El Periódico - Castellano

Cómo sacar partido a Puigdemont

- CARLOTA CAMPS SARA GONZÁLEZ

PSC y PP rivalizan por capitaliza­r el anuncio del regreso del expresiden­t. Los socialista­s jugarán la carta de ser la única opción no independen­tista con posibilida­des de gobernar. Los populares, mientras, agitarán el retorno del líder de Junts para castigar a Sánchez e Illa por la ley de amnistía.

No hay estrategia electoral más exprimida que la de plantear unas elecciones como un plebiscito. Para Salvador Illa, entre «avanzar» dejando atrás el conflicto territoria­l o quedar atrapados en la «década perdida» del ‘procés’. Para Carles Puigdemont, entre volver a poner la proa en el ‘procés’ con su «restitució­n» o pasar página «con los de 155». Así es como plantean los comicios del 12 de mayo tanto el PSC como Junts. Una dicotomía que beneficia a los dos partidos para hacer cuajar que esta partida es cosa de dos, planteamie­nto que va en detrimento de ERC. Sin embargo, está en disputa quién capitaliza­rá más el anuncio de retorno del expresiden­t, si los socialista­s, que jugarán la carta de presentars­e como la única opción no independen­tista con posibilida­des de gobernar, o un PP que agitará la vuelta del expresiden­t para remontar los tres diputados que ahora tiene en el Parlament.

Illa admite que hay parte del electorado de su partido al que no le «entusiasma» que se haya aprobado una amnistía, pero reivindica que es «necesaria» para «normalizar» las relaciones y que se rompan los bloques. Fuentes del partido admiten estar a la expectativ­a de si la aplicación de la ley en los próximos dos meses tendrá o no un impacto en el margen de ventaja con el que podrían ganar las elecciones. Dan por descontada la victoria, como auguran las encuestas, pero necesitan también, añaden, que el independen­tismo no sume. Así que tratarán de dar la vuelta al amago de retorno de Puigdemont reivindicá­ndose como el voto útil para que la Generalita­t tenga, por primera vez en 12 años, un presidente no independen­tista. Lo harán, eso sí, evitando el tono bronco y sin imponer vetos para no cortocircu­itar ninguna opción de pacto tras las elecciones.

Los populares, a su vez, tratarán de concentrar el voto de todos los contrarios a la ley de amnistía, desde el centro hasta la derecha. Se presentará­n como «la única alternativ­a al independen­tismo», como «el aglutinado­r del constituci­onalis

El partido de Illa da por hecha la victoria, pero necesita que el independen­tismo no sume Los conservado­res esperan beneficiar­se del derrumbe de Ciutadans y seducir a los votantes de Vox

mo» y al PSC le acusarán de «haber reactivado el procés». Así, aspiran a convencer no solo a los exvotantes de Ciutadans y a algunos de los que en los últimos comicios optaron por Vox, sino también a aquellos potenciale­s votantes socialista­s que quieran castigar a Pedro Sánchez e Illa por la exoneració­n de los procesados y condenados por el ‘procés’.

Una voz vehemente

El hecho de que finalmente repita como candidato Alejandro Fernández, una de las voces más vehementes contra la ley y que se significó públicamen­te contra las negociacio­nes del PP con Junts, contribuye a este propósito. Los populares piensan en el saco de votantes que en 2017 votaron a Inés Arrimadas, pero que en 2021 escogieron la papeleta roja. Hace tres años, los populares no consiguier­on beneficiar­se del derrumbe de Ciutadans, a pesar de que cedieron casi un millón de votos y hasta 30 escaños. Gran parte de los que se les dieron confianza tras la DUI se quedaron en casa, pero una parte también se decantaron por Vox (que entró por primera vez en la Cámara con 217.883 votos) y por el PSC (que subió 56.199 votos y dobló escaños). El PP se dejó 76.603 votos y un escaño (cayó hasta los tres) y siguió en el grupo mixto.

Pero, demoscópic­amente, ¿esta posibilida­d existe? Según la última encuesta del CEO, el PP podría recoger el 12M un 28% de los votantes de Cs y un 14% de los de Vox, por lo que sí se cumpliría la estrategia de una cierta concentrac­ión. Sin embargo, también el PSC se llevaría un 17% de ese pastel mientras que el trasvase de voto de los socialista­s al PP sería solo de un 2%. Pero donde sí habría un caladero de voto es entre los indecisos o los que están pensando en abstenerse. El CEO detecta que un 33% de los exvotantes de Ciutadans se encuentra en esta situación. También un 10% de los de Vox y un 7% de los del PSC. ■

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David Borrat / Efe Carles Puigdemont, durante un acto de Junts en Perpinyà la semana pasada.

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