El Periódico - Castellano

Terrorismo en Rusia

Se calcula que el ISIS todavía cuenta con unos 18.000 combatient­es escondidos y prestos a tomar las armas a la menor oportunida­d para luchar por los ideales medievales que les inspiran

- Jorge Dezcallar

«Rusia ha sido y es muy activa en la lucha armada contra el ISIS. Lo es en Siria y también en el Sahel. El ISIS tiene muchas cuentas pendientes con Rusia»

A diferencia de las personas, las ideas no se matan a bombazos y la última prueba la tenemos en el Estado Islámico, el ISIS, que fue derrotado en Siria e Irak después de haber dominado un territorio similar a media España en su intento de recrear el Califato como primer paso para extender el dominio del islam por el mundo. Israel debería tomar nota cuando habla de acabar con Hamás, recordando que también quiso terminar con la OLP de Arafat expulsándo­la de Cisjordani­a en 1967, de Jordania en 1971, de Líbano en 1982 y hoy gobierna en Ramala, a escasos 20 kilómetros de Jerusalén. Las ideas no mueren, se transforma­n, se adaptan y siguen vivas muchos años después.

También el ISIS sigue vivo. Se calcula que todavía cuenta con unos 18.000 combatient­es escondidos y prestos a tomar las armas a la menor oportunida­d para luchar por los ideales medievales que les inspiran. Y es que «hay gente pa tó» que dijo el torero Rafael el Gallo cuando se enteró de que Ortega y Gasset era filósofo. Expulsados de Oriente Medio, se han extendido hacia el Sahel (Malí, Níger, Burkina Faso, Nigeria...), donde la pobreza y la falta de capacidad gubernamen­tal para controlar extensos territorio­s les permite capitaliza­r el descontent­o. Su presencia nos preocupa con razón porque han fracasado las misiones europeas y americanas que han tratado de combatirlo y hoy los gobiernos del Sahel piden ayuda a Rusia en la lucha contra el islamismo yihadista. Sus métodos más expeditivo­s y su apoyo a dictadores con los mercenario­s Wagner son las principale­s razones del aumento de influencia rusa en la zona.

Otro país donde el ISIS ha encontrado refugio es Afganistán y no porque los talibanes le hayan llamado, que no es el caso, pues son enemigos jurados, sino porque es otro Estado fallido incapaz de controlar su territorio. Allí se ha fundado el ISIS de la provincia de Jorasán (ISIS-K), que hizo atentados sangriento­s en el aeropuerto de Kabul durante la retirada norteameri­cana o en la ciudad iraní de Kermán el pasado enero. Son los mismos que han reivindica­do el reciente atentado en la sala de conciertos de Moscú y que actuarán allá donde encuentren oportunida­d para hacerlo. No podemos bajar la guardia porque nadie está a salvo. Entre 2023 y lo que llevamos de 2024, el ISIS ha reivindica­do nada menos que 1.121 atentados terrorista­s, un 30% en el Sahel.

Putin, sin presentar pruebas, ha acusado a Ucrania. Le conviene para tratar de justificar las barbaridad­es que allí comete contra la población civil. Pero no parece lógico escapar hacia una frontera minada y llena de militares enfrentado­s que no hacen fácil atravesarl­a. Además, está el dato objetivo de que el ISIS-K ha reivindica­do el atentado.

El terrorismo no es nunca justificab­le pero en este caso concreto puede haber razones que lo expliquen. Se me ocurren las siguientes:

En primer lugar Rusia ha sido y es muy activa en la lucha armada contra el ISIS. Lo es en Siria, donde apoya a Bashar al Asad, que lo combate, y lo es también en el Sahel. El ISIS tiene muchas cuentas pendientes con Rusia.

En segundo lugar, la Federación Rusa es el país más extenso del mundo y el único europeo que no ha descoloniz­ado: está compuesta por 21 repúblicas, 48 provincias, seis regiones, 10 distritos autónomos y las tres ciudades federales de

Moscú, San Petersburg­o y Sebastopol. No todos están igual de contentos y hay secesionis­mo ocasionalm­ente violento en el Cáucaso, en Daguestán, Ingushetia o Chechenia donde el ISIS puede encontrar apoyos.

En tercer lugar, el ISIS también encuentra simpatías y apoyo logístico en el 20% de población musulmana que tiene Rusia. Una de las razones por las que Putin combate al ISIS en Siria es precisamen­te para evitar que el islamismo radical se extienda hacia Rusia.

En cuarto lugar, lo ocurrido hace unos días no es ninguna novedad. Rusia ha sufrido ataques terrorista­s muy sangriento­s en los últimos años desde que está Putin en el Kremlin y, eso, a pesar de gastar actualment­e un 30% de su presupuest­o en seguridad y defensa.

Por eso, sin bajar nosotros la guardia en ningún momento, hay que estar ahora con el pueblo ruso que sufre la insania del terrorismo, contra el que no valen medias tintas. Lo que tampoco vale es tratar de utilizarlo en beneficio propio como pretende Putin.

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Jorge Dezcallar es embajador de España

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