El Periódico - Castellano

El Imperio chino cabalga

- Valentí Puig es escritor y periodista

Los mejores espadachin­es de la geoestrate­gia se van retando para dirimir si China va a superar o ya supera a Estados Unidos o si es que no. La mutación económica de China tiene algo de fiebre del oro, como el empuje de California en 1849, con los buscadores de pepitas doradas cruzando las calles enfangadas de San Francisco para arruinarse en una partida de póquer.

Ahora la alcaldesa de San Francisco está en China para promociona­r su ciudad como destino turístico. Esos son los giros que retocan el mundo. En los años de la fiebre de oro llegaron a San Francisco los coolies –mano de obra baratísima– transporta­dos por mar en peores condicione­s que el ganado y pagados lo mínimo para poner los raíles de las líneas transconti­nentales. Ahora mismo, las élites de la China tecnoautoc­rática han estudiado en las grandes universida­des norteameri­canas. Como siempre, la colonia china logró asentarse, laboriosa, ahorradora e inteligent­e. El Chinatown de San Francisco sigue siendo una de las mayores presencias asiáticas en todo el mundo y todavía un filón para Hollywood. En aquellas calles las historias de amor y de odio, de guerras tribales entre chinos e irlandeses, de crimen y venganza, de finanzas y comercio, vicio y virtud confuciana, todo transcurrí­a como el gran dragón y a media voz, a media voz, con disimulo oriental. Ahí llegaban los tentáculos del personaje Fumanchú, presunto descendien­te de la familia imperial china.

Entre tantos otros horrores, el Gran Timonel que fue Mao llevó a sus súbditos a la hambruna de 1959-1961 en la que murieron más de cuarenta millones de personas. Con Deng Xiaoping, supervivie­nte de la revolución cultural maoísta, China comenzó a abrir su economía y con el ingreso en la Organizaci­ón Mundial del Comercio pasó a ser una superpoten­cia. Y así hasta el emperador Xi Jinping y la competenci­a económica a fondo con Estados Unidos, una carrera por ahora sin photofinis­h. Si al final de la Guerra Fría se pensó que China iría practicand­o una cierta transición democrátic­a, ya casi nadie considera esa posibilida­d.

La tenacidad china y su forma sin pluralismo de proyectars­e a largo plazo acaba teniendo su recompensa: de ir a buscar coolies para trabajar a destajo a intentar atraerles como turistas, la rehabilita­ción de un imperio se confirma.

Esperan a saber si el Despacho Oval será para Biden o Trump. No quieren meterse en muchos líos como Rusia. Intentan comprender el sistema decisorio de la Unión Europea.

Llegarán más turistas chinos a San Francisco, al museo de cera de Madame Tussauds, a la Alhambra de Granada y a la plaza de San Pedro. Durante décadas seguirá la competenci­a entre China y Estados Unidos. Ahí no todo está escrito. Sobre los poderes de Fumanchú, al principio hubo que temerle como uno de los enemigos de Occidente, pero acabó siendo un aliado efectivo cuando comenzó la Guerra Fría. ■

Esperan a saber si el Despacho Oval será para Biden o Trump. No quieren meterse en líos como Rusia. Intentan comprender el sistema decisorio de la UE

 ?? ?? Valentí Puig
Valentí Puig

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain