«Realmente, la Administración catalana no es eficiente»
Presidente de FemCat desde enero, así como del grupo familiar La Farga. Se muestra preocupado por el futuro del espíritu emprendedor catalán y critica a los políticos por su indefinición.
— ¿Piensa cambiar o reforzar algo en FemCat?.
— Mi antecesor, David Marín, hizo un plan estratégico de 2023-2025. Fue consensuado. La ruta está marcada. Evidentemente, yo seguiré este plan, pero he incorporado un par de cosas de cosecha propia. Una es que querría poner en valor los viajes de benchmark que hemos hecho, que son nueve en total hasta ahora. Han sido muy potentes desde el punto de vista de la experiencia y tiene mucho sentido aprovecharlos. Y otro elemento que me gustaría introducir es la territorialización. Y es que creo que en Catalunya cometemos el error de ser muy barcelonacéntricos.
— ¿Eso significaría tener delegaciones?
— En el fondo es poner en valor toda la riqueza del territorio. Se trata de que realmente nos creamos que aparte de Barcelona hay otra Catalunya que tiene mucha fuerza y que se puede poner en valor.
— Desde algunos ámbitos se les califica como un lobi independentista.
— No somos ni lobi ni independentista. Buscamos que Catalunya sea un país potentísimo. Estamos centrados en el desarrollo económico en general y evidentemente en el empresarial. FemCat está compuesta por empresarios y directivos que quieren una Catalunya mejor empresarial y económicamente. Dentro de FemCat hay gente independentista, seguro que sí, y gente que no lo es, también. Yo diría que somos muy transversales. Desde el inicio se nos puso la etiqueta, pero creo que no tiene ninguna consistencia.
— Ustedes han participado en algunos manifiestos sobre grandes cuestiones, el último el de la reforma del sistema de financiación autonómica, ¿lo seguirán haciendo?
— Hay elecciones el 12 de mayo. Deberíamos conseguir que todos los partidos políticos se definan sobre las cuestiones básicas del país y que concreten. Pienso que sería muy bueno que este grupo de instituciones, (como la veintena que reivindicó la reforma de la financiación) nos pusiéramos de acuerdo para apretar a todos los partidos para que definan su posición en cada una de las cosas trascendentales del país. En el fondo no hay muchas cosas sobre las que deben definirse. Lo que ocurre es que los partidos se escabullen o pasan de puntillas porque prefieren no definirse.
— ¿Qué persiguen?
— Si realmente lo que pretendemos es una Catalunya mejor, lo que hace falta es ver cuál es el posicionamiento para que cada uno de los votantes sepa a qué atenderse. Si hablamos solo de luchas entre partidos y no de las cosas de comer, que nos hacen evolucionar como país, estamos perdiendo el tiempo.
— ¿Hay temas tachados de trascendentales, de los que se habla mucho pero da la sensación de que se hace poco, como las energías renovables?
— Creo que tenemos un grave problema de carencia de definición política. Nuestros gobernantes son elegidos por el pueblo para que manden y para que decidan. Lo que no puede ser es que no haya definición de nada. Esto es lo que está pasando. Hemos de acabar con la política del no. Debemos conseguir que los gobernantes tomen decisiones.
— ¿Es un problema de Catalunya, con cuestiones como la ampliación del aeropuerto, o de todas las administraciones?
— No lo tengo tan claro porque hay territorios que tienen mucha
«En FemCat hay independentistas y gente que no lo es. Diría que somos muy transversales» «Si hablamos solo de lucha partidista y no de las cosas de comer, perdemos el tiempo»
más definición administrativa. Yo lo enmarcaría con una palabra: la carencia de una administración eficiente. Realmente, la administración catalana no es eficiente. Esto se debe a que hay falta de decisión y poca voluntad política para trabajar y avanzar. En este cajón podemos poner el aeropuerto también. Todo. En definitiva, si analizas el conjunto no existe definición. Esto es una antítesis del mundo empresarial, donde el empresario debe decidir. A veces se equivoca y tiene que retroceder.
— ¿Qué más les preocupa?
— Una de las cosas que a nivel empresarial nos tiene angustiados y que tiene que ver con uno de nuestros pilares fundacionales es que debemos tener una Catalunya socialmente sostenible. Hoy en día somos 8 millones. ¿Y esto qué significa? Que en los últimos tiempos ha llegado muchísima gente de fuera y si no sabemos integrarla, esto puede ser explosivo. La fuente de integración entendemos que tiene que ver con la cultura, la lengua, pero también con un concepto que desde FemCat creemos que existe que es el espíritu emprendedor, de esfuerzo. Y, como no seamos cautelosos, puede diluirse y quedarnos sin identidad. Y se requiere que seamos capaces de transmitirlo porque esto es lo que nos ha dado esa gran fuerza que hemos tenido a lo largo de los siglos.
— Una gran preocupación siempre ha sido la FP, ¿cómo está evolucionando?
— Yo diría que hay dos vertientes que son algo distintas. Una cosa es la FP y otra es la FP dual. No existe una verdadera colaboración público-privado. Para desarrollarlas correctamente se requiere la colaboración entre la parte del mundo privado, el mundo empresarial y la parte del mundo académico o universitario, etc. Esto no se está dando.
— ¿Cuáles son las principales preocupaciones que tienen los empresarios?
— Una es esa administración eficiente. Es un pilar básico para el desarrollo de Catalunya. Y la otra es la carencia de recursos que tiene Catalunya para desarrollar todo lo que se requiere, o sea, infraestructuras, salud, enseñanza, seguridad... El tema de las infraestructuras, desde un punto de vista de situación del país, es preocupante porque está bloqueando mucho el posible desarrollo.
— ¿Y la burocracia?
— Veo un problema de raíz: el administrador no se fía del administrado. Y por tanto, toda la gestión y todo está para evitar que el administrado no defraude. Y por tanto, todo el sistema está lleno de supercontroles. Y habría que plantearlo completamente a la inversa: fiémonos del administrado, y si no cumple, entonces castiguémoslo. Pero no… Todo el papeleo es por un tema de control. Y esto no es una administración eficiente. Y el otro problema que también es muy frustrante es que la administración no quiere decidir.
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