La L9 y 1.700 pisos públicos, en el aire por el bloqueo de presupuestos
La negativa a las cuentas de la Generalitat para 2024 suspende también el inicio de las obras previstas para final de año del tranvía del Camp de Tarragona y de la variante viaria de Olot.
Los presupuestos de una administración permiten dos cosas: mantener el gasto corriente de la maquinaria pública (seguridad, educación, sanidad, transporte público...) y realizar nuevas inversiones. Es en esta segunda cartera donde un gobierno, sea municipal, autonómico o estatal, puede dejar huella y marcar agenda y prioridades. En el caso de Catalunya, el Govern de Pere Aragonès se ha quedado sin poder aprobar las cuentas de 2024 después de que los Comuns decidieran no subir al barco en el que ya tenía un noble camarote el PSC.
El resto de la historia ya lo conocen: elecciones anticipadas el 12 de mayo. ¿Pero qué proyectos se han quedado en el tintero o en barbecho? Por lo que respecta al Departament de Territori, no es poca cosa. Por lo pronto, la construcción del tramo central de la L9 de metro ya no tiene todo el dinero garantizado, y 1.700 nuevos pisos públicos en Barcelona tendrán que esperar mejor suerte parlamentaria, según un informe de la conselleria al que ha tenido acceso EL PERIÓDICO.
La conselleria que aún lidera Ester Capella tenía previsto un presupuesto consolidado de 4.600 millones de euros, un 10% más que en 2023. El 60% del dinero se iba a destinar al transporte público (unos 3.000 millones), mientras que para vivienda se reservaban 1.232 millones, la cifra más alta de la historia, según afirma la Generalitat. También aparecían 500 millones para la red viaria, puertos y aeropuertos, y otros 312 tenían como finalidad la protección del litoral y de las comarcas de montaña. Si no les salen las cuentas (todo suma más de 5.000 millones) es porque 500 millones para vivienda están fuera de las cuentas catalanas y provenían del Banco Europeo de Inversiones.
Las alternativas
Al funcionar con las cuentas prorrogadas, el Govern tiene que atenerse al mismo nivel de gasto del ejercicio anterior. En este caso, serían los 33.113 millones de euros de 2023. Si quisiera realizar inversión nueva, tendría dos salidas. Por un lado, la trasferencia de crédito, es decir, traspasar una partida que ya estaba prevista a otro menester pero sin modificar el total. Por el otro, aprobar nuevos proyectos por la vía del decreto. En cualquier caso, ninguna de estas dos fórmulas permite un desarrollo óptimo de la acción de gobierno. De ahí que, por el desgaste de liderar un país con un cepo en la rueda, el president Aragonès optara por anticipar la cita con las urnas.
Vaya por delante que por mucho que determinados planes aparecieran en las cuentas de 2024, eso no implica que fueran a ejecutarse. Existía la voluntad, eso sí, pero luego, al término del año, habría que ver el grado de cumplimiento. En cualquier caso, y según el informe elaborado por Territori, la lista de proyectos que no verán la luz o que están en peligro de caer en un cierto ostracismo es inquietante. La línea 9 del metro de Barcelona, por ejemplo, podrá continuar con el presupuesto prorrogado, pero está por ver, reza el informe, «si la variación en la anualidad puede impactar en el ritmo de las obras».
Tras más de una década con la tuneladora durmiendo (desde septiembre de 2011), esta importante infraestructura volvió a iniciar los trabajos a mediados de 2022. Por delante, el túnel pendiente de algo más de cuatro kilómetros entre el Camp Nou y Lesseps. La idea era tener la galería perforada a finales de este mismo año (no tiene pinta de que vaya a suceder) y que en 2027, los trenes ya circularan de punta a punta sin detenerse en las estaciones que sigan en obras. En 2029 sí debería estar todo acabado, o esa era la previsión del Govern tras una inversión final en esta dé
cada de cerca de 925 millones de euros. No está sobre la mesa una nueva paralización del proyecto porque no se atisba por ahora una recesión como la de hace 15 años, pero sí podría producirse un nuevo retraso para una obra que en la prehistoria se dijo que estaría terminada en 2007.
En cuanto al transporte público, siempre según el informe de Territori, la prórroga presupuestaria también tendría una importante afectación en el tranvía del Camp de Tarragona. Las obras no podrían iniciarse, como estaba previsto, a finales de 2024, pero sí seguirán adelante la licitación y adjudicación de los trabajos de la primera fase, así como la adjudicación de los trenes, ya que estaban incluidos en el contrato programa con FGC.
Tampoco cristalizará la renovación integral de vías en las líneas L1 (de Santa Eulàlia a Espanya) y L3 (Sants Estació-Drassanes) del metro y se perderán los 154,2 millones de euros que debían aportarse a la Autoritat del Transport Metropolità (tanto de Barcelona como de Girona, Lleida y Camp de Tarragona) para avanzar en la integración tarifaria y mejorar los servicios ferroviarios y líneas de autobús interurbano. Malas noticias para la gafada T-mobilitat.
Asfaltado sostenible
En materia de movilidad habría que añadir la variante de Olot y les Preses que debe evitar el paso diario de unos 20.000 vehículos al día por el núcleo de estas dos localidades. Según detalla Territori, la ausencia de presupuestos no afecta a la redacción del proyecto, que desde 2022 está en manos de la empresa Typsa, pero sí «hará inviable que se puedan empezar las obras a finales de 2024, tal y como se había anunciado». También en esta partida hay que incluir un paquete de unos 30 millones que se iban a destinar al nuevo asfaltado sostenible en distintos tramos de carretera. ■