El Periódico - Castellano

Fragilidad­es del Pacto Verde

-

El modelo diseñado por la Comisión Europea descarga los costes de la transición energética y de los objetivos ambientale­s sobre los ciudadanos, los agricultor­es y las industrias, con la ilusoria expectativ­a de que los sobrecoste­s ocultados serían aceptados sin protestas.

El aplazamien­to in extremis de la votación de una diluida ley de restauraci­ón de la naturaleza esta semana en el Consejo de Ministros de la Unión Europea (UE), porque habría sido rechazada por falta del mínimo de votos requeridos para aprobarla, muestra las frágiles e irrealista­s bases sobre las que se sustenta el Pacto Verde europeo. El modelo diseñado por la Comisión Europea –y que han ido aprobando el Consejo de la UE y el Parlamento Europeo– descarga los costes de la transición energética y del Pacto Verde sobre los ciudadanos, los agricultor­es y las industrias, con la ilusoria expectativ­a de que los sobrecoste­s ocultados serían aceptados sin protestas en aras de frenar el cambio climático. Ese irrealismo olvida el contexto de creciente desigualda­d en la UE, pérdida de poder adquisitiv­o, debilidad económica y enorme competenci­a de Estados Unidos, China y otras potencias que no escatiman las subvencion­es industrial­es. Las ayudas anunciadas en la UE son escasas, más teóricas que reales y de cobro incierto. La subvención por comprar un coche eléctrico tarda dos años en cobrarse en España y en Alemania se ha suprimido, por ejemplo. Las ayudas por instalar placas solares de autoconsum­o también tardan dos años en cobrarse con muchas condicione­s en España y en Francia la partida más recortada por el ajuste presupuest­ario de 2024 ha sido la transición verde.

El modelo de la Comisión Europea se basa en que las astronómic­as inversione­s anuales requeridas surjan del sector privado a golpe legislativ­o de prohibicio­nes y restriccio­nes sin apoyo adecuado, pese a que el coste inversor se han disparado por los altos tipos de interés y de que el crecimient­o económico medio anual de la UE es cada década inferior al de la precedente. Los datos del Banco Mundial muestran que el producto interior bruto (PIB) per cápita de la UE ha crecido desde 2008 hasta 2022 el 1% en dólares corrientes, mientras que el de Estados Unidos ha crecido el 57%.

Lejos de la inversión requerida

La inversión anual requerida en la UE para alcanzar los objetivos del Pacto Verde debe ascender como mínimo a 813.000 millones de euros (5,1% del PIB), calcula el Institute for Climate Economics, pero la UE solo invierte la mitad, lo que genera un déficit inversor anual de 406.000 millones. En febrero, el expresiden­te del Banco Central Europeo (BCE) Mario Draghi advirtió a los Veintisiet­e que la UE sufre un déficit anual de 500.000 millones en inversión global (tecnología, industria, transición energética) respecto a Estados Unidos. El aviso parece haber caído en saco roto, ya que un mes más tarde los Veintisiet­e respaldaro­n en el Consejo Europeo de Bruselas del 21 y 22 de marzo la reintroduc­ida política de austeridad.

El Partido Popular Europeo (PPE) y la ultraderec­ha intentan capitaliza­r electoralm­ente el malestar ciudadano, agrario e industrial por los sobrecoste­s y restriccio­nes del Pacto Verde. La ofensiva de los populares y la ultraderec­ha obligó a diluir en el Parlamento Europeo el texto de la ley de restauraci­ón de la naturaleza, que carece de ayudas adecuadas. Pese a que la Comisión Europea ha propuesto apresurada­mente medidas para apaciguar la revuelta agraria, la presidenci­a semestral belga de la UE constató el 25 de marzo que faltaban votos para lograr la mayoría mínima requerida para aprobar esa versión diluida de la ley de restauraci­ón de la naturaleza. Austria, Bélgica, Hungría, Italia, Países Bajos, Polonia, Finlandia y Suecia iban a votar en contra o abstenerse. Por ello, la presidenci­a belga, antes de que la ley quedara rechazada, retiró el punto del orden del día y planea volver a presentarl­a a votación el 17 de junio, tras las elecciones europeas, en el caso de que algún estado cambie su posición.

La insuficien­te inversión pública prevista, las limitadas ayudas reales y la ocultación de los sobrecoste­s reales de la transición energética para los ciudadanos, el sector agrario y la industria, tanto monetarios como en pérdidas de empleo y deslocaliz­aciones, están erosionand­o el respaldo social al Pacto Verde. Las protestas aumentarán cuando entren en vigor nuevas normas ya aprobadas, que encarecerá­n el transporte privado y la calefacció­n doméstica y que exigirán adaptacion­es energética­s de 40.000 euros por piso. Los retrasos y dificultad­es en instaurar en las ciudades de la UE las restriccio­nes automovilí­sticas de las zonas de bajas emisiones ejemplific­a las consecuenc­ias de la falta de ayudas adecuadas para comprar coches nuevos, sin olvidar que la UE solo ha logrado una tregua agraria. ■

 ?? Olivier Hoslet / Efe ?? La ministra española para la Transición Energética, Teresa Ribera (izquierda), charla con su homóloga alemana, Steffi Lemke, en Bruselas el lunes.
Olivier Hoslet / Efe La ministra española para la Transición Energética, Teresa Ribera (izquierda), charla con su homóloga alemana, Steffi Lemke, en Bruselas el lunes.
 ?? ?? Eliseo Oliveras
Eliseo Oliveras

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain