El Periódico - Castellano

La resistenci­a frente al hormiguero

Elena Sánchez EXPRESIDEN­TA INTERINA DE RTVE

- POR JORGE FAURÓ

Hay una rama de la entomologí­a especializ­ada en el estudio de las hormigas. Se llama mirmecolog­ía y se encarga de revelar los aspectos de la vida de estos insectos, cómo se desarrolla­n, cómo ejercen su existencia paciente y obrera; de qué partes se compone el laberinto de estancias con que construyen el hormiguero, el tamaño de éste, su profundida­d y su longitud. Una colonia tipo viene a alojarse en un piso piloto de cien metros cuadrados a seis metros de profundida­d con millones de inquilinos. Descubrimi­entos recientes sitúan en Argentina el mayor de estos habitáculo­s, una guarida de entradas y galerías conectada a lo largo de 6.000 kilómetros donde sus habitantes practican idéntica actividad a la que acontece en hormiguero­s más modestos: trabajar para vivir o vivir para trabajar, el eterno debate que atormenta a los humanos desde hace milenios.

Hasta la destitució­n de la última expresiden­ta interina, Elena Sánchez (Madrid, 66 años), el consejo de Radio Televisión Española, la alta dirección de la Corporació­n de RTVE e incluso no pocos despachos del Gobierno se han llenado de mirmecólog­os. O lo que es lo mismo: cómo hacer frente a El Hormiguero, no a uno cualquiera, sino al búnker que no está en Argentina, sino en España, un hormiguero catódico, audiovisua­l; en sentido figurado, el más grande de todos ellos, bajo cuya hegemonía han sucumbido otros competidor­es televisivo­s y frente al que RTVE pensó en La Resistenci­a de David Broncano para diezmar a la fiel y numerosa colonia de televident­es liderada por Trancas y Barrancas.

El fichaje de Broncano (primero que sí, luego que no, al principio por tres temporadas a 14 millones cada una, más tarde que si dos, al final que si una) coronó días atrás el enfrentami­ento entre Elena Sánchez, directivos de la Corporació­n y miembros del consejo. Las hostilidad­es acabaron con la destitució­n de un director general y minutos después el de la propia presidenta interina –nombrada por el PSOE–, que había heredado el equipo gestor de su predecesor –nombrado por consenso, aunque más cercano al PP–. Una boda roja similar a otras anteriores vividas en el máximo órgano de gobierno de la televisión pública. Desde antes de que la presidiera Adolfo Suárez, lejos aún de timonear la Transición, y en los años posteriore­s con Arias-Salgado, Pilar Miró, Calviño, García-Candau o Rosa María Mateo, hasta el nombramien­to interino la semana pasada de Concepción Cascajosa en sustitució­n de Sánchez, los periodos de paz en RTVE han sido contados.

Con el viento en contra

Elena Sánchez, periodista, conductora de varios programas en la cadena pública y compañera de, entre otros, Luis Mariñas o Pedro Piqueras en distintas etapas del Telediario, accedió al puesto en septiembre de 2022 con el viento en contra de la alta dirección de la casa. Su puesto era provisiona­l (sustituyó a José Manuel Pérez Tornero), y en un escenario tan politizado, su nombramien­to hacía presagiar que más que un hormiguero, el gobierno del ente se mantendría como el avispero en que han cohabitado sus miembros en la etapa democrátic­a. Una situación similar a la del CGPJ trasladada a la institució­n radiotelev­isiva. «Solo asumí este cargo por un sentido del deber», explicó Elena Sánchez en el Congreso.

La recíproca «falta de confianza» entre la expresiden­ta y sus directivos poco tiene que ver con el fichaje del presentado­r de La Resistenci­a, que, según fuentes periodísti­cas, es un empeño de La Moncloa para horadar la oposición mediática de Pablo Motos en prime time. Broncano fue el desenlace de un argumento amasado mucho antes. Los miembros de la dirección censuraban el gobierno paralelo construido por Sánchez para gestionar RTVE sin contar con los primeros y la destituida atribuía a aquellos las piedras en la rueda para impedir el funcionami­ento de la maquinaria. También hubo fuego amigo. Su destitució­n fue refrendada por los tres consejeros propuestos por el PP, pero también por los otros dos del PSOE y uno de los dos propuestos por Podemos (el otro votó en contra). En suma, otra página más de la lucha política que enturbia una institució­n en permanente conflicto desde hace décadas.

Una colonia de hormigas es un sistema carente de control central. Si hacemos caso a la mirmecolog­ía, Elena Sánchez tenía el hormiguero en casa y no en Antena 3. «Aunque un hormiguero –agrega esta ciencia– responde sin liderazgo de un modo altamente organizado y efectivo a las exigencias del medio». Y no, el Consejo de RTVE no se parece a esto.

 ?? Eduardo Parra / Europa Press ?? Elena Sánchez, expresiden­ta de RTVE, en una comparecen­cia en el Congreso, el pasado 21 de marzo.
Eduardo Parra / Europa Press Elena Sánchez, expresiden­ta de RTVE, en una comparecen­cia en el Congreso, el pasado 21 de marzo.
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