El Periódico - Castellano

Ley de violencia de género y ley trans

Las víctimas de violencia sexual denuncian y eso no va por lo civil, va por lo penal porque hay pena de privación de libertad. Y eso significa afrontar un juicio, con una acusación, y tener que presentar pruebas

- Ana Bernal-Triviño

Cuando vaya cada una de estas personas por platós y aprovechen para hacer negacionis­mo de la violencia de género, lo suyo es que se termine por contar toda la verdad

Hay un tour de hombres que se identifica­n como mujeres por varias television­es. Las personas trans que acuden a esos platós son quienes tienen argumentos para defender, para señalar fallos o plantear denuncias ante posibles fraudes de ley, como ya están haciendo. En plató, incluso, estaba la madre de un hijo trans que compartió el sufrimient­o de su proceso.

Lo que no están haciendo tanto las television­es es profundiza­r en lo que algunos aprovechan para comentar en esos platós, como acceder a cupos profesiona­les para mujeres o… aún más. Vi solo uno de estos programas, el de Sonsoles Ónega, donde un exmilitar, ahora Francisca Javier, defendía su autoidenti­ficación como mujer. Pero vertió algunas frases llamativas.

Decía que nadie podía cuestionar su identidad porque así está en la ley, «de la misma manera que con la ley de violencia de género, si una mujer dice una cosa es verdad sí o sí». También recuperaro­n una entrevista de él donde decía: «Me separé en 2012 y mi exmujer secuestró a mi hijo en 2015. Viendo que las mujeres teníamos una supremacía y una serie de ventajas y prebendas sobre el hombre, comencé a autopercib­irme mujer. Somos intocables. Mi exmujer ha retenido ocho años ilegalment­e a mi hijo, y ahora lo tiene su pareja. Ahora que soy Paca espero poder recuperarl­o». Para terminar, añadió que había «14.800 mujeres que dijeron ser maltratada­s y no es verdad». Fue en ese momento cuando Ónega le retiró el micrófono y terminó su exposición.

Qué había ocurrido

Lo que hay que hacer en esos casos es lo que no hace la justicia. Dado que la exmujer fue mencionada, se le debía de haber llamado e investigar qué había ocurrido hasta ahora. Y, de paso, aprovechar para no permitir comparar la ley trans y la ley de violencia de género, que son completame­nte diferentes. Habría muchos puntos a tratar pero aquí, solo tres para no seguir desinforma­ndo:

Mezclar un tema civil y uno penal. Al margen de que una persona trans pueda denunciar a otra por discrimina­ción, en estos programa pretenden poner al mismo nivel asuntos diferentes. El protagonis­mo en la ley trans recae en el registro civil, que es donde se procede al cambio de sexo.

Cuando dicen que no se puede negar la identidad igual que con la ley de violencia de género «una mujer dice una cosa y es verdad sí o sí», es falso. Porque las víctimas de violencia de género no hacen un registro. Ellas denuncian y eso no va por lo civil, va por lo penal porque hay pena de privación de libertad. Y eso significa afrontar un juicio, con una acusación, y tener que presentar pruebas, entre ellas pruebas médicas y psicológic­as (ya conocemos los prejuicios que enfrentan) y deben someterse a una sentencia, insisto, por lo penal. Por lo civil irán divorcios o custodias, pero estos señores comparan un registro con una denuncia.

La ley trans ya contemplab­a los casos con delitos de violencia de género. Sí, en el artículo 46.3 está, pero parece que nadie cae en que hay situacione­s donde no hay una condena por violencia de género porque la mujer tuvo miedo a denunciar y se separó para poner tierra de por medio y consiguió la custodia de los hijos. Y con eso a favor de los supuestos agresores (la falta de condena) pueden presentars­e ahora con temas delicados, como las visitas con los hijos que algunos jueces les han impedido ver. Y de ahí declaracio­nes como las que hemos escuchado.

Las mujeres mienten con la violencia de género también. Supongo que se refieren al «enorme» 0,01% de denuncias falsas. Eso no indica que hayan hecho fraude de ley, porque en cada caso lo que hay que demostrar es diferente. En el fraude de ley es demostrar que se usa la ley para cometer una estafa o fraude; mientras que la denuncia falsa parte de un proceso judicial previo y debe demostrar que en el momento de la denuncia era consciente de su falsedad y tiene que presentar pruebas para ello. Y para ello hay que afrontar otro juicio.

Insisto, cuando vaya cada una de estas personas por platós y aprovechen para hacer negacionis­mo de la violencia de género, lo suyo es que se termine por contar toda la verdad, saber los casos que llevan detrás y de dónde viene ese interés por soltar esas declaracio­nes en mitad de las entrevista­s. Porque quizás, ahí, tienen el fondo de la respuesta ante todo.

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Ana Bernal Triviño es profesora de la UOC y periodista

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