‘Pimi’ regresa sin rencor a su casa de Barcelona
Tras casi 20 años formándose en el Barça como entrenador en La Masia, García Pimienta fue despedido por Laporta. Vivió en el paro, desorientado por esa inesperada salida. Pero recibió luego la llamada del Las Palmas, al que ascendió a Primera y lo tiene casi salvado tras darle orden y método.
Tras saber de manera abrupta que Joan Laporta no confiaba en él para seguir dirigiendo al Barça Atlètic, Francisco Javier García Pimienta se marchó. Se fue, muy a su pesar, tras estar 20 años en su casa (así lo era, así lo sentía), obligado a tomarse unos meses sabáticos antes de asomarse a la elite de los banquillos. Y hoy, cuando el fútbol le hace volver a su hogar, no puede esconder la emoción que le embarga. «Será algo muy especial. Es la primera vez que me enfrentaré al Barça», reconoció ayer el técnico catalán. «Yo soy una persona muy agradecida. Es el club de mi vida. Estuve allí 11 años como jugador. Me formé luego como entrenador porque estuve 17 años. Han sido 28 años de mi vida. Estoy muy agradecido a lo que hizo el Barça por mí, me siento culé», subrayó sin rencor García Pimienta antes de viajar a Barcelona.
Pasó del fútbol formativo azulgrana a liderar el proyecto de la Unión Deportiva Las Palmas, club de lustrosa tradición en Primera, anclado como está siempre a la fértil cantera canaria de donde no paran de surgir jóvenes brillantes y preparados. «Las Palmas tiene una de las mejores canteras de España. Hay que ir introduciendo a los jugadores jóvenes poco a poco. Con naturalidad», dijo el entrenador, acostumbrado a ese papel docente en el deporte. Lo tiene tan interiorizado que el viaje hacia las islas ha sido una prolongación de lo que hizo durante décadas de silencioso trabajo en La Masia.
El motor del cambio
Y Pimi, al que siguen llamando igual en Las Palmas como si estuviera junto al Camp Nou, estadio que tuvo muy cerca, pero nunca cruzó la puerta de ese vestuario, ha sido el motor del cambio, consiguiendo no solo el ascenso a Primera tras un frustrante primer curso en el que se quedó en la orilla con el Tenerife y ahora manteniéndolo con tal holgura que ya ni sufre porque tiene al Cádiz, equipo que marca la caída al descenso, a 15 puntos. Y solo quedan nueve jornadas por disputarse.
Pero se le cruza el Barça de Xavi esta noche. El mejor Barça de los últimos meses. «Será muy exigente. Está en el mejor momento de la temporada. Tenemos estilos muy parecidos, queremos llegar al ataque con la posesión del balón. Queremos ser nosotros mismos, siendo valientes, agresivos, aunque haya momentos en los que nos tocará sufrir», avisó García Pimienta para estimular a su equipo. «Si te vienes abajo, ellos te pasan por encima».
Se marchó dolido Pimi porque su frontera estuvo en el filial, estación final de un camino que arrancó siendo ayudante en el cadete azulgrana. Pero llegó Laporta, cambió toda la estructura del fútbol base y no había sitio para García Pimienta, quien necesitaba a su edad (cumplió 49 años en agosto pasado), probarse a sí mismo. Hay muchos técnicos que en ese trasiego de la base a la cima caen devorados. Pimi, no. Le llamaron desde las islas porque el proyecto de Pepe Mel se estaba desintegrando (enero 2022) y le dio tiempo al preparador catalán a meterse en el play-off, donde caía eliminado por el Tenerife. No hay peor derrota que esa. Tal vez, tampoco existe mayor crueldad para un aficionado del Las Palmas.
Simbiosis con el estilo
Pero esos seis meses iniciales en Canarias con el extécnico del filial azulgrana estimularon una temporada redonda -la primera completa en el banquillo- en la que logró quedar segundo y el ascenso directo. Ahora, tras un inicio malo (dos puntos de 15 posibles), Las Palmas halló el hilo del buen juego, adornado con una simbiosis con el estilo técnico, creativo, pausado con el balón, que siempre tuvo el club insular, donde tiene hasta 12 jugadores nacidos en casa. Cuna fue de talentos como el azulgrana Pedri, precoz donde los haya, y ahora de Moleiro o Kirian Rodríguez, capitán, faro y Pichichi del equipo, con seis tantos, donde se descubren también porteros tan interesantes como el sevillano Álvaro Valles, que no halló su lugar en Andalucía. Trazó éste luego sinuosas carreteras secundarias antes de llamar la atención en Primera por su excelente lectura del juego.
Parece más un líbero antiguo que un guardameta, y tiene un fluido juego con los pies perfeccionado y mejorado gracias a la convivencia con el obsesivo y perfeccionista Pimi. Técnico moderno y metódico, que ha dotado de orden a ese innato ingenio amarillo de las islas.
El lenguaje del pase
Adora la UD Las Palmas tener el balón. Es, tras el Barça (64,8%), el segundo equipo de la Liga con más posesión (61%), superando a Madrid, que es tercero (59,9 %) y Girona, cuarto, con 57%. Los ordenadores que cuantifican el pase revelan que el conjunto de Pimi tiene una media de 489 por encuentro, con un 85% de acierto situado por detrás de Madrid (90%), Barça (88%) y Girona (87%). O sea, los tres primeros de la Liga.
«Está siendo una temporada histórica», dijo el técnico catalán. «Nos quedan nueve partidos, estamos con 37 puntos y a 15 del descenso. Es histórica, los jugadores lo dejan todo y con un estilo reconocible», añadió.
Con el futuro abierto
Es un equipo que genera mucho, pero le falta puntería ya que su poca efectividad (un triste 12% de acierto) lastra el crecimiento de la obra de Pimi, quien tiene contrato firmado hasta 2025, pero no queda garantizada su continuidad porque, al igual que muchos de sus jugadores, tiene ofertas.
Empezó en el 2001 siendo segundo entrenador de Álex García en el Cadete A del Barça y hoy, marzo 2024, se sentará en el banquillo de Montjuïc siendo entrenador del Las Palmas. Y a su lado, estará Álex García, segundo entrenador del club insular. O sea, un par de culés como rivales azulgranas.
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«El Barça es el club de mi vida. Estuve 28 años. Estoy muy agradecido, me siento culé»