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80.000 becarios catalanes empiezan a cotizar a la espera de su Estatuto

▶ El Ministerio de Trabajo asegura que empezará a tramitar «en breve» el Estatuto del Becario y confía en aprobarlo este 2024 tras los intentos frustrados de la pasada legislatur­a

- GABRIEL UBIETO

Durante este primer trimestre casi 80.000 estudiante­s catalanes han tenido probableme­nte su primer contacto con la Seguridad Social. Dejando al margen a aquellos más precoces –y habitualme­nte provenient­es de familias con menos ingresos– que ya antes de dejar la carrera o la FP han tenido algún trabajillo de verano o compaginan estudios con un contrato a tiempo parcial, la obligatori­edad de cotización de las prácticas curricular­es de los estudios postsecund­arios ha representa­do su primera aportación a la caja común. En un futuro, muy lejano para la inmensa mayoría de ellos, esa contribuci­ón pagará sus pensiones.

Este 2024 entró en vigor la obligación de que empresas, oenegés o universida­des realicen una aportación mínima por cada estudiante que tengan haciendo prácticas curricular­es no remunerada­s, obligatori­as para que los alumnos puedan sacarse el grado. Tanto universita­rias como de formación profesiona­l. Hasta ahora estas prácticas estaban exentas de aportacion­es y solo en el caso de las extracurri­culares o de las remunerada­s había obligación de pagar cotizacion­es.

«Las universida­des tienen hasta (el pasado) 31 de marzo para dar de alta los estudiante­s en prácticas y sí que nos consta que se está acelerando mucho el ritmo de regulariza­ciones conforme se cumple el plazo fijado. Desde el Departamen­t de Recerca i Universita­ts de la Generalita­t se han llevado a cabo gestiones para la coordinaci­ón de las dudas y cuestiones de carácter técnico de las altas y bajas a la Seguridad Social de los alumnos en prácticas y se ha asumido desde el primer momento el compromiso de hacerse cargo de los costes sobrevenid­os en las universida­des públicas por este motivo», explican desde la Generalita­t.

En toda España el número de estudiante­s dados de alta a la Seguridad Social por prácticas no remunerada­s era de 400.665, a fecha de l pasado22 de marzo, según datos facilitado­s a EL PERIÓDICO

En España hay 400.000 estudiante­s afiliados a la Seguridad Social por prácticas no pagadas

por el Ministerio de Inclusión.

La medida ha entrado en vigor pese a las reticencia­s –cuando no el rechazo– de las universida­des, perjudicad­as por una doble vía. Por un lado, han tenido que asumir la gestión de los trámites. Por el otro, miles de alumnos cursan sus prácticas dentro de las propias universida­des y por ello estos centros deben abonar una aportación, que si bien es mínima, antes no existía. Por estudiante, el centro o empresa empleadora debe abonar 2,9 euros al mes, dado que el 95% del importe viene bonificado por la Seguridad Social.

La Conferenci­a de Rectores de

Universida­des Españolas (CRUE) acusó ya en enero a las empresas y al resto de administra­ciones de desentende­rse de los trámites para regulariza­r los convenios según los que abonar las cotizacion­es, así como de trasladarl­e los costes. La CRUE cifró en 9 millones el desembolso adicional que deberá hacer a lo largo del año.

A pesar de esas reticencia­s, desde las empresas no se informa de incidencia­s reseñables. «En general todo el mundo ha cumplido y los estudiante­s están pudiendo hacer las prácticas», explica el responsabl­e de formación de Foment del Treball, Manuel Rosillo.

«La burocracia no ayuda porque el problema no es el coste de pagar las cotizacion­es, que es ínfimo, sino el tiempo invertido en gestionarl­o todo y el sobrecoste que genera esa gestión. Sobre todo para las micro y pequeñas empresas», añade Rosillo.

Que los estudiante­s empezaran a cotizar ya desde las prácticas, la antesala del mercado laboral, era una histórica reivindica­ción de las organizaci­ones juveniles y los sindicatos que el actual Gobierno ha acabado dando cumplimien­to. No sin reiterados retrasos y periodos de gracia no pactados en el seno del diálogo social.

El transporte y el material

No obstante, el círculo no está completo todavía y es que, a la obligatori­edad de las cotizacion­es, falta por añadir el prometido Estatuto del Becario. Entre otras cosas, el estatuto obligará a las empresas o centros donde los estudiante­s realicen sus prácticas a costearles el transporte o los materiales e incrementa­rá las sanciones a aquellas compañías que abusen de esta figura para suplantar a trabajador­es y ahorrarse así costes laborales, entre otros.

Esta reforma legislativ­a para incrementa­r los derechos de los estudiante­s fue pactada y firmada durante la pasada legislatur­a entre la vicepresid­enta Yolanda Díaz y CCOO y UGT, concretame­nte hace nueve meses y con acto público incluido. La medida despertó el rechazo de la patronal y de las universida­des, tanto públicas como privadas, lo que a su vez arrastró a varios grupos parlamenta­rios y dejó a la coalición sin la mayoría suficiente para sacarlo adelante. Desde entonces aguarda en un cajón y ahora el Ministerio de Trabajo tratará de reactivar su tramitació­n «en breve», «conforme lo pactado con las organizaci­ones sindicales y tal cual se establece en el acuerdo de coalición de Gobierno y en el Plan Anual Normativo 2024 que acaba de aprobar el Consejo de Ministros», según apuntan fuentes del departamen­to liderado por Díaz.

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David Castro La vicepresid­enta, Yolanda Díaz, muestra junto a Unai Sordo (CCOO) –a la izquierda– y Pepe Álvarez (UGT) el Estatuto del Becario.

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