Preguntas nunca planteadas
La directora catalana Celia Giraldo, surgida de la cantera de la ESCAC, debuta en el largometraje con ‘Un lugar común’, pelicula sobre la crisis de una mujer de mediana edad, interpretada por Eva Llorach, que debe replantearse toda su existencia.
Un lugar común, que se estrena hoy en la sección Talents del D’A Festival Cinema Barcelona, une a una actriz con más de una década a sus espaldas, Eva Llorach, con una directora que debuta en el campo del largometraje tras cursar estudios en ESCAC y realizar varios episodios de la reciente serie Això no és Suècia, Celia Giraldo. Y quedan unidas por un personaje ideado por la directora que ha hecho suyo la actriz, Pilar, una mujer que nunca se ha cuestionado su papel en la vida como madre, esposa y trabajadora. Hasta que la despiden de su trabajo y debe bucear en su verdadera identidad para superar la crisis personal que se avecina.
Podría hablarse de empoderamiento del personaje, pero no sería exacto. Para Llorach, no es tanto empoderamiento como «mirar hacia dentro y preguntarse ‘¿quién soy?’, empezar a hacerse preguntas existenciales que quizá nuestras madres no se han hecho nunca». La actriz se siente más próxima al personaje de Clara, la hija: «Yo no he sido madre, por lo que personalmente me relacionó más con la hija que con Pilar, pero es verdad que nuestras madres nunca se han hecho preguntas del tipo quien soy, porqué estoy aquí, cual es el sentido de mi vida. La película gira en torno a esa idea, la de hacerse preguntas que nunca se habían planteado».
El motor de la protagonista, añade Giraldo, «es intentar evitar aquello que le incomoda, todo lo que se le viene encima. Yo imagino a Pilar como alguien muy bien armado, esta es mi vida, esto es lo que soy, y de golpe, al desmontarse, ese recorrido catártico está atravesado por una gran incomodidad, la vergüenza ajena». El proyecto de Un lugar común «surgió en el programa Ópera Prima de ESCAC, que apareció justo cuando estaba terminando la carrera», explica la directora. «El tono era el de una comedia, pero distinta al que estaba acostumbrada a ver en otras películas españolas. Le di bastantes vueltas a qué actriz iba a ser la protagonista porque tenía que ser una comedia muy contenida, con mucho equilibrio».
La realizadora cita como referentes a ‘Gloria’, de Sebastián Lelio, y ‘Lady bird’, de Greta Gerwig
«Vino a Madrid con un guion que me enamoró, y me enamoró también ella», apunta la actriz
¿Tuvo en mente pronto a Eva Llorach? «Me gustaba mucho su trabajo, la había visto en papeles bastante dramáticos, pero también cuando ganó el premio Feroz, que hizo un discurso supergracioso. Para mí era Kristen Wiig a la española y pensé, esto es lo que yo quiero, una actriz que entienda muy bien los códigos del drama pero que pueda explotar en la comedia y llevar el personaje a sitios más arriesgados».
«Tono muy inusual»
¿Y resultó fácil convencerla para que interpretara a Pilar? «Fue muy fácil, y además ¡me leyó las cartas del tarot!», recuerda Llorach de su primer encuentro con Giraldo. «Vino a Madrid con un guion que me enamoró, y me enamoró ella también. El guion tenía un tono muy inusual en el cine español y me habló de referencias que me interesaban».
La directora tenía claro que quería realizar una comedia incómoda.
Uno de esos referentes fue la alemana Maren Ade, directora de Toni Erdmann, pero «también me apetecía hacer algo cercano a Miranda July, escoger elementos de la vida tan cotidiana del personaje y llevarlo a un mundo más onírico y supersubjetivo». Giraldo cita también Gloria de Sebastián Lelio, Lady bird de Greta Gerwig o el cine de Noah Baumbach como posibles influencias que aletean sobre las imágenes de su película. La idea es conseguir que la incomodidad arrastre al espectador hacia la historia y empatice con el personaje.
Giraldo llegó a Llorach con un guion muy pautado, con el estilo de película claro, para luego poder dar espacio a la improvisación o a la magia de cada momento en la fase de realización. «El hecho de que sea una película pequeña te obliga a tener una producción muy preparada para que luego sea muy fácil rodar, aunque admitiendo cierta flexibilidad», concluye Llorach.
■