Cómo sacar partido a Puigdemont
PSC y PP rivalizan por capitalizar el anuncio del regreso del expresident. Los socialistas jugarán la carta de ser la única opción no independentista con posibilidades de gobernar. Los populares, mientras, agitarán el retorno del líder de Junts para castigar a Sánchez e Illa por la ley de amnistía.
No hay estrategia electoral más exprimida que la de plantear unas elecciones como un plebiscito. Para Salvador Illa, entre «avanzar» dejando atrás el conflicto territorial o quedar atrapados en la «década perdida» del ‘procés’. Para Carles Puigdemont, entre volver a poner la proa en el ‘procés’ con su «restitución» o pasar página «con los de 155». Así es como plantean los comicios del 12 de mayo tanto el PSC como Junts. Una dicotomía que beneficia a los dos partidos para hacer cuajar que esta partida es cosa de dos, planteamiento que va en detrimento de ERC. Sin embargo, está en disputa quién capitalizará más el anuncio de retorno del expresident, si los socialistas, que jugarán la carta de presentarse como la única opción no independentista con posibilidades de gobernar, o un PP que agitará la vuelta del expresident para remontar los tres diputados que ahora tiene en el Parlament.
Illa admite que hay parte del electorado de su partido al que no le «entusiasma» que se haya aprobado una amnistía, pero reivindica que es «necesaria» para «normalizar» las relaciones y que se rompan los bloques. Fuentes del partido admiten estar a la expectativa de si la aplicación de la ley en los próximos dos meses tendrá o no un impacto en el margen de ventaja con el que podrían ganar las elecciones. Dan por descontada la victoria, como auguran las encuestas, pero necesitan también, añaden, que el independentismo no sume. Así que tratarán de dar la vuelta al amago de retorno de Puigdemont reivindicándose como el voto útil para que la Generalitat tenga, por primera vez en 12 años, un presidente no independentista. Lo harán, eso sí, evitando el tono bronco y sin imponer vetos para no cortocircuitar ninguna opción de pacto tras las elecciones.
Los populares, a su vez, tratarán de concentrar el voto de todos los contrarios a la ley de amnistía, desde el centro hasta la derecha. Se presentarán como «la única alternativa al independentismo», como «el aglutinador del constitucionalis
El partido de Illa da por hecha la victoria, pero necesita que el independentismo no sume Los conservadores esperan beneficiarse del derrumbe de Ciutadans y seducir a los votantes de Vox
mo» y al PSC le acusarán de «haber reactivado el procés». Así, aspiran a convencer no solo a los exvotantes de Ciutadans y a algunos de los que en los últimos comicios optaron por Vox, sino también a aquellos potenciales votantes socialistas que quieran castigar a Pedro Sánchez e Illa por la exoneración de los procesados y condenados por el ‘procés’.
Una voz vehemente
El hecho de que finalmente repita como candidato Alejandro Fernández, una de las voces más vehementes contra la ley y que se significó públicamente contra las negociaciones del PP con Junts, contribuye a este propósito. Los populares piensan en el saco de votantes que en 2017 votaron a Inés Arrimadas, pero que en 2021 escogieron la papeleta roja. Hace tres años, los populares no consiguieron beneficiarse del derrumbe de Ciutadans, a pesar de que cedieron casi un millón de votos y hasta 30 escaños. Gran parte de los que se les dieron confianza tras la DUI se quedaron en casa, pero una parte también se decantaron por Vox (que entró por primera vez en la Cámara con 217.883 votos) y por el PSC (que subió 56.199 votos y dobló escaños). El PP se dejó 76.603 votos y un escaño (cayó hasta los tres) y siguió en el grupo mixto.
Pero, demoscópicamente, ¿esta posibilidad existe? Según la última encuesta del CEO, el PP podría recoger el 12M un 28% de los votantes de Cs y un 14% de los de Vox, por lo que sí se cumpliría la estrategia de una cierta concentración. Sin embargo, también el PSC se llevaría un 17% de ese pastel mientras que el trasvase de voto de los socialistas al PP sería solo de un 2%. Pero donde sí habría un caladero de voto es entre los indecisos o los que están pensando en abstenerse. El CEO detecta que un 33% de los exvotantes de Ciutadans se encuentra en esta situación. También un 10% de los de Vox y un 7% de los del PSC. ■