El plan alemán antinazis que se lee en España
Alemania estudia prohibir esta primavera las armas semiautomáticas y las ballestas
Neonazis españoles y germanos frecuentan una tienda ‘online’ sueca de utillaje ultra
El informe califica al nazismo y la ultraderecha como el «mayor peligro de la democracia»
El servicio de inteligencia de Alemania plasma en un documento el ‘REEB’, su estrategia contra el extremismo de ultraderecha, que las fuerzas de seguridad españolas siguen con atención. Expulsar a enemigos de la Constitución de los servicios públicos es una de las principales medidas que propone.
¿Puede un general retirado proponer, siquiera en broma, que se fusile a 26 millones de sus compatriotas? ¿O un policía en activo celebrar públicamente –no en su ámbito privado– que se llame «felón» al presidente del Gobierno en redes sociales? ¿O un oficial del Ejército conducir a sus tropas al Valle de los Caídos para hacer un guiño político durante una marcha de entrenamiento? En España sí; en Alemania cada vez es menos planteable.
«Expulsar a enemigos de la Constitución del servicio público» es una de las medidas principales que se propone el Ministerio del Interior de Alemania y el servicio alemán de inteligencia interior, la Oficina Federal de Protección de la Constitución, o BfV. Ese objetivo se plasma en una nueva estrategia nacional alemana de lucha contra el auge del fanatismo político cuyo resumen se presentó en febrero.
El plan, titulado Rechts Extremismus Entschlossen Bekämpfen ( Luchar con Decisión contra el Extremismo de Derecha, o REEB), tiene dimensión alemana... pero se ha convertido en una lectura compartida en España entre agentes de la Seguridad del Estado especialistas en radicalismo, fanatismo supremacista, bandas organizadas, injerencias extranjeras, amenazas híbridas y campañas de desinformación y desestabilización.
En Alemania el extremismo de derecha se ha convertido en fuente de 20.000 delitos al año, según el REEB. En España el problema no alcanza ni de lejos esa magnitud, pero sí ha dado lugar a dos operaciones policiales de relieve en 2023 –una en octubre de la Policía Nacional, con la desarticulación del capítulo español de la red nazi multinacional Combat 18, y otra en diciembre de la Guardia Civil, con detenciones en 11 provincias de radicales de la Orden Militar de los Hijos de Cortés y Pizarro– en las que se incautaron armas, munión y planes para atacar objetivos.
Los neonazis españoles tienen en común con los alemanes –y también con otros europeos– frecuentar Midgard, la misma tienda en línea sueca de utillaje ultra en la que se cruzan pedidos de supremacistas escandinavos, skinheads británicos, neofascistas griegos e italianos y todo tipo de seguidores de las autodenominadas «resistencias patrióticas». Entre sus productos de propaganda y vestimenta no faltan las alusiones a la Falange.
Los autores del informe alemán identifican al nazismo y a la extrema derecha como «el mayor peligro para nuestra democracia». Y creen que el objetivo de este tipo de fanatismo en Alemania es «abolir la democracia liberal» a base de «ideas, racistas y antipluralistas» que llevarían a «remodelar nuestra sociedad según su etnia».
El REEB avisa de que las principales figuras del neonazismo «quieren ganar influencia en los debates políticos y acceder a la corriente principal de la sociedad en los partidos, los medios de comunicación y sus empresas» y de que «sus primeros objetivos suelen ser el poder judicial, la prensa libre, el sector público, las instituciones democráticas...».
No es casual que el texto nazca en Alemania, y no solo por la pujanza de movimientos de extrema derecha –con o sin apoyo del Kremlin– en ese país. Es también por el peso de su historia: cita «el fracaso de Weimar», en alusión a la república derruida en 1933, y la «era nazi», puntos a los que «la sociedad alemana no debe volver». El plan habla de una lucha conjunta de entidades del Estado, pero a la que más indica para aplicar las medidas estratégicas es la BfV, servicio de inteligencia que depende de Interior.
Este informe es la primera constatación pública de un servicio de inteligencia europeo sobre el retorno de la amenaza de la extrema derecha para el Estado desde el fin de la segunda guerra mundial.
Control de fronteras
El dosier del Ministerio del Interior alemán recomienda aumentar los instrumentos legales de la república para restringir movimientos en el exterior de extremistas. «El odio de la extrema derecha no puede importarse ni exportarse desde Alemania», dice. Y por ello encomienda vigilar el intercambio intenso y transfronterizo entre fanáticos, en conciertos y eventos de artes marciales, así como encuentros para la formación en ese tipo de deportes y técnicas de combate.
En ese sentido, según el documento, el Gobierno alemán se plantea prohibir esta primavera las armas semiautomáticas similares a armas de guerra, como las que se utilizan en los juegos de guerra o Airsoft. La prohibición afectaría también a las ballestas, y conllevaría una restricción severa de permisos para campos de tiro.
El plan alemán se detiene en los episodios de desinformación. «Internet tiene una gran importancia para los procesos de radicalización, el reclutamiento y la movilización», dice, y ordena «combatir sistemáticamente los contenidos penalmente relevantes» que se viertan en redes y webs.
Sobre las campañas de desinformación, la inyección de bulos y la inoculación a los ciudadanos de inseguridad, miedo u odio hacia colectivos, el documento asegura que «los extremistas de derecha quieren socavar la confianza en la estabilidad y la capacidad de nuestro Estado» y para ello «crean en internet cuentas falsas, inventan historias basadas en inteligencia artificial». Hacen llegar «deliberadamente información falsa o engañosa a su público objetivo».
El plan alemán anuncia la creación de una oficina federal de alerta temprana de campañas de bulos, un propósito que en España se recoge en trabajos del Departamento de Seguridad Nacional.
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