Zozobra en Rosario por el narcotráfico
La segunda ciudad argentina tuvo en 2022 una tasa de homicidios dolosos de 22,1 por 100.000 habitantes, mientras que a nivel nacional fue de 4,2. El pasado 2023 terminó con 258 homicidios.
La canción comienza con ruidos de disparos. Se escucha una voz. «Otro día y otra noche con un nuevo episodio opaca y opaca cada vez más el paisaje». Ruido de sirenas. Sigue el relato. «Así está Rosario, así se vive a diario». El que recita es Óscar Bravo, conocido como Thh Clika, un referente del hip hop de la ciudad argentina estremecida por el desafío que el narcotráfico le ha lanzado al Estado. El Gobierno de ultraderecha ha enviado a las fuerzas federales para controlar el segundo distrito urbano de este país. Thh Clika sabe que más allá de las campañas publicitarias, todo parece seguir como hace una década, cuando se dio a conocer con El barrio está peligroso, junto a Ariel Alejandro Ávila. Su compañero de dúo fue asesinado frente a un búnker de drogas.
Rosario tuvo una tasa de homicidios dolosos de 22,1 por 100.000 habitantes en 2022, cuando a nivel nacional fue de 4,2. La sensación de zozobra de los rosarinos tiene por estos días sus aristas paradójicas. Durante el primer trimestre de 2023 cayó un 60% el nivel de asesinatos en comparación con mediciones anteriores. Sin embargo, el escalofrío se adueña de sus habitantes cada vez que se lanza una nueva acción de los delincuentes que dominan el espacio público. Matan inocentes al azar o amenazan a Ángel Di María, campeón mundial en Catar al igual que Leo Messi. «Con la mafia no se jode o llueve plomo», le advirtieron a su vez al gobernador de Santa Fe, Maximiliano Pullaro
«Son ellos o nosotros», ha dicho el presidente Javier Milei sobre una disputa que se proyecta sobre todo el país. La ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, y el ministro de Defensa, Luis Pietri, son proclives a una participación activa de los militares, a pesar de que las leyes lo prohiben expresamente. Los especialistas temen que Argentina repita la mala experiencia mexicana. Por el momento, «ellos» exhiben su poderío frente a toda la sociedad. «Estamos más allá de todo», se pudo leer el 24 de junio de 2023 en una bandera de 40 metros que fue desplegada por la barra brava de Newell’s Old Boys durante un partido de Maxi Rodríguez. La leyenda iba acompañada de la figura de un gorila, en inequívoca alusión a Los Monos, una de las principales bandas que operan en la llamada Chicago argentina. Esa creencia de que carecen de límites es compartida con resignación por los rosarinos.
Un negocio de proporciones
Milei, Bullrich y Pietri lanzaron su grito de guerra con el propósito de retomar el control de la ciudad. Pero el Gobierno no sabe bien qué hacer para frenar un negocio de proporciones alrededor de la droga+ que llega desde Bolivia o Brasil. Según el diario La Nación, «solo una célula de Los Monos, en apenas un sábado, recaudó 6.000 dólares. Tres días después, 9.600 dólares. Y otros tres días después, 7.900 dólares. 23.500 dólares en solo 72 horas. Promediado, casi 55.000 dólares por semana, alrededor de 235.000 dólares por mes, más de 2,8 millones al año». El ejercicio contable había sido anotado en un cuaderno por un policía retirado que trabajaba para el grupo delictivo. Apenas un eslabón de una red mayor que mueve unos «100 millones de dólares anuales y del que se beneficia una larga lista de políticos, policías, fiscales, jueces y empresarios». Esas cifras, añade La Nación, no incluyen otros negocios como «el creciente mercado de las drogas sintéticas» y otras variantes que generan «entre 10 y 20 millones de dólares mensuales».
La droga habita en Rosario en dos realidades: los barrios obreros, arrasados por el paro y la pobreza, donde se levantan los búnkeres y, la que se despliega los fines de semana en los lujosos bulevares, las discos y las zonas prósperas. Los Monos y el clan Alvarado, las dos bandas históricamente enfrentadas y unidas ahora para enfrentar a las autoridades, han adquirido una capacidad de penetración en las instituciones en la ciudad que tiene uno de los puertos más grandes y activos del mundo, con desembocadura al Atlántico.
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