitana de 164 municipios?
— Estoy de acuerdo con esa afirmación, sí. Pero no quiero criticar las visiones territoriales. Organicemos y hablemos con los municipios con los que trabajamos con comodidad. Creo que la línea es consolidar el modelo de 36 del AMB. Y que Barcelona se integre más.
— ¿Cómo?
— El Bicing tendrá que ser metropolitano. Luego se debería actuar más a fondo con la distribución urbana de mercancías. Pero para todo esto tiene que suceder lo que comentaba antes: los consistorios tienen que ceder competencias.
— ¿Y no se han planteado un sharing metropolitano de coches?
— Es uno de los proyectos que acabará apareciendo. Pero están los Comuns… Es una línea roja con ellos. Pero no tienes que decir no por el hecho de ser un coche. Hablamos de un vehículo eléctrico, conectado, compartido y metropolitano.
— ¿Lo han llegado a estudiar?
— En el mandato de los Comuns era difícil. Pero se ha trabajado a nivel de área y será el siguiente paso. Las motos fueron el primero gracias a Rosa Alarcón (exconcejala de Movilidad de Barcelona). Veremos quién da el del coche compartido metropolitano.
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«La Zona de Bajas Emisiones ha sido el gran proyecto del Área Metropolitana de Barcelona»