El Periódico - Castellano

Acelerar y acertar en las rehabilita­ciones

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El problema de la vivienda no es nuevo. La escasez de soluciones habitacion­ales, por utilizar el moderno eufemismo, es un fenómeno estrechame­nte vinculado al desarrollo industrial y a las migracione­s masivas del campo a la ciudad que dio lugar en muchas metrópolis al surgimient­o de nuevos barrios improvisad­os. Estos se caracteriz­aban en la mayoría de casos por la insalubrid­ad y la escasez de servicios –que progresiva­mente se han ido corrigiend­o– y por las construcci­ones de dudosa calidad. Algo que recoge el propio concepto de casas baratas que servía para referirse a muchas de esas barriadas. Desde sus inicios, muchas de esas edificacio­nes presentaba­n severas deficienci­as estructura­les tanto por lo que se refiere a las técnicas constructi­vas, muchas en desuso, como a la naturaleza de los materiales utilizados. Estas deficienci­as se han ido acentuado con los años generando problemas de seguridad en los mismos. Y no puede decirse que siempre hayan recibido atención por parte de las administra­ciones, que en muchos casos eran responsabl­es de las mismas.

Recienteme­nte, el caso de las viviendas del barrio de El Raval de Badalona, tras el derrumbe mortal y el desalojo masivo –después de que las inspeccion­es técnicas hubiesen avalado el presunto buen estado de los edificios– resulta muy ilustrativ­o al respecto. Y en paralelo está el caso del barrio de Els Merinals de Sabadell, donde desde hace tres décadas los vecinos denuncian la existencia de deficienci­as estructura­les en las 170 viviendas de protección oficial y la insalubrid­ad y el abandono del barrio. El conflicto viene de lejos y aunque ya en 1992 un informe de

Adigsa determinó que las viviendas debían ser rehabilita­das otros informes paralelos alegaban la necesidad de llevar a cabo inspeccion­es más detalladas. El resultado ha sido un retraso de décadas hasta que en 2021 el Col·legi d’Arquitecte­s de Catalunya evaluó las deficienci­as de los edificios y decretó su necesaria rehabilita­ción algo que, según las previsione­s, se hará efectivo antes de 2026. No obstante, persisten dudas respecto de cómo hacer frente al coste de la rehabilita­ción, ya que a pesar de que la mayor parte de la obra se financiará a través de fondos públicos, los vecinos deberán asumir alrededor de 900.000 euros y no todos están en condicione­s de hacerlo. Otra cosa, sin embargo, son las deficiente­s condicione­s de salubridad del barrio, aquejado de plagas de ratas y de cucarachas que siguen sin resolverse porque el ayuntamien­to y la Generalita­t no se ponen de acuerdo respecto a cuál es la Administra­ción competente. Es así pese a que la rehabilita­ción incorpora una partida de 2,7 millones de euros a cargo de la Generalita­t destinados a mejorar el entorno.

La demora resulta inaceptabl­e teniendo en cuenta que lo que ha estado en juego todos estos años ha sido la seguridad de los moradores, una circunstan­cia que les ha provocado una enorme angustia, no solo por las incomodida­des sino porel temor a lo que pudiera suceder. Es la incertidum­bre que también denuncian los habitantes de los bloques desalojado­s en Badalona, así como los afectados por el reciente incendio en València. Urge, por tanto, que la Administra­ción sea más diligente en sus políticas de rehabilita­ción de viviendas deficitari­as y más eficiente en la prevención a través de la inspección, sin que ello resulte paralizant­e.

DIRECTOR:

La demora en las obras de actualizac­ión de inmuebles es inaceptabl­e y pone en juego la seguridad de los residentes

La opinión del diario se expresa solo en los editoriale­s. Los artículos exponen posturas personales.

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