El Supremo de EEUU se inclina a no restringir la píldora abortiva
▶ Siete de los nueve magistrados son escépticos ante una demanda contra la FDA
El mismo Tribunal Supremo de Estados Unidos que derogó en junio de 2022 la protección constitucional al derecho al aborto y devolvió su regulación a los estados, llevando al país a una regresión en los derechos reproductivos que se ha plasmado en prohibiciones casi totales en 14 estados y severas restricciones en otra decena más, dio ayer señales de que rechazará intentos de restringir el acceso a la mifepristona. Ese es el medicamento que combinado con el misoprostol se emplea en casi dos tercios de las interrupciones del embarazo en el país y que más de 100 estudios han demostrado como seguro.
Esas señales llegaron en una audiencia que tenía en su núcleo la demanda que iniciaron en Texas contra la agencia del medicamento estadounidense (FDA por sus siglas en inglés) un grupo de médicos antiabortistas. Ese grupo, la Alianza para la Medicina Hipocrática, denunció a finales de 2022 a la FDA afirmando que la agencia había relajado a partir de 2016 de forma ilegal las regulaciones para el acceso al fármaco, al que dio luz verde en el 2000, sin considerar cuestiones de seguridad y riesgos para pacientes.
Concretamente, la FDA, que inicialmente había aprobado su uso solo en las siete primeras semanas de gestación (un tiempo en el que muchas mujeres aún no saben que están embarazadas), amplió ese periodo hasta las 10 semanas.
También redujo de tres a una el número de visitas que hacían falta para conseguir la receta y permitió que la recetaran no solo doctores sino también otro personal médico. Y en 2021, en medio de la pandemia, facilitó aún más el acceso, permitiendo la receta por telemedicina y el envío de las píldoras por correo (algo que ahora es especialmente vital en estados que han prohibido el aborto, incluyendo el que se realiza con estos medicamentos).
Escepticismo generalizado
A lo largo de las casi dos horas de vista ayer, siete de los nueves jueces del Alto Tribunal, incluyendo los tres conservadores nombrados por Donald Trump y el también conservador presidente, John Roberts, expresaron escepticismo de que la asociación de médicos antiabortistas, que fue representada legalmente por el potente grupo cristiano Alianza en Defensa de la Libertad, puedan probar que se verían afectados directamente por la regulación de la FDA. Cuestionan, así, que tengan legitimidad para presentar la demanda.
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