Una fortalecida OTAN cumple 75 años con el objetivo de blindar Ucrania
▶ Stoltenberg plantea crear un fondo de 100.000 millones de ayuda a Kiev para los próximos cinco años El eventual retorno de Trump genera cautela
El 4 de abril de 1949, menos de cuatro años después de que acabara la Segunda Guerra Mundial, anticipando los peligros de la Guerra Fría y con el objetivo de contener y disuadir a la Unión Soviética, Estados Unidos, Canadá y 10 naciones europeas firmaron en Washington el tratado que alumbró la Alianza Atlántica. Hoy, 75 años después, la OTAN marca su aniversario expandida hasta los 32 miembros y fortalecida.
Como en su origen, la alianza militar tiene en el núcleo de sus preocupaciones a Rusia, aunque ha sido precisamente la guerra de invasión de Ucrania lanzada por Moscú en febrero de 2022 la que ha impulsado la expansión y renovados compromisos con la OTAN. Enfrenta otros retos, de un escenario geopolítico turbulento a una elevada competición estratégica sin poder obviar el creciente desencanto con la gestión multilateral de asuntos globales o con la arquitectura de posguerra dirigida por EEUU. Y sobre su futuro se cierne también amenazante la ola de aislacionismo nacionalista que recorre parte de Estados Unidos.
Esta podría volver a la Casa Blanca si gana las elecciones presidenciales de noviembre Donald Trump, que en su primer mandato ya tildó a la OTAN de «obsoleta». El republicano este mismo febrero volvía a hacer saltar alarmas con provocativas declaraciones animando a Rusia a hacer «lo que demonios quiera» en los países miembros que no destinen el 2% de su presupuesto a defensa. Y aunque luego ha matizado esas palabras, los temores que provoca su eventual regreso al poder no se disipan.
En ese escenario se mueve hoy una Alianza Atlántica en la que nunca tantos países miembros habían dedicado tanto dinero al gasto en defensa :18 naciones aliadas alcanzarán el objetivo del 2% del PIB en 2024 , 15 más que en 2014, cuando Vladímir Putin invadió Crimea. Y en ese escenario también la OTAN ha planteado su compromiso financiero más ambicioso para blin
«La ayuda a Ucrania no es caridad, es una inversión para protegernos», dice una ministra belga
dar a Ucrania. Coincidiendo con el 75 aniversario, y mientras la ayuda militar y económica de EEUU a Kiev se encuentra paralizada por los republicanos en el Congreso, el secretario general, Jens Stoltenberg, ha planteado a los 32 países aliados la creación de un fondo de 100.000 millones de euros para ayudar a Ucrania durante cinco años.
«Ucrania tiene necesidades urgentes. Cualquier retraso en el apoyo tiene consecuencias en el campo de batalla. Por eso tenemos que cambiar la dinámica de nuestro apoyo. Debemos garantizar una asistencia en materia de seguridad fiable y predecible a Ucrania a largo plazo, para que dependamos menos de las contribuciones voluntarias y más de los compromisos de la OTAN. Menos ofertas a corto plazo y más promesas plurianuales», explicó ayer Stoltenberg sin confirmar la cifra ni dar detalles sobre la propuesta. «Lo que está claro es que necesitamos más dinero y dinero fresco para Ucrania, y lo necesitamos durante muchos años», añadió a su llegada a la reunión de ministros de Exteriores de la OTAN que se finaliza hoy en Bruselas.
El refuerzo de Moscú
La idea del plan, que aspiran a finalizar para la cumbre de líderes aliados de Washington del 9 al 11 de julio, no es solo garantizar un apoyo financiero sustancial al Gobierno de Volodímir Zelenski sino «institucionalizar» y dar «predictibilidad» al país, en el contexto de una guerra de Rusia contra Ucrania que ha entrado en «fase de estancamiento», según fuentes aliadas, con una posible ofensiva rusa esta primavera y un escenario de incertidumbre a medio plazo por el calendario electoral estadounidense, que tendrá nuevo presidente en enero de 2025.
«La razón (del plan) es la situación en el campo de batalla en Ucrania. Es serio. Vemos que Rusia está presionando y vemos cómo intentan ganar esta guerra simplemente esperándonos. Debemos responder enviando un mensaje claro de apoyo práctico, apoyo financiero y un marco institucional que garantice que estaremos ahí a largo plazo para poder poner fin a la guerra», recordó Stoltenberg sobre un escenario complicado, con una «acumulación militar constante» por parte de Rusia que está recibiendo una cantidad «significativa» de armas y munición de Corea del Norte e Irán.
«Vemos cómo Moscú ha pasado a una economía de guerra y está dispuesto a pagar un precio muy alto en hombres y material para lograr avances en Ucrania», advirtió sobre los motivos por los que la Alianza debe dar un paso al frente, hacer más y asumir un papel de coordinación, también del grupo de contacto de Ramstein, que lidera Estados Unidos y coordina el envío de armas a Ucrania.
«Lo importante es recordar que esto no es caridad. Es una inversión en la protección de todos nosotros. Es muy importante. Pero por otro lado es peligroso hacer promesas que no podemos cumplir», dijo también la ministra de Exteriores de Bélgica, Hadja Lahbib, que pidió que cada país aporte en función de su PIB.
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