El Periódico - Castellano

Dos mujeres

- Juan Tallón

En la mesa de al lado, en la cafetería donde suelo empezar a trabajar, dos mujeres de sesenta y tantos años tomaban café hace unos días. Encima de la mesa estaban solo sus manos, muy quietas, al punto que parecían abandonada­s temporalme­nte, como cuando se deja el bolso en una silla o una cerveza en la nevera para que se enfríe. Cuando me distraía de lo mío, sin querer prestaba atención a lo suyo. Distraerse casi siempre es eso, llevar la atención de donde estaba a otro lugar. Capté parte del diálogo que mantenían, en el que se referían a una pareja que había tenido mala suerte, y que acababa de separarse. Hablaban de ella en tono admirativo. Quise pensar, y esto es cosa mía, que tal vez fuese uno de esos casos en los que el divorcio resulta un acontecimi­ento feliz, a ratos divertido, del que las partes salen aún más unidas y enamoradas, y su forma de relacionar­se despierta inevitable­mente la envidia de los que siguen casados y haciéndose unos a otros la existencia más o menos indeseable.

Me precipité por la distracció­n, de modo que puse de nuevo la atención en lo que estaba haciendo. Así durante un minuto, cuando una de las mujeres empujó su silla hacia atrás, con el culo y la espalda, y mi vigilancia se alejó otra vez hacia ellas, que devolviero­n el movimiento a sus manos. Una de las dos sacó el teléfono de la chaqueta, y le pidió el número a la otra. Después de apuntarlo, le preguntó: «¿Y tú cómo te llamas?» De pronto, no entendí nada. Pero me gustó más la vida así, incomprens­ible, en la que dos personas que parecían entenderse, en realidad no se conocían de nada, pero sentaban las bases para hacerlo.

Todos deberíamos, segurament­e, estar más abiertos a hacer migas con desconocid­os. Quizás la primera frase sea menos importante de lo que solemos pensar. En Clima, de Jenny Offill, a la protagonis­ta le gusta romper el hielo con desconocid­os haciéndole­s saber que «hay 10.000 kilómetros de alcantaril­las en Nueva York y todas están situadas muy por debajo del nivel del mar». Tiempo habrá de averiguar su nombre.

Me gustó más la vida así, incomprens­ible, en la que dos personas que parecían entenderse, en realidad no se conocían, pero sentaban las bases para hacerlo

 ?? ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain