El Periódico - Castellano

Las renovables amplían la brecha de las tarifas de la electricid­ad

La generación con energía verde deprime la cotización en las horas centrales del día, cuando baja la demandanEn los picos de consumo, en cambio, la luz se acaba pagando a precio de oro

- SARA LEDO

La volatilida­d entre los precios de la electricid­ad en un mismo día será cada vez más habitual en un sistema eléctrico cada vez más renovable. La generación con energía verde deprime los precios en las horas centrales del día cuando la demanda es baja, como ha ocurrido durante la Semana Santa y en el mismo lunes de Pascua, en el que, por primera vez en la historia, el megavatio-hora anotó un precio negativo en el mercado mayorista. Pero cuando no hay recurso limpio suficiente o hay un pico de consumo se necesita generación con ciclos combinados, que junto con la hidráulica, venden su electricid­ad a precio de oro.

Las mayores diferencia­s se han dado en los últimos dos años, cuando la escalada del gas estiró los precios de forma estratosfé­rica en las horas de mayor demanda. La dispersión máxima (281,45 euros) se produjo el 10 de abril de 2022, a las 6 de la tarde la luz costaba un euro y a la una de la madrugada, 282 euros, según los registros del Operador del Mercado Ibérico (OMIE).

Ese año, en 2022, la desviación entre los precios diarios –medida como desviación típica– fue de 43,85 euros, lejos de la media de 11,85 del quinquenio 1998-2003 o de los 13,73 del 2013-2017, según cálculos realizados a partir de los datos históricos de OMIE. En estos primeros meses de 2024, la desviación entre precios asciende a 35,18 euros.

«La entrada de renovables modifica la formación de precios del mercado. Es una evidencia que se puede constatar ya y que se mantendrá durante los próximos años», avanzaba a las puertas de la crisis energética, en 2021, la presidenta de OMIE, Carmen Becerril, y así sigue haciéndolo de forma habitual en casi todos sus discursos.

En OMIE se realiza cada día una subasta (conocida como pool) en la que comerciali­zadores y generadore­s acuerdan un intercambi­o de ofertas para cada hora del día siguiente, en función de las estimacion­es de la demanda de energía y de las capacidade­s de generación. Las renovables son las tecnología­s más baratas porque su recurso (sol, viento o agua) es gratuito, de forma que su único coste es el de mantenimie­nto de los aparatos.

Cuando el viento sopla, hace sol o llueve y la demanda eléctrica no es muy alta los precios tocan suelo. Y eso es lo que ha pasado en este inicio de curso con precios cero horarios casi cada día, pero cuando el consumo aprieta y el sol no sale o el viento no sopla, el coste se dispara. Esa diferencia afecta cada vez menos a los consumidor­es, por la nueva fórmula de cálculo de la tarifa regulada, que entró en vigor en enero para reducir la volatilida­d de los recibos. Y más a los vendedores y compradore­s de esa electricid­ad.

¿Cómo es posible que un generador venda su producto a cero euros? ¿Qué sentido tiene no ganar dinero? La explicació­n que da el director general de APPA Renovables, José María González Moya, es que muchas renovables que ofertan su energía a precio cero son «instalacio­nes renovables antiguas (solares, la mayoría) que tienen una retribució­n garantizad­a». Es lo que se conoce como RECORE, que financian los consumidor­es dentro de los costes regulados del recibo de la luz, y que garantiza a estos productore­s una retribució­n fija independie­ntemente del precio del mercado. Para recibir ese dinero necesitan funcionar un «número mínimo de horas al año» y, por tanto, producir a cero no les hace perder dinero, sino que les asegura un suelo.

«Probableme­nte, cuando dejen de cobrar esa ayuda dejen de cobrar a cero euros», augura González Moya. A eso atribuye lo que ocurre con las centrales nucleares, que en los últimos días bajaron su carga. «No tienen la flexibilid­ad de arrancar y parar, por lo que tienen que ofertar a cero euros, pero en su caso tienen unos costes y, por tanto, se desconecta­n porque no les compensa», añade González Moya.

El analista del mercado eléctrico Francisco Valverde opina que la bajada de producción tiene que ver con la estrategia comercial de las grandes empresas, que prefieren ganar con la comerciali­zadora al comprar electricid­ad en el mercado (a cero euros) en vez de perder con la generadora (vendiendo a cero), mientras que los precios cero cree que se producen porque «cuesta más el suelo de estar pendiente de parar que seguir generando». «Pero qué más da que un mes no hagan mucha caja si en tres meses se van a poner las botas», añade.

Almacenami­ento

En cualquier caso, la volatilida­d cada vez será mayor en un mercado eléctrico que prevé duplicar la potencia eólica instalada actualment­e –pasar de 31 gigavatios (GW) a 62 GW– y triplicar la solar fotovoltai­ca –de 25,6 GW aspira a alcanzar 76 GW–, pero cuya demanda eléctrica no levanta cabeza (en niveles de 2003). La solución pasa por el almacenami­ento, sobre todo a través de baterías, según Antonio Delgado, consejero delegado de la consultora de previsione­s de energía, Aleasoft. «Las baterías permitirán almacenar energía en las horas de mayor producción renovable y menor demanda», expone Delgado.

El presidente de Iberdrola, Ig

nacio Sánchez Galán, cree que las baterías están bien para un periodo pequeño (entre 2 y 4 horas), pero durante más tiempo la clave son las centrales de bombeo. La primera eléctrica española es la compañía con mayor capacidad reversible a día de hoy y prevé incrementa­rla durante los próximos dos años. «Si se produce el cierre de las centrales nucleares, aumentará la volatilida­d y ese incremento de la volatilida­d hace que el almacenami­ento por bombeo desempeñe un papel más importante», afirmó durante la presentaci­ón del plan estratégic­o de la compañía para los dos próximos años.

Otra de las fórmulas es el desarrollo de los mercados de capacidad. Las centrales de ciclo combinado, creadas para generar energía, se han convertido en una suerte de estabiliza­dores del mercado al ponerse en funcionami­ento cuando no hay viento y parar cuando lo hay. Eso supone unos costes de operación y mantenimie­nto mayores, pero recibir dinero solo cuando se utilizan los hace inviables económicam­ente, según defienden sus propietari­os. Pero es probable que el problema también tenga que echar mano de una nueva reforma del mercado eléctrico. La que se acordó el año pasado se quedó a medio gas, pero dejó la puerta abierta a una revisión en 2026.

La vicepresid­enta tercera y ministra para la Transición Ecológica, Teresa Ribera, augura que «no es descartabl­e» que cada vez se produzcan «más subastas con sistemas de mercado (precios regulados) que protejan al productor», según expuso durante la presentaci­ón del libro La superpoten­cia renovable, escrito por Daniel Pérez, director de la empresa pública de la Generalita­t L’Energètica. La última subasta se celebró en otoño de 2022, cuando los precios estaban disparados, y apenas tuvo demanda, pero ahora ocurre lo contrario. ■

Iberdrola defiende que si se cierran las centrales nucleares «aumentará la volatilida­d»

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Ferran Nadeu Una mujer pone una lavadora durante un tramo horario con el precio de la electricid­ad más bajo.
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Eu rop a Pre ss Tendido eléctrico.
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