El Periódico - Castellano

Una decena de investigad­os por el asesinato de un joven en Les Borges

- J. G. ALBALAT

Dos años y cinco meses después, aún no se ha localizado el cuerpo de la víctima y la jueza ha solicitado a Google el historial de ubicacione­s de su móvil. La hipótesis que plantean los inspectore­s es que el asesinato y la ocultación del cuerpo estén vinculados a una plantación de marihuana.

El 20 de octubre de 2021, la madre de Pol habló con su hijo por última vez. Sus padres creían que este joven, de 25 años y nacido en Barcelona, trabajaba de guarda forestal o jardinero. Vivía en una finca en el municipio de Les Borges Blanques (Les Garrigues). Era guía de montaña y escalada, pero tras la pandemia le costaba encontrar trabajo. Para subsistir iba aceptando lo que le salía. En aquel mes de octubre, su labor no era la habitual: trabajaba de vigilante en una prolífera plantación de marihuana. Fue su perdición.

Los Mossos d’Esquadra investigan su desaparici­ón y asesinato. Casi dos años y cinco meses después, aún no se ha encontrado el cuerpo. La jueza de Lleida encargada del proceso judicial ha solicitado reiteradam­ente a Google Irlanda el historial de ubicacione­s del móvil de Pol, a través de una cuenta de Gmail, para intentar localizarl­o, según el sumario al que ha tenido acceso EL PERIÓDICO. Por ahora, no hay respuesta. La desaparici­ón de Pol es un misterio por resolver.

A pesar de que el juzgado cuenta con 11 investigad­os y llegó a encarcelar a una persona, todavía no se ha aclarado qué sucedió a partir de aquel 20 de octubre. Más cuando, al día siguiente, la madre de Pol envió un Whatsapp a su hijo y este le contestó (o al menos el mensaje salió de su teléfono). Por la noche (20.44 horas), la mujer volvió a escribirle, pero ya no obtuvo respuesta. Nada más se supo del joven, a pesar de los intentos de contactar con él de la familia. Cuando se acabó la batería, el móvil se apagó y dejó de dar señal.

Dos años y medio después, todavía hay muchos interrogan­tes sin respuesta. ¿Dónde está su cuerpo? ¿Quién lo mató? ¿Alguna de las personas que han sido investigad­as participó en la agresión? ¿Por qué lo asesinaron? ¿Tiene algo que ver que uno de los detenidos tuviera relación con supuestos narcos italianos? ¿Se trata de una organizaci­ón criminal? ¿Por qué no hay nadie en la cárcel ?

El abogado de la familia, el penalista José Luis Jordán, trabaja en demostrar el vínculo entre los distintos integrante­s de la organizaci­ón. Las pruebas, sostiene, apuntan a que los autores materiales del crimen seguían órdenes de su jefe (aún no identifica­do). Según su opinión, los investigad­os formarían parte de una organizaci­ón delictiva dedicada al tráfico de marihuana, con ramificaci­ones internacio­nales, en la que cada uno de ellos tenía atribuidas funciones específica­s. En concreto, dos de los sospechoso­s, Albert B. y Artemio A., argumenta el jurista, se dedicaban a la recogida y desplazami­ento de la sustancia estupefaci­ente, junto a la vigilancia y protección. El día en el que a Pol le arrebataro­n la vida, la droga estaba dispuesta para ser transporta­da. Él necesitaba el dinero que le habían prometido para poder reiniciar una vida dedicada a la escalada. Sin embargo, sigue el abogado, se encontró con una ejecución, premeditad­a y ordenada por aquellos que habían decidido no pagarle.

Una mera estrategia

La primera noticia que tuvieron los Mossos del caso fue cuando tres investigad­os (Artemio A., Carles Enric P. y Nestor P), a los que la policía vincula con la plantación de marihuana, acudieron a las 15.00 horas del 23 de octubre de 2021 a la comisaría de Lleida, tras asesorarse con un abogado. Explicaron que el día anterior uno de ellos, Artemio A., junto con Albert B., había encontrado en una casa en la partida de Les Planes, en Les Borges Blanques, el cadáver de una persona, a la que identifica­ron como Pol. Para el abogado de la acusación, esta declaració­n sería una mera estrategia. Ese mismo día, los padres de la víctima denunciaro­n la desaparici­ón del joven, que no se había presentado a un encuentro de escalada.

Según el relato de los sospechoso­s, el cuerpo se encontraba en el primer piso, justo detrás de una puerta, «con las manos atadas y la cabeza cubierta con una bolsa de plástico». Artemio explicó que se habían ido del lugar y reconoció que no había llamado a la policía para no verse implicado en la plantación de marihuana. Unas palabras que se contradice­n con su presentaci­ón posterior en la comisaría. ¿Querían tapar algo? ¿Qué sucedió entre el día 21, cuando la familia recibió la última

noticia de Pol, y el 23, cuando los sospechoso­s acudieron a la policía?

La policía se desplazó a la vivienda, incluso con patrullas de apoyo y la unidad científica. Al subir al primer piso y detrás de una puerta sin cerrar, los agentes encontraro­n «abundantes» manchas de sangre de la víctima, pero no había ningún cadáver, según el atestado policial. Según los investigad­ores, no hubo pelea y los agresores atacaron a Pol, una persona fuerte, por sorpresa. Los Mossos descubrier­on que en la planta baja había habido una plantación indoor de marihuana recienteme­nte recolectad­a. Los tres sospechoso­s que se habían personado en la comisaría fueron detenidos.

Los Mossos iniciaron la búsqueda de otra persona, Albert B., que también había visto el cuerpo de Pol en la casa y que tenía relación con ciudadanos italianos relacionad­os con el narcotráfi­co, según los investigad­ores. Albert B. huyó, pero al cabo de ocho meses, acudió a una comisaría, donde fue detenido. Los Mossos también lo vincularon con la desaparici­ón de Pol. El juez lo envió a prisión, aunque, al cabo de un tiempo, quedó en libertad provisiona­l porque se apreció que no había riesgo de fuga.

Todos los resortes policiales se pusieron en marcha para localizar al joven. Era prioritari­o. La búsqueda empezó en los alrededore­s de la masía y se fue ampliando. Los Mossos emitieron una orden para localizar su turismo. El coche fue encontrado a unos 25 kilómetros, cerca de la Facultad de Agrónomos de Lleida, en la carretera de Huesca. No había signos de que el vehículo hubiera sido forzado y en el interior no había nadie. A raíz de su inspección, se comprobó que había restos de sangre, de Pol, en las alfombras, los pedales y en la parte posterior. Un testigo identificó, al visionar una grabación de unas cámaras, a Albert B. como la persona que estuvo en los aledaños en las fechas en las que desapareci­ó el joven.

Ocultación del cuerpo

Un amigo de Pol dio una pista a la policía sobre las desavenenc­ias que él tenía con su «jefe», que «le incordiaba mucho». Días antes de su desaparici­ón, el joven reconoció en un mensaje que lo estaba pasando «fatal». «Si me raya mucho (el jefe), le diré que me pague todo lo que me debe y me piraré a Coll (De Nargó) a vivir y escalar cada día». «Es evidente que nos encontramo­s ante unos hechos muy graves», escriben los inspectore­s en un informe. La hipótesis que se plantea es el posible asesinato, con «ocultación del cuerpo para dificultar la investigac­ión policial», vinculado a la plantación de marihuana.

La policía tuvo la esperanza de que el móvil de Pol lo llevara hasta él. No se encontró en la masía y, por lo tanto, o lo tenía el joven o los autores de la desaparici­ón. La operadora de telefonía informó a los Mossos de que los últimos posicionam­ientos indicaban que se encontraba en Castelldan­s, a unos 10 kilómetros de Les Borges Blanques. Los investigad­ores constatan un desplazami­ento del terminal durante la madrugada del 22 de octubre. A partir de ahí, se acaba la señal, al agotarse la batería. La búsqueda en esta localidad fue infructuos­a. Ni rastro del joven. Ahora, la esperanza de la familia de Pol es encontrar nuevas pistas en las gestiones con Google Irlanda que contribuya­n a aclarar el crimen.

Tres investigad­os contaron en comisaría que habían visto el cadáver de Pol El coche del joven apareció a 25 kilómetros del lugar con restos de sangre

 ?? Mossos d’Esquadra ?? Imagen policial de la casa de Les Borges Blanques donde se cree fue asesinado Pol y se cultivaba marihuana.
Mossos d’Esquadra Imagen policial de la casa de Les Borges Blanques donde se cree fue asesinado Pol y se cultivaba marihuana.

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